Electores con movilidad reducida y adultos mayores pudieron emitir su voto con total normalidad, gracias al servicio que se les brindó en cada uno de los centros de votación.
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Electores con movilidad reducida y adultos mayores pudieron emitir su voto con total normalidad, gracias al servicio que se les brindó en cada uno de los centros de votación.
Para ello se dispuso que la urna de una determinada mesa fuera movilizada con custodia policial hasta la puerta del cuatro oscuro (que pudo ser el de la misma mesa o de otra) para que la persona pudiera cumplir con su obligación cívica.
Esta situación se repitió en la totalidad de las escuelas habilitadas y, en varios casos, la atención fue destacada por el resto de los electores, quienes, con la mejor predisposición, dieron prioridad a que los adultos mayores pudieran votar primero.
Muchos de estos electores se erigieron como ejemplos ante los votantes, quienes a pesar de no tener la obligatoriedad en concurrir por la edad, conservan la costumbre y ejercen su derecho de manera responsable como todo ciudadano.
Según un relevamiento en horas de la mañana asistió el mayor porcentaje de adultos mayores.