Nuevamente el pueblo jujeño, protagonista de su historia en un hecho de dio inicio a su destino de progreso y desarrollo permanente, más precisamente desde su fundación en 1593. En el marco nacional, desde la Revolución de Mayo de 1810, nuestro anhelo de autonomía se gestaba en forma permanente, todos nuestros representantes en convocatorias nacionales, llevaban instrucciones del Cabildo sobre tal petición, que por inconvenientes políticos y militares, las guerras permanentes, postergaban su tratamiento.
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Nuevamente el pueblo jujeño, protagonista de su historia en un hecho de dio inicio a su destino de progreso y desarrollo permanente, más precisamente desde su fundación en 1593. En el marco nacional, desde la Revolución de Mayo de 1810, nuestro anhelo de autonomía se gestaba en forma permanente, todos nuestros representantes en convocatorias nacionales, llevaban instrucciones del Cabildo sobre tal petición, que por inconvenientes políticos y militares, las guerras permanentes, postergaban su tratamiento.
El canónigo Juan Ignacio Gorriti genera en esta etapa de la autonomía en 1811 sosteniendo que "La ciudad de Jujuy y su jurisdicción (. . . ) se gobierne a sí misma".
El doctor Teodoro Sánchez de Bustamante, gran protagonista en el Congreso de 1816, lleva entre sus instrucciones del Cabildo lograr el reconocimiento de la autonomía, expresando "la igualdad de derechos, la libertad y soberanía o independencia natural de cada provincia y de cada pueblo de las que la componen. . . .". Hasta la petición del general Manuel Arias al general Güemes, que provocó su separación definitiva.
Llegado el momento, en la madrugada del 18 de noviembre de 1834 un grupo de vecinos reunidos en la sala municipal de Jujuy, con la presidencia del coronel José María Fascio, por unanimidad disponen la Autonomía Política de Jujuy, o sea "dejar de depender de Salta y decidir por sí su suerte y arreglar su destino". La legislatura de Salta acepta tal petición el 2 de diciembre. Acción consolidada en la batalla de Castañares del 13 de diciembre de 1834. El Gobierno Nacional el 17 de septiembre de1836 nos reconoce como provincia autónoma.
Fue Jujuy y su pueblo, que, en el año 1834, se constituía como la provincia número catorce en ese año dentro de la Confederación Argentina. Logro concretado luego de un largo proceso histórico político.
El coronel José María Fascio es designado gobernador provisorio, se sanciona la primera Constitución provincial en 1835. Elegimos al primer gobernador titular Fermín de la Quintana (15/03 al 28/11-1835). A partir de entonces Jujuy inicia un proceso de organización política, económica, social y cultural.
Desde su momento fundacional, Jujuy quiso lograr su autonomía fue un 18 de noviembre de 1834, cuando lo logramos por iniciativa de sus principales vecinos. Este es una fecha que nos trae a la memoria de que somos un pueblo soberano, para seguir luchando por el progreso. Sabemos que el espíritu de libertad siempre se ha mantenido, que fue trasmitido de generación en generación a manera de un blasón inmaculado, hay que aclarar que Jujuy no consiguió su libertad a través de una norma legal, sino por virtud del pronunciamiento categórico de sus hijos dilectos, que luego defendieron con amor y fuerza. Hoy tenemos el deber de continuar, con esos ideales, pero debemos dejar las individualidades y los sectarismos, Hoy debemos ser más jujeños que nunca.
Vinculaciones
La guerra civil en el norte y el asesinato de Facundo Quiroga y su relación con la Autonomía Política de Jujuy. A fines de 1834, estalló un conflicto armado de poder en el noroeste, entre Salta (gobernador Pablo de la Torre) y Tucumán (gobernador Alejandro Heredia), el gobierno de Buenos Aires designa a Facundo Quiroga como mediador del mismo para evitar la secesión de las provincias norteñas entre otros motivos políticos.
La guerra terminó con el triunfo de Tucumán. El gobernador de Salta fue tomado prisionero y asesinado. Quiroga al llegar a Santiago del Estero se entera que la situación se resolvía. A su regreso, en Barranca Yaco (Córdoba), el 16 de enero de 1835, fue asesinado por una partida encabezada por Santos Perez. Para la historia fue un crimen político, no resuelto ¿quién lo mando a asesinar, Estanislao López, Rosas o los hermanos Reynafé?
"Situación que aprovechó Jujuy para lograr su memorable hazaña de liberarse de la tutela de Salta y alcanzar su vieja aspiración autonomista en 1834" (Emilio Bidondo; "José M. Fascio y la Autonomía política de Jujuy" 1981).
