En diálogo con El Tribuno de Jujuy, el diputado nacional aseveró ayer que "el programa de la licuadora se quedó sin pilas" y recomendó levantar "ya mismo" el cepo cambiario pese a los riesgos. El economista Martín Tetaz sostuvo que "el Gobierno ya mostró un nivel de manipulación del Banco Central que es inadmisible" y señaló que el Presupuesto 2025 enviado al Congreso "por ahora es una expresión de deseo".
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En diálogo con El Tribuno de Jujuy, el diputado nacional aseveró ayer que "el programa de la licuadora se quedó sin pilas" y recomendó levantar "ya mismo" el cepo cambiario pese a los riesgos. El economista Martín Tetaz sostuvo que "el Gobierno ya mostró un nivel de manipulación del Banco Central que es inadmisible" y señaló que el Presupuesto 2025 enviado al Congreso "por ahora es una expresión de deseo".
El Gobierno envió un adelanto del Presupuesto 2025, ¿lo ve cumplible?
Por ahora es una expresión de deseo respecto a las pautas macroeconómicas que son perfectamente alcanzables. Lo que nosotros tenemos que definir claramente es cuál es el presupuesto que va a recibir Educación, cuál va a ser el presupuesto estimado para los jubilados; tampoco está claro lo que va a pasar con el impuesto País, que no aparece en el texto. ¿No aparece porque legalmente se termina a fin de año o porque el Gobierno efectivamente está pensando que no lo va a renovar? Muchos se adelantaron a decir que el Gobierno descuenta que no va a tener el impuesto País en 2025, pero si vos hacés una formulación presupuestaria, no podés hacerla suponiendo que vas a tener un impuesto que se termina legalmente a fin de año. No está claro aún si ese es el plan del Gobierno o si es algo que cumple con un requisito legal.
En el texto se menciona un dólar oficial a $1.016 a fin de diciembre ratificando que no habrá una devaluación mayor al 2% mensual, ¿es sostenible este tipo de cambio?
Los números macroeconómicos son una expresión de deseo. Si efectivamente funciona el Rigi y el blanqueo de capitales, el Gobierno podría mantener su plan de seguir aumentando el dólar oficial solo dos por ciento. En caso contrario, las presiones que se vieron esta semana ponen en duda esa idea. La cuenta corriente está muy deficitaria, si no ingresan dólares a raíz del blanqueo o del Rigi, este tipo de cambio no es sostenible.
¿A qué atribuye tanto ruido en los mercados? El dólar blue subió mucho y también el riesgo país...
Primero hay un denominador común: hace cuarenta días que el dólar se recalienta y el riesgo país sube, independientemente de lo que pasa con la política. En el medio alguien quiso echarle la culpa a la política señalando que no se aprobaba la Ley Bases, pero en realidad lo que estaba pasando era que el Gobierno había tocado fondo en su programa de licuación. El programa de la licuadora del Gobierno se quedó sin pilas, tanto en lo monetario como en lo fiscal. En lo monetario, el Gobierno sigue bajando la tasa de interés en un momento en donde el mercado le dice basta y el Gobierno acusa ese recibo y ya no baja más la tasa de interés. De hecho, el ministro de Economía dijo que llegamos al final de la tasa de interés negativa y ahora viene las tasas positivas. Entonces, hay un primer giro que nadie termina de entender muy bien. Desde lo fiscal, el Congreso sancionó en Diputados la ley que recompone las jubilaciones, también poniéndole límites a la licuadora de las jubilaciones. La licuadora como mecanismo de ajuste llegó a un límite el último mes.
¿Considera que el cepo cambiario debería levantarse ya mismo?
