La Universidad Nacional de Jujuy (Unju) distinguió recientemente con el título de Doctor Honoris Causa en Humanidades a dos miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf). Entre los homenajeados se encuentra el antropólogo Alejandro Vásquez Reyna, quien destacó el trabajo científico que se realiza en el laboratorio, que permite recuperan restos, elaboran perfiles biológicos, realizan estudios genéticos y colaboran con la justicia en la identificación y restitución de víctimas.
"Vinimos en representación del Eaaf para recibir este título. Yo trabajo principalmente en el laboratorio de antropología forense, en el análisis de restos óseos, mientras que Diego está más abocado al trabajo de campo, en las tareas de recuperación arqueológica y prospecciones". Vásquez Reyna, antropólogo, quien recibió la distinción junto a su colega Diego Argañaraz Fochi
El Eaaf surgió en plena recuperación democrática, a partir de la demanda de los organismos de derechos humanos que buscaban respuestas científicas para identificar a las víctimas del terrorismo de Estado. Con estudiantes de arqueología como fundadores, el equipo se consolidó y se convirtió en referencia internacional.
"Si bien iniciamos trabajando en casos de lesa humanidad, en lo que tenía que ver con todo lo que fuera los crímenes en términos de desaparición y exterminio en tiempos de dictadura. Luego, con el correr de los años también se nos da una intervención en los casos actuales, es decir, todas aquellas casos de desapariciones posdictadura militar, del 84 para estos días", dijo.
El antropólogo explicó a lo largo del país y en otros países del mundo también se les ha solicitado intervención para la resolución de algunos casos que tienen que ver con desaparición de personas, que esa expansión de la tarea también llevó al equipo a colaborar en otros países. "Siempre lo hacemos a requerimiento de la Justicia, aportando pruebas que puedan ayudar a resolver situaciones de enorme dolor", dijo.
En la provincia, el Eaaf tuvo participación en casos de gran relevancia histórica con tareas realizadas en el cementerio de Yala y en el ámbito del Cabildo de San Salvador de Jujuy, siempre vinculadas con causas de lesa humanidad.
Además, el equipo ha sido convocado para colaborar en casos contemporáneos, como el del joven Diego Fernández, cuyos restos fueron encontrados en una casa en la que vivió el músico Gustavo Cerati.
Si bien Vásquez Reyna participa en tareas de exhumación cuando es necesario, su labor principal se centra en el laboratorio. Allí, a partir del análisis de restos óseos, se realiza lo que se denomina perfil biológico, es decir la estimación del sexo, la edad, la estatura y las posibles lesiones de una persona.
"Luego de ese análisis elaboramos un informe antropológico, y cuando es pertinente se toman muestras de los restos para cotejar con ADN. Ese estudio se contrasta con las muestras de referencia aportadas por familiares, que forman parte de un banco nacional", explicó.
El procedimiento incluye el uso de sofisticados programas de genética que cruzan la información de restos no identificados con los perfiles genéticos de familiares que buscan a sus seres queridos. "Se trata de un banco que no solo tiene alcance nacional, sino que también incorpora muestras de otros países, porque la búsqueda de desaparecidos trasciende las fronteras", agregó.
El Eaaf se caracterizó por desarrollar metodologías propias y por poner a prueba protocolos internacionales en el contexto argentino. Vásquez Reyna destacó que "no es posible aplicar de manera automática un método creado en otro lugar. Siempre se requiere una adaptación y un proceso de validación", explicó. Destacó que se trata de una construcción colectiva del conocimiento, junto con organismos de derechos humanos, familiares y el Poder Judicial, algo que les permitió consolidar una metodología de trabajo reconocida en todo el mundo.
Una de las áreas donde más avances se registran es la genética forense. "Se están aplicando los métodos más actuales para obtener perfiles genéticos incluso a partir de muestras muy degradadas, con bajo contenido de ADN. El laboratorio de genética forense del equipo viene desarrollando un trabajo formidable en este aspecto", subrayó.
El antropólogo reconoció que si bien la institución ha diversificado su campo de acción, el objetivo esencial sigue siendo el mismo, "la búsqueda, recuperación, identificación y restitución de personas desaparecidas es el eje central de nuestra labor. Ese compromiso nos guía desde el inicio y sigue vigente hoy", dijo.