Este año, el Colegio Nacional Numero 1 "Teodoro Sánchez de Bustamante" en sus 150 años de creación, se muestra ante la sociedad jujeña como uno de los establecimientos que sigue siendo reconocido por su trayectoria.
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Este año, el Colegio Nacional Numero 1 "Teodoro Sánchez de Bustamante" en sus 150 años de creación, se muestra ante la sociedad jujeña como uno de los establecimientos que sigue siendo reconocido por su trayectoria.
Recordando su historia en el año 1869, la población jujeña era muy reducida. Sus residentes vivían en un radio no mayor a treinta manzanas y la mayor preocupación de ese entonces fue el alto porcentaje de analfabetismo lo que también sucedía en el ámbito nacional. Por este motivo, al hacerse cargo de la Presidencia Domingo Faustino Sarmiento muchos argentinos compartieron sus ideas con la esperanza de tener mayor bienestar en su idea principal que fue impulsar la creación de escuelas en todo el ámbito territorial.
Jujuy no estaba ausente de este proyecto y de allí que un grupo de personalidades se entusiasmaron con los dichos de su presidente. La expectativa fue coronada al conocer que el ministro de Instrucción sería Nicolás Avellaneda quien se destacaba por su espíritu emprendedor en el plano educativo.
Por primera vez la Presidencia es ocupada por un maestro y que, en todos sus discursos, emplea el deseo de educar al pueblo argentino.
El enérgico y activo gobernador jujeño Soriano Alvarado de ese entonces, no demoró en dirigirse al ministro de Justicia e Instrucción Pública de la nueva administración. Le pidió a Nicolás Avellaneda que no retardara la fundación del Colegio Nacional de Jujuy, lo que con toda claridad lo explica detalladamente Oscar Rebaudi Basavilbaso en su libro de los orígenes del Colegio Nacional.
Con fecha 16 de febrero de 1869 toma vida la "Casa Nacional de Estudios". Las materias eran latín y gramática castellana- geografía, historia, aritmética y geometría.
Al día siguiente se designa director al doctor José Benito Bárcena, médico distinguido de la ciudad, eminente hombre público y figura consular de la provincia.
Bárcena al agradecer su designación pide un plazo para acceder a su función dado que en ese entonces se desempeñaba como senador nacional en el Congreso. Corresponde destacar la importancia que en temas referidos a la educación que Bárcena deja la senaduría para hacerse cargo del Colegio desempeñándose con responsabilidad y solvencia en funciones hasta el año 1875. Este año se recibieron los cinco primeros bachilleres: Eduardo Noailles, Abelardo Rueda, Manuel Padilla, Mariano Almaraz y Domingo Baca.
Se debe reconocer que los gobernantes no solo creaban los establecimientos sino que se preocupaban para disponer fondos para la compra de libros creándose la Biblioteca donde concurrirían los alumnos. Bárcena junto con el doctor Macedonio Graz hicieron realidad la biblioteca pública abierta a todos los que tenían interés de acceder. Si bien los tiempos de antes no son los de ahora en ese entonces la dotación de libros llegaban en carretas los que tardaban mucho tiempo en llegar desde de Buenos Aires a Jujuy. Por este motivo y en la demora en llegar los libros Alvarado preocupado por su tardanza, crea una comisión para solucionar de inmediato esta necesidad imperiosa y contar con libros de lectura. Se destaca la tarea del doctor Macedonio Graz quien fue un apasionado de la lectura siendo el primer periodista y juez federal que tuvo la provincia. Así lo expresa Néstor Groppa quien durante años fuera escritor y bibliotecario de prestigio que tuvo el Colegio Nacional refiriéndose siempre en sus escritos la destacada actuación de Graz, quien fuera sobrino de otro eminente hombre como fue Escolástico Zegada.
No solo estaba la importancia en la creación del establecimiento sino otro desafío que era buscar el lugar para comenzar sus actividades. La familia Villar Pérez ofrece un inmueble con excelente ubicación situado frente a la plaza "General Urquiza" en calle Belgrano cerca del Cabildo y con los años se trasladó luego a otra casona en calle Alvear donde funciona actualmente la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Jujuy.
No debe pasarse por alto el sentido de colegio mixto que tuvo el establecimiento. De allí obtiene su título su primera egresada Ana Mercedes María Niño, en el año 1916. Se da otro traslado de la Casa Nacional de Estudios a calle Otero 262 donde actualmente está la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy. En ese lugar, en el año 1922, los alumnos de quinto año eran once siendo un grupo de singular sensibilidad, inteligencia y calidad humana dirigida por un patriarcal profesor y rector don Emilio Silvetti. Así lo narra José Armanini como compañero de Carlos Alberto Alvarado, Aníbal Aparicio, David y Héctor Carrillo, Francisco Gámez, Oscar Orías, Miguel Angel Pellegrini, José Salmoiraghi, Miguel Sánchez de Bustamante y Luis Zurueta. Tan destacada fue la camada que al otorgarse el certificado de bachiller, sin que nadie tuviera que rendir examen que el diario de Jujuy "El Heraldo", les dedicó una página que reproducía una síntesis biográfica y una fotografía de cada uno de ellos.
