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20 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Tristeza por partida de gran servidor musical

Enfrentó con entereza sus problemas cardíacos y brindó su testimonio abrazando la fe hasta el final.

Domingo, 20 de julio de 2025 00:00
JORGE RODRÍGUEZ

Con su sonrisa amigable y buen trato, Jorge Rodríguez fue un gran evangelizador a través de la música pero también de su vida donde afrontó con entereza complicadas situaciones de salud hasta el viernes. Nacido el 30 de noviembre de 1979, desde los 20 años comenzó a cantar en las iglesias jujeñas.

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Con su sonrisa amigable y buen trato, Jorge Rodríguez fue un gran evangelizador a través de la música pero también de su vida donde afrontó con entereza complicadas situaciones de salud hasta el viernes. Nacido el 30 de noviembre de 1979, desde los 20 años comenzó a cantar en las iglesias jujeñas.

Fue el fundador del Ministerio de Música "Emaús" que inició su tarea en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús y finalizó en la Catedral Basílica, aunque respondía al llamado de la comunidad que precisara acompañamiento.

Buena persona, buen esposo y padre presente, el año pasado se había recibido de profesor de Música. Su enfermedad al corazón motivaron dos trasplantes y dos luchas que "logró pasar porque era una persona de fe, él creía en Dios y en nuestra Madre María", destacó su esposa Gladys.

Lamentablemente una falla en el pericardio motivó que Jorge estuviera internado tres meses en Buenos Aires y superara varias cirugías, pero por complicaciones orgánicas debieron desconectarlo de la asistencia mecánica externa y no resistió.

Las expresiones de pésame se multiplicaron en las redes sociales y continuarán a la espera del arribo de sus restos en las próximas horas para su inhumación.

"Hoy nuestros corazones están de luto por la partida de nuestro querido Jorge, fundador del Ministerio Emaus y quien dedicó su vida con humildad y entrega al servicio de la Iglesia. No solo fue un fiel servidor, sino también un alma generosa que, a través de su voz y su teclado, llenó nuestras misas de música, fe y esperanza. Su presencia en cada celebración litúrgica era un reflejo de su amor por Dios y por los demás. Agradecemos a Dios por el don de su vida y que su ejemplo nos inspire", indicaron desde "Emaús".

 

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