En un momento histórico y en un clima de profunda devoción y de emoción, la feligresía de la localidad de Santa Clara y de toda la región participó de la celebración litúrgica, presidida por monseñor César Daniel Fernández, donde quedó inaugurado y bendecido el santuario y la imponente imagen del Cristo del Cerro como nuevo símbolo espiritual y turístico del lugar.
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En un momento histórico y en un clima de profunda devoción y de emoción, la feligresía de la localidad de Santa Clara y de toda la región participó de la celebración litúrgica, presidida por monseñor César Daniel Fernández, donde quedó inaugurado y bendecido el santuario y la imponente imagen del Cristo del Cerro como nuevo símbolo espiritual y turístico del lugar.
"Cuando sea levantado en lo alto atraeré a todos hacia mí". Esta sentida expresión de Jesús que cita el evangelio, resumió todo lo vivido en esa trascendental jornada, porque desde lo alto del cerro, la imagen del Cristo crucificado con sus brazos abiertos, abraza, bendice y protege esa fértil y fecunda tierra y a su pueblo laborioso.
Desde las primeras horas de la tarde del jueves último, en el templo parroquial se inició la peregrinación al cerro, con imagen de Santa Clara, patrona de la localidad.
Tras la instancia protocolar, Irene Corregidor de Isasmendi, integrante de la Fundación Santa Clara, dio la bienvenida a los presentes y relató una breve historia del Cristo emplazado, señalando la importancia de la imagen en el lugar.
"Este día ha llegado luego de una larga y ardua tarea. Doy gracias al Señor y a nuestra Madre que nos han acompañado en todo momento dándonos fuerza y esperanza. También agradezco a todos los que confiaron en el grupo que ha trabajado porque todas las puertas que golpeamos se abrieron. Agradezco a mi familia y a todos los que han colaborado, me atrevo a ofrecerles el padrinazgo de este Cristo y de este lugar para su mantenimiento y el aporte de lo que haga falta para seguir trabajando en el mirador y el Vía Crucis", dijo.
Por su parte y en representación de los pequeños productores, Rolando Meriles, también tuvo palabras de agradecimiento para el pueblo en general, invitando a todos a seguir colaborando y participando para construir lo que falta hacer de esta obra.
También el padre Miguel Arcángel Méndez compartió una reflexión.
Luego del tradicional corte de cintas, se dejó oficialmente inaugurado el santuario y la imponente imagen, siendo bendecidos por el obispo jujeño.
En su homilía, el obispo de Jujuy, Daniel Fernández, expresó la alegría de compartir con el pueblo este momento de acción de gracias. "Gracias a Dios y a su madre, también a todos los que han puesto su granito de arena y han guardado en su corazón, la llama de poner en valor este lugar m y sea para Santa Clara y sus alrededores un signo de esperanza".
En otro párrafo, indicó que este pequeño santuario es como un recordatorio permanente del amor que Dios tiene por sus hijos porque al ver la cruz, contemplamos su infinito amor. Desde un profundo convencimiento, apuntó que en el corazón de quienes han trabajado por esta obra, habita el sentimiento de que, en ese lugar visible, Jesús recuerde a todos su infinito amor para que nadie se sienta solo, para que nadie sufra sin sentido.
"Que todos sepamos admirar a Jesús que vino a salvarnos, que nos llama a estar junto a él, nos acompaña junto a nuestra vida, en nuestras luchas, en nuestros trabajos, en nuestros dolores, en las enfermedades, con las cosas que nos toca vivir cada día. No estamos solos, él está con nosotros amándonos, invitándonos a vivir en el amor, identificándonos como cristianos porque vivimos el amor. Que el amor que Dios nos tiene nos ayude a querernos un poco más entre nosotros, a mirar a los pobres y enfermos. Que Jesús nos atraiga con su infinito amor y nos lleve a todos a honrar este lugar con la vida que llevamos ahí abajo. Una vida de amor, de servicios, de entendimiento entre nosotros", finalizó.
Un momento emotivo se vivió cuando en la celebración, los pequeños agricultores presentaron su ofrenda de verduras y frutas y productos elaborados artesanalmente.
Finalmente se hizo entrega de estampitas con la imagen del Cristo del cerro y todos disfrutaron de un compartir con chocolate, masas y gaseosas, momento que fue amenizado por una banda de sikuris que sumó color y tradición a esta celebración tan significativa para Santa Clara.