Recién el 18 de noviembre de 1934 el establecimiento comenzó a funcionar en calle Gorriti. Y con los años por gestiones realizadas en el ámbito nacional de su rectora profesora Dolores Fernández de López se logra mediante decreto 16 del año 2015 se declare Monumento Histórico Nacional al Colegio Nacional haciendo mención de la importancia que tiene desde su fundación en 16 de febrero de 1869 imponiéndosele en el año 1928 el nombre de "Dr Teodoro Sánchez de Bustamante" reconociendo los méritos que tuvo en su participación en el Congreso de Tucumán declarando entre otros la independencia argentina.
No debe olvidarse que la Casa Nacional de Estudios es muy cara a los sentimientos de los jujeños. De allí egresaron figuras de enorme valor para manejar no solo los destinos de la provincia en su aspecto administrativo sino la importancia que tuvo en el aspecto político, social, cultural.
No solo en el establecimiento era estudio porque los estudiantes tenían otras inquietudes. Como párrafo aparte merecen recordarse las famosas estudiantinas iniciadas en el año 1918 con el nombre de "El Vejigazo". Era una especie de diario abierto con repercusiones políticas y sociales satirizadas al más alto nivel del humor. Los "profes" de ese entonces eran un flanco perfecto para la burla, como también eran motivo de bromas políticos y hombres de la sociedad jujeña. Todo sería acompañado con fotografías de Gaite y de Cuevas, canciones y falsas parodias. Todas las actuaciones se desarrollaban en el Teatro Mitre, mudo testigo de tantos hechos picarescos como aquel "burro que empacado puso el trasero en el tablero de luces del escenario y nadie pudo sacarlo, ni la fuerza de César Jorge ni la de Tato Rodríguez", mientras los espectadores compartían las ocurrencias con risas y aplausos. Los nombres de alumnos de ese entonces como "Milonga Pellegrini imitando a Yrigoyen, Adolfo Toledo con sus espontáneos chispazos, David y Héctor Carrillo y al no menos juvenil Carlos Alberto Alvarado. Así, en una revista del querido defensor del Vejigazo "Cuti" -Juan Horacio Pasini Bonfanti- recuerda lo sucedido en ese entonces y que mantenemos los que recordamos con nostalgia. En su inicio dice: ". . . la promoción 1916-1917 fueron las que iniciaron las famosas estudiantinas que en 1918 ya tomaron el nombre de El Vejigazo".
El Colegio siguió recibiendo reconocimiento con el tiempo por la labor permanente que desarrollo durante años. No puede dejar de reconocer el famoso "Plan 13", plan de profesores por cargo en que se implementa la doble jornada que dio tanto empuje a la educación argentina. Se debe resaltar en tiempos del rector Alberto Elías Alabi la obtención del quinto lugar del operativo Aprender entre todos los colegios del país, el trabajo de "Los amigos de la naturaleza" que tanto trabajaron, la creación del Museo "Carlos Darwin" con el impulso del rector Oscar Marín, el profesor Osvaldo Cabezas, y los estudiantes Martín Alberto Ibáñez Novión, Carlos del Frari, Hugo Pemberton, Carlos Saravia, Fernando Zurueta, Rubén Ranzoni, con otras actividades en el Colegio en el centro estudiantil con una activa intervención de los alumnos.
El Colegio continúa con su prestigio con los aportes de profesores y alumnos con trabajos publicados en la "Revista del Colegio Nacional" año 1976 y "Teodorito" del año 1990.
Así surge del meticuloso estudio del profesor Oscar Rebaudi Basavilbaso y con posterioridad del profesor Normando Acosta, del historiador, escritor y político Antonio Paleari, y tantos otros que sintieron de corazón a este ilustre Colegio. No puede dejar de reconocerse la labor a cargo del Rectorado del querido rector profesor Oscar Marín, del preciado alumno y profesor Alberto Elías Alabi revitalizando el Centro de estudiantes y del Consejo de Convivencia continuando con la reconocida trayectoria del plan 13 y en su periodo obteniendo el quinto lugar del operativo Aprender a nivel país; de la profesora Susana Quiroga que se opuso a la eliminación para que continúe en funcionamiento el turno de alumnos en la mañana y en la tarde lo que continuó dando jerarquía y prestigio al colegio; de la profesora Dolores Fernández de López quien logró la remodelación del establecimiento, y hoy en funciones la profesora Silvina Cammuso quien tiene incorporado en sus tareas la herencia recibida para mantener el reconocimiento de los jujeños en este establecimiento. Todos, con impronta diferente el Colegio continúa obteniendo un reconocimiento logrado en tantos años. Muchos más acompañaron en cargos administrativos, docentes, y personal que de una manera u otra tuvieron presencia. Vaya todo el reconocimiento de la sociedad jujeña. (Dr Fernando Zurueta, especial para El Tribuno de Jujuy).