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25 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Ceferino Reato desempolva la controversia en torno al crimen del padre Mugica

En el libro y fiel a su estilo, aborda con valentía el incidente que contradice el relato setentista. Se concentra en los usos políticos del hecho que conmovió al país y el lamentable rol de la Justicia.
Miércoles, 28 de agosto de 2024 01:04
CEFERINO REATO

Ceferino Reato es uno de los periodistas más lucidos del país que -en su afán de aproximarse a la verdad- ha tenido la valentía de rescatar las voces que fueron silenciadas por los “dueños” del relato setentista. En su último libro, Padre Mugica, no solo se concentra en la vida y muerte del considerado primer cura villero del país, sino también en los usos políticos del crimen que conmovió a la Argentina de aquellos tiempos, signada por la convulsión social y la violencia.

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Ceferino Reato es uno de los periodistas más lucidos del país que -en su afán de aproximarse a la verdad- ha tenido la valentía de rescatar las voces que fueron silenciadas por los “dueños” del relato setentista. En su último libro, Padre Mugica, no solo se concentra en la vida y muerte del considerado primer cura villero del país, sino también en los usos políticos del crimen que conmovió a la Argentina de aquellos tiempos, signada por la convulsión social y la violencia.

A cincuenta años del incidente, Reato desempolva la controversia en torno a quién o quiénes ordenaron el homicidio: los Montoneros o la Triple A. Si bien la justicia de la mano del controvertido juez Norberto Oyarbide -ya fallecido- atribuyó a la Triple A la autoría del asesinato, muy pocos suscriben a esta teoría. En el libro y fiel a su estilo, Reato pone luz a la cuestión. “La historia oficial indica que fue asesinado por la Triple A, el escuadrón paraestatal de derecha con vértice en el ministro de Bienestar Social, José López Rega, también secretario privado presidencial, primero de Perón y luego de su sucesora, María Estela Martínez de Perón, más conocida como Isabel o Isabelita.

CASEMI JUJUY | ESCENARIO DE LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE REATO. EN LA FOTO EL PRESIDENTE DE LA UNIÓN INDUSTRIAL DE JUJUY, FEDERICO GATTI, HABLA DEL AUTOR

Así lo estableció el polémico juez Norberto Oyarbide en 2012, cuando el presunto autor material, un expolicía, había fallecido tres años atrás, pero su insólita ‘declaración’ judicial presenta varios puntos débiles, y no solo en su intento de culpar a la Triple A por un crimen que muchos siguen atribuyendo, dentro y fuera del peronismo, a la cúpula de Montoneros, que en aquel momento disputaba salvajemente con Perón la conducción de esa fuerza política, el gobierno y el país. Mugica defendía a Perón en esa pelea y, por ese motivo, estaba duramente enfrentado con sus exdiscípulos de Montoneros. Lógicamente, la ‘declaración’ de Oyarbide -siempre bien dispuesto a agradar al oficialismo de turno- fue recibida con satisfacción por el gobierno de Cristina Kirchner, el kirchnerismo y los organismos de derechos humanos, que reivindican a los montoneros y a la militancia armada de los setenta”. Carlos Francisco Sergio Mugica Echagüe fue acribillado a balazos el 11 de mayo de 1974 cuando salía de dar misa.

La presentación

Recientemente en la sede Casemi Jujuy del barrio Bajo La Viña y ante un selecto auditorio, Ceferino Reato presentó Padre Mugica. En la ocasión, el presidente de la Unión Industrial de Jujuy, Federico Gatti, habló de la trayectoria del autor. Tras la presentación Reato dialogó con nuestro matutino sobre la obra que demandó un importante trabajo de investigación de cerca de dos años.

En estos tiempos de la famosa grieta sentarse a escribir y dar la otra versión de los hechos ha sido un desafío y hasta me atrevería a decir un acto de valentía.

El padre Mugica es un personaje que estaba muy alineado con los Derechos Humanos, el progresismo, la izquierda, precisamente porque el kirchnerismo, en época de Cristina sobre todo, se preocupó en invertir, gastar varios recursos del Poder Judicial para demostrar que este señor hace cincuenta años había sido asesinado por la Triple A. El objetivo de ella con el juez Norberto Oyarbide fue: pongamos a Mugica del lado de los buenos, es de decir de nosotros, en el santoral de la militancia juvenil de los setenta. Y eso es una parte fuerte del relato porque a partir de una declaración judicial de Oyarbide hubo muchos homenajes y una reconciliación póstuma entre Mugica y los Montoneros. Entonces a partir de allí en la villa juntaron la placa de él con otra placa de Walsh y otros notables montoneros.

Esa es una reconciliación falsa porque Mugica terminó muy enfrentado con Montoneros, pero el gobierno de Cristina lo amigó después. Entonces ahí aparece como una figura estática que en su momento apoyó a los montoneros y después siguió apoyándolos y así se murió porque fue asesinado por la Triple A el 11 de mayo de 1974 durante el gobierno del presidente Perón. Pero con Perón no se metieron porque Oyarbide dijo ‘en la causa no encontré nada que involucrara a Perón’.