Absolutamente, yo lo dije el día uno. No se puede crecer con cepo y no se puede bajar la inflación con cepo. Lo que pasa es que el contexto en el que asumió el Gobierno fue realmente muy desfavorable, con una situación de virtual corralito y con una deuda de importaciones impagas muy grande. Hay que recordar la situación de default en la que estaban las cuentas internas argentinas. Obviamente, en ese contexto, salir del cepo siempre es posible, lo que pasa es que el precio que se tiene que aceptar le pareció al Gobierno inadmisible y ahora existe un riesgo por supuesto, como también hay un riesgo de no salir del cepo. Por ahora el Gobierno juzga que es más grande el riesgo de salir del cepo, porque el Gobierno dice "si yo salgo y el dólar se me va a $2.000, otra vez tengo un shock inflacionario, otra vez me caen los salarios y otra vez tengo que discutir con los jubilados".
Los anuncios del viernes pasado se hicieron en conjunto entre el ministro de Economía y el titular del Banco Central, ¿está afectada la independencia de la autoridad monetaria?
Esta semana particularmente el Gobierno ya mostró un nivel de manipulación del Banco Central que es inadmisible. La última vez que el ministro de Economía daba la noticia de la política monetaria del Banco Central fue el famoso 28 de diciembre de 2017 que ya sabemos que no terminó bien. Todo el mundo sabe por supuesto que hay una unidad de mando acá, pero más allá de eso no es lo que corresponde. La manipulación de los títulos de deuda por parte del Banco Central también generó mucha incertidumbre esta semana y terminó de ponerle un poco más de presión al dólar.
Si tuviese que calificar a la gestión de Javier Milei, ¿qué nota le pondría?
A mí me parece que Milei resultó mejor político y peor economista, sobre todo por lo que uno esperaba. Creo que resolvió un problema muy grande que es el tema de las importaciones, que lo ordenó bastante. En los últimos meses pagaron 75% de importaciones, pero después no dio respuesta a los problemas que venía a resolver. Es difícil poner una nota, pero creo que tiene mejor nota como político porque logró construir consensos, porque logró sumar un montón de espacios políticos a su gestión. Ahí le pongo un ocho como gestión política, pero en la economía le pongo un seis porque no produjo ningún resultado importante en ninguna de las dimensiones en las que venía trabajando.
En casi todas las últimas votaciones en el Congreso, el radicalismo votó dividido, ¿falta conducción?
Una cosa es la conducción del partido y otra la conducción del bloque. El partido responde a la lógica de un montón de organizaciones políticas que están nucleadas dentro de la UCR y eso no tiene necesariamente que ver con la lógica parlamentaria. En el Congreso se toman decisiones desde el punto de vista político pero también desde el punto de vista estratégico. Nosotros cuando llegó el texto de la Ley Bases en enero, que era muy malo, lo que hicimos fue trabajar cuatro meses para generar un montón de cambios o directamente introducir reformas como la laboral trabajando con todos los diputados y eso permitió que el bloque pudiese formar una postura prácticamente unánime a la hora de votar. En el Senado hubo otra estrategia, ya que fue la Cámara revisora, porque se anunciaron muchos votos negativos y el Gobierno debía ir levantándolos de a uno en la medida que reconocía algunos aspectos que planteaban los senadores. Cambios en el impuesto a las Ganancias que después se cayó, cambios en el Rigi que siguieron en pie, etc. Se introdujeron muchos cambios en el Senado, tal es así que nosotros terminamos votando la Ley Bases en Diputados con los cambios del Senado.
Usted está impulsando el proyecto para cambiar la jornada laboral, ¿cree que contará con el apoyo de los empresarios?
Lo que descartan los empresarios es el proyecto del peronismo, o sea que nosotros de prepo impongamos una estructura de jornada laboral distinta, el peronismo dice que todo el mundo calza un zapato 40 y propone que todo el mundo calce un zapato 36. Lo que nosotros proponemos es que cada uno se calce el zapato que más le convenga. Proponemos un régimen flexible que abre la posibilidad de que las partes en común acuerdo exploren otras jornadas alternativas y puedan estudiar si pueden mantener la productividad en jornadas laborales de otra índole o incluso mejorarla. Si eso es posible, ganan las dos partes.