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“Aceptar lo que no nos gusta de nosotros es una autoestima sana”

Psicóloga infantil, coautora del libro "Emocionadamente" y cofundadora de JUEGOlogía, donde equipan y capacitan a profesionales de la salud y padres con herramientas lúdicas y terapéuticas. Trabaja sobre las diferentes áreas cognitivas, emocionales y sociales en niños. y actualmente brinda un programa de formación profesional sobre educación emocional y crianza.
Lunes, 01 de abril de 2024 01:00

En los últimos días muchos profesionales de la salud alertaron sobre un fenómeno que preocupa por su fuerte irrupción en la población infantil, la cosmeticorexia.

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En los últimos días muchos profesionales de la salud alertaron sobre un fenómeno que preocupa por su fuerte irrupción en la población infantil, la cosmeticorexia.

Se trata de un interés desmedido por el cuidado de la apariencia sin imperfecciones y el uso excesivo de productos cosméticos para el rostro.

Pero mucho se ha hablado del fenómeno en sí, hasta se lo ha descrito como una obsesión y hasta una nueva adicción en niños. Sin embargo en esta ocasión, más allá de instalar el término, es importante poner en contexto las características que se están dando, en mayor o menor medida, en la población infantil, las circunstancias en que ocurre, las herramientas con las que los padres pueden prevenirla y claro que también los riesgos y consecuencias de la misma.

¿Cuáles son las características que se están dando actualmente en la población infantil en torno al término cosmeticorexia?

Como profesional de la salud mental estamos al tanto de esta situación de que cada vez a edades más tempranas hay un interés mayor por alcanzar ciertos estereotipos de belleza y no desde un lugar recreativo, sino desde la sensación de querer aspirar a ser como determinada influencer o personaje de alguna serie. Es que hoy en día los chicos tienen mayor alcance a las redes sociales, generando sobre todo que la población femenina esté inmersa en el mundo de empezar aplicarse productos de cosmética en su cuerpo para alcanzar la imagen idealizada.

Por eso siempre destacamos que en las redes sociales muestran solo un recorte de la realidad y sobre todo teniendo en cuenta que en ellas se aplican filtros que hacen que la imagen sea "perfecta". Sin dudas, todo esto genera un impacto en la salud mental y en desarrollo emocional.

No hace falta llegar a esta obsesión, hay indicios previos que como adultos tenemos que atender y poder hablar sobre este tema que hace al cuidado físico y, más que nada, al cuidado del amor propio, de quererse como uno es, porque en apariencia física todos somos diferentes y eso está bien.

¿De qué manera y en qué magnitud puede impactar la influencia de estos estereotipos sin la presencia de adultos?

Si no hay ningún tipo de presencia y acompañamiento por parte de un adulto la magnitud puede ser realmente significativa, ya que están construyendo su propia identidad y personalidad con todo lo que eso implica como necesidades físicas y emocionales. Y cuando no hay un sostén continuo, dependiendo de las variables que atraviesen a ese chico, lo más probable que suceda es que ese niño o niña preadolescente crezca con una autoestima no lo suficientemente sana lo que puede llevar a cuadros de ansiedad, depresión. Puede verse afectada su salud mental, y esto es grave. Por eso es importante que como adultos busquemos redes de apoyo ya sea con otras familias o bien consultando a diario con los docentes.

¿Cuáles son esas actitudes a las que se debe estar atentos?

Es importante que cuando veamos señales que un niño o niña está apática, no quiere involucrarse en salidas, deja de disfrutar de las actividades que antes hacía con placer, o está más pendiente de su aspecto físico o la/ lo vemos angustiado, hay que pedir ayuda profesional, y cuanto antes, mejor.

¿Cómo se contribuye a construir una autoestima sana en los chicos?

