Nombrar al doctor Plinio Zabala es reivindicar quien fuera en todos los actos de su vida un hombre generoso con la gente entregando sus bienes para beneficiar al más necesitado y siempre dispuesto a lo que le piden. Así como pensó en las necesidades de Jujuy su cariño principal fue dar todo para beneficiar a Ciudad Perico.
Al tener el privilegio de conocerlo en visitas que le hice, tuve el privilegio de compartir en la sala donde vivía demostrando ser un hombre correcto, amable, reservado, impartiendo un buen consejo reconocido por todos.
Nació en Jujuy el 12 de mayo de 1886, en la residencia de sus padres López del Villar ubicada en calle Gorriti (donde actualmente funciona el Colegio Nacional N° 1 "Teodoro Sánchez de Bustamante"). En ese entonces, las anotaciones de nacimiento, casamientos y defunciones, se realizaban en las parroquias dado que el Registro Civil recién fue creado en 1889.
Estudió en Buenos Aires y en sus tiempos libres, se dedicó a lo que lo apasionaba: los deportes y muy particularmente se inclinó y destacó en natación, remo, y boxeo, otorgándole premios en el país y en el extranjero.
Al recibirse de abogado y doctor en Jurisprudencia, comenzó a trabajar en un Juzgado de Instrucción de Capital Federal, pero al poco tiempo tomó la decisión de no ejercer la profesión volviendo a Jujuy en el año 1917.
Su propósito fue administrar sus bienes y los de su familia y sus actividades fueron en su finca "El Pongo" durante 58 años. Siempre lo hizo con el asesoramiento y ayuda de su gran colaborador y amigo Félix Yarade quien, con personal capacitado, realizaba cultivos de tabaco, legumbres, cría de ganado vacuno, porcino, caballos y mulares, sin descuidar otros ítems como fue la producción de miel y fabricación de quesos.
Lo dicho por Gloria Quiroga en su libro referido a Plinio Zabala es realidad: "Su generoso legado a través de su testamento fue un acto sin precedentes en la provincia, y se lo conoce como el testador más grande" de Jujuy, asegurando recursos para el bienestar de la comunidad, especialmente en Perico.
Sin duda que su conducta intachable y el reconocimiento de los que lo conocían, marcó una personalidad brillante al igual que la tuvieron sus hermanos que fueron distinguidos en distintos campos: Carlos (senador por Jujuy), Alberto, hacendado, Bonifacio médico pediatra y Arturo médico general reconocido por sus trabajos de investigación en salud y como un estudioso en diferentes ámbitos.
Se interesó por la política y fue diputado provincial por el departamento de El Carmen en 1934-1939 y luego senador de la Nación en el período 1940-1943. Entre sus principales proyectos convertidos en ley fueron dedicados a cuestiones viales: arreglos de caminos vecinales de "San Juancito a Lavayen", o en obras públicas para el departamento de El Carmen, estudiando para dar bienestar a pueblos alejados como Volcán que logró la provisión de agua corriente.
Participó en proyectos de expropiación de tierras con el fin de instalar escuelas, puestos de salud, canchas de deportes. lo que demuestra que no solo trabajo para su querido Perico sino reclamando beneficios a la provincia toda.
Como se dijo Plinio Zabala fue un benefactor permanente de Perico heredadas por parte de su madre Josefa Luisa López del Villar que dejó una incalculable fortuna en propiedades que fueran luego donadas en vida con un gran significado social, cultural y deportivo. Siempre con un fin: ayudar a los más necesitados tratando de mejorar el nivel de la vida de la sociedad.
Nombrar algunas entregas demuestra la importancia de Plinio Zabala dando lo mejor para el crecimiento de Ciudad Perico, donó un terreno para construir la plaza central, y otro para la construcción de la Iglesia. Hizo donaciones de tierras para escuelas y en un lugar privilegiado ofreció un espacio para el funcionamiento del Mercado Municipal. Por su inclinación deportiva no tuvo reparos de dar un terreno de 22.500 metros cuadrados para construir un futuro estadio de fútbol en que al poco tiempo levantaron dos tribunas de cemento.
En su testamento firmado el 8 de noviembre de 1974 donó la totalidad de sus bienes de las fincas El Pongo, el Cadillal, Hornillos y la Posta al hospital "Dr Arturo Zabala" de Ciudad Perico: "que sirvan de alivio a los pobres para que mitiguen sus olores y muerte".
Muere en agosto de 1975 y su gran amigo Oscar Rebaudi Basavilbaso al despedir sus restos dijo que fue "un caballero ejemplar, cuyo culto, después de Dios, fue el de la familia y la amistad. Porque nació con esas virtudes y murió con ellas invariable e inconfundible lo lloramos con desconsuelo como él lo merece".
En su testamento nombra albacea a Félix Yarade, quien sería el responsable del cumplimiento de su voluntad lo que así hizo hasta el año 1977. Al tiempo la administración pasa al Banco de la Provincia - hoy Banco Macro S.A.
La disposición del donante fue que todo lo que se logre de la finca El Pongo sea destinado a un fin específico para el hospital de Perico que lleva el nombre de su hermano.
El reconocimiento a uno de los mayores benefactores que tuvo Jujuy no puede perderse en el tiempo y debe ser siempre recordado. (Autoría Fernando Zurueta).