Primer edificio público
El Cabildo fue la institución que se extendió hasta el primer cuarto del siglo XIX. La vida política y pública giraba en torno a ella. Pero entrado en el siglo XIX perdió poder y progresivamente fue suprimida y remplazada por los municipios. Jujuy fue la última provincia en suprimir su cabildo en el Río de la Plata.
Francisco de Argañaraz y Murguía, el día 17 de abril fundó el archivo de la futura ciudad y la apertura del libro del Cabildo. Los documentos producidos aquel mismo día nos dicen cómo fue aquella primera construcción pública de la ciudad de Jujuy. En el atardecer de la fundación Argañaraz nombró a los integrantes del Cabildo: Pedro de Godoy y Lorenzo de Herrera asumieron el cargo de Alcaldes Ordinarios; Juan de Seguro, Miguel García Valverde, Francisco Falcón y Marco Antonio asumieron como Regidores; Francisco de Benavente asumió como procurador general; Julián Núñez Galván asumió el cargo de Mayordomo. Juan de Seguro se le concedió por única vez dos cargos como Alguacil y Regidor durante los primeros 6 años del nacimiento de la ciudad. En los primeros tiempos de la fundación los vecinos eran conquistadores, descubridores, pacificadores y pobladores; y de estos se elegía al cabildante.
Para ser cabildante, primero se debía ser vecino y debían poseer su residencia en los territorios del Cabildo, poseer un capital, saber leer y escribir, y no poseer deuda a la corona y a particulares.
En los albores de la Revolución el Cabildo de Jujuy convocó un Cabildo Abierto y eligió al canónigo Juan Ignacio Gorriti como diputado a la Junta Grande y a Teodoro Sánchez de Bustamante al Congreso de 1816, quienes iniciaron ante el gobierno nacional el proceso de la Autónoma de Jujuy de Salta, lograda en 1834.
(Profesor David Hugo Mareño, miembro del Instituto Protagonista de la historia de Jujuy).
Fiel defensor de la causa autonomista
Eustaquio Medina, jujeño, casado con Ángela Arias Rivero, propietario de las fincas “Candelaria”’ y “Trementinal”, ubicada de Río Negro, y de otra en la Banda del río Grande, al frente de la ciudad de Jujuy. Integró el Ejército Auxiliar del Perú, en Suipacha, Huaqui, Las Piedras, Tucumán, Salta, Vílcapugio y Ayohuma. En 1815 intervino en Puesto del Marqués, bajo las órdenes de Francisco del Portal y posteriormente en la batalla de Sipe-Sipe. En 1816 participó en la acción de Yavi, bajo el mando del coronel Eduardo Arias asistió a la toma de Humahuaca, el 3 de abril de 1817, en el mismo año enfrentó a los realistas en El Brete. En 1819, se desempeñó como alcalde de Humanidad de Río Negro.
Acompañó a Gorriti en el Combate de León, que pasó a la historia como el “Día Grande de Jujuy el 24 de abril de 1821. Participó en la batalla de Castañares (Salta) el 18 de noviembre de 1834, tras la cual Jujuy declaró su Autonomía de la vieja capital salteña. Fue el primero que firmó el Acta de la Independencia de Jujuy y apoyando la acción militar para defenderla. En el mismo año, fue designado Comandante Militar de Río Negro (Jujuy). Defensor del federalismo en Jujuy, Medina se disponía a derribar para siempre el régimen unitario, puesto que su programa era “Nivelar esta provincia (de Jujuy) con los demás de la Federación”.
El 27 de noviembre de 1835, se puso al frente de las tropas federales e inició el avance hacia Jujuy y destituyó al gobernador de la Quintana y otros jefes unitarios. El Cabildo convocó al pueblo para el nombramiento de un gobernador y capitán general provisorio, designado Eustaquio Medina, pero opositores unitarios como Puch, lo destituyeron.
Fue restituido el día 21 de marzo de 1836, asumió el 24 y el 26 de ese mes de 1836 murió repentinamente (¿envenenado?). Sus restos descansan en la Iglesia Matriz de Jujuy. “Indomable guerrero, entregó su vida a la lucha, primero, la causa emancipadora lo halló entre sus filas, en las que combatió con denuedo y valor. Más tarde fue la autonomía de su tierra nativa. Por último, al federalismo empeñó todos sus sacrificios. Corresponde a los jujeños rescatar su imagen y llevarla al sitial que merecen tantos hombres y mujeres ignorados por la historia. En tanto lo logremos, será Justicia. Fue un guerrero indomable, defensor de la Autonomía Política de Jujuy. La justicia social debe reconocer su valor y heroísmo” -Juan Carlos Matthews-. (Profesor David Hugo Mareño, miembro del Instituto Protagonista de la historia de Jujuy).