El autoestima positiva y sana no es decirle al chico o chica que hace todo bien, por el contrario, eso no es sano. El autoestima tiene que ver con un espejo fiel y coherente con lo que uno es por ser consciente y registrar las virtudes que tenemos y también las dificultades que presentamos en ciertas situaciones y contextos. Aceptar los aspectos que no nos gustan tanto de nosotros mismos forma parte de una autoestima sana.

¿Qué otras tendencias derivadas de las redes sociales están impactando en la comunidad infantil?

Uno de los aspectos que afortunadamente ya se ha visibilizado de forma masiva en los medios pero que todavía sigue estando presente son los challenges (desafíos) de TikTok, en los que ven a sus pares haciendo desafíos que ponen en riesgo sus vidas. Hay niños que han fallecido por intentar estas prácticas.

Navegar en internet sin el acompañamiento y la supervisión de un adulto hace que el niño esté a la deriva y no sólo por el contenido que consuman sino también por las personas con las que pueden contactarse. No debemos olvidarnos que el mundo digital está pensado para los adultos, porque ya tienen ciertas herramientas. Hay que considerar que si el adulto también corre peligros y ciertas violencias en las redes sociales imaginémonos en el caso de un niño, por eso es clave la supervisión de un adulto, el acompañamiento y el diálogo.

Este es un tema que compete a la familia y que hay que hablarlo, porque compete a la salud mental de la población infantil y como adultos tenemos que informarnos. Y si no contamos con herramientas, pedir ayuda.

¿Existe una edad adecuada para empezar a usar las redes sociales teniendo en cuenta las agresiones que se sufren a través de ellas?

Los adolescentes sufren aún más las agresiones porque hay una vulnerabilidad. Son tantos los cambios que atraviesan a nivel físico, mental y emocional y que irrumpen de manera repentina en sus cuerpos que llegan al punto de preguntarse si los van a querer con todos esos cambios. También se preguntan ¿Quién soy? y en esa búsqueda de la construcción de su propia identidad estar inmersos en este mundo digital tiene un impacto significativo en su salud mental.

Muchas de las redes sociales indican que la edad sugerida es a partir de los 16 años en adelante, pero lamentablemente los chicos están inmersos desde mucho antes, se podría decir entre los 11 o 12 años y en TikTok desde mucho antes.

Entonces más que una edad sugerida yo destacaría que el acompañamiento tiene que ser crucial y no por ser adolescentes de 16 o 17 años significa que ya saben como hacer uso de la tecnología, todavía siguen siendo menores de edad y están en plena construcción de su identidad y están buscando de construir su personalidad por lo que en el fondo ellos siguen buscando la aprobación y validación de su familia.

Por eso hay que ahondar más en las conversaciones con ellos y no sólo decirles que no se comparen con las personas de las redes sociales sino que también hay que preguntarles qué les genera malestar y darles la confianza de abrirse con nosotros para que nos puedan compartir lo que sienten porque como todo ser humano hay aspectos que no nos gustan de nosotros mismos y es fundamental poder trabajar con eso, en sus virtudes, en lo que tienen para decir y en lo que tienen para mostrar como sus habilidades y competencias, en otras palabras, esos aspectos que van mucho más allá de la apariencia física.

Una última reflexión y mensaje a los padres...

Hoy nos encontramos como madres y padres frente a un gran desafío en la crianza que es el de educar a los niños en el uso responsable de los dispositivos tecnológicos. Más allá de estar a favor o en contra de su uso, la tecnología es una herramienta que lejos de negarla, debemos conocerla para hacer un buen uso de ella. Por ello, es importante tener presente, que la tecnología, como tal, es una herramienta que en sí misma no es buena ni mala, sino que dependerá de cómo y cuál sea el uso que le de la persona lo que genere que sea beneficiosa o, por el contrario, conlleve consecuencias negativas en la vida de la misma.

Sembremos en ellos la confianza de que crezcan sintiéndose personas valiosas de sí mismas, que desarrollen y construyen el amor propio, confiando en quienes son.

 

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