En realidad en la causa no encontró nada porque no había causa ni una gran investigación, pero el juez tomó los testimonios que le servían para probar lo que él quería probar: lo mató la Triple A y hasta encontró un testigo que 37 años después se desdijo. ‘Todo que lo que dije hasta ahora no es verdad, tenía miedo, en realidad lo mató Almirón’. Yo sigo a ese testigo porque va enmendando ese relato que él va cambiando y se va haciendo ultra cristinista, al punto que al mes del testimonio éste dice en un acto ‘yo que conocí al padre Mugica, estoy seguro que si él viviera estaría a muerte con Cristina’. Yo cuestiono esa hipótesis y tomo el expediente judicial que, si bien no se investigó casi nada, ahí están los testimonios de primera mano y de primera época y está claro que cuando a él lo matan, los sospechosos eran los montoneros. Y por qué, porque él estaba peleado duramente con los montoneros que en ese momento desafían a Perón asesinando a Rucci.

ENCUENTRO | MUGICA JUNTO AL ESCRITOR JULIO CORTÁZAR, EL POETA VICENTE ZITO LEMA Y EL EXOBISPO JERÓNIMO PODESTÁ.

El cura Mugica es uno de los que impulsa una ruptura en montoneros. La semana anterior al asesinato le dice a varias personas ‘estoy muy peleado con la plana mayor de Montoneros, Firmenich, me van a matar’. Después lo testimonia nada menos que Timerman en La Opinión. No sé si lo mataron los montoneros o la Triple A, sino que analizo porque no encontré pruebas suficientes para decir lo mató este o el otro.

A partir de las investigaciones de varios de tus libros se han abierto algunas causas resonantes. ¿Tenés alguna esperanza de que en algún momento la Justicia determine quién mató realmente a Mugica o crees que es un caso cerrado?

Yo creo que es un caso cerrado, pero hay una cosa importante. Toda la causa de la Triple A, en este momento, está en la Corte Suprema de Justicia que tiene que dictaminar si efectivamente cometió crímenes de lesa humanidad y desde qué fecha. El otro libro, sobre el asesinato de Rucci (Operación Traviata) reabrió la causa; o el del atentado al comedor de la Policía Federal, también la reabrió y se volvió a cerrar, ahora está en veremos. Operación Primicia, el ataque al cuartel de Formosa, descubrió un poco el tema de que se le pagaban indemnizaciones a los guerrilleros muertos en combate y no a los soldados. Hubo una gestión y probablemente ahora les paguen a los familiares de los soldados muertos y también a los soldados heridos. Nosotros vivimos en el pasado gracias a los Kirchner porque ellos en realidad usaban el pasado para hacer política en el presente.

Ellos decían los mismos malos que hoy enfrentamos son aquellos, pero esta vez los vamos a vencer. Y Milei, el 24 de marzo hace una relectura totalmente distinta, pero también parcial porque pone el eje en las víctimas de la guerrilla y en las irregularidades con las indemnizaciones, pero olvida o deja al costado los delitos de lesa humanidad de la dictadura. Es decir, estamos en lo mismo, como a él le interesa menos esa época tal vez tengamos las expectativas de que deje tranquilos a los periodistas y a los historiadores para que puedan reescribir la historia.

¿Y también para que la Justicia pueda investigar cómo se debe?

Sí también, podría ser.

¿Tenés esperanzas? 

ALMUERZO | MUGICA, JUNTO A CÁMPORA Y LASTIRI.

No sé, está complicado, porque el fuero federal en especial, pero en general la Justicia ha sido muy colonizada por el kirchnerismo, los Derechos Humanos. Tampoco es mi gran preocupación y nunca me pregunto eso. A mí me interesa solo la historia, todo lo que haga la Justicia no es un problema mío ni en un sentido ni en el otro. Lo que sí me parece es que la política influye mal en la historia porque la historia es para los historiadores y los políticos buscan el poder y en todo caso usan la memoria. Han hecho carne esa frase Memoria, verdad y justicia, yo diría Historia, verdad y justicia.

¿Salvando las distancias porque en este caso estamos hablando del asesinato de una persona, ves similitudes en cuanto al uso del aparato propagandístico -durante el kirchnerismo- para instalar un relato y combatir a quienes pensaban diferente?

Claro, eso es en un momento de esplendor de 6 7 8, los medios que tenían, los periodistas comprados -ensobrados diría Milei- eran para los que osábamos decir otra cosa como un fusilamiento mediático. Pero las balas eran de fogueo porque era todo mentira. Creía el que quería creer, pero la gente que había vivido los ‘70 sabía muy bien qué había pasado.

Tuvieron mucho éxito, pero eso me parece que terminó. Fijate que en su periodo de esplendor, al principio de la presidencia de Alberto Fernández, las Abuelas y las Madres volvieron a presentar el proyecto para establecer el delito de negacionismo a imagen de la legislación francesa y alemana. Fernández dijo que le gustaba la idea, pero no mandó nada al Congreso. En ese momento se discutía eso, el que osara decir que no fueron treinta mil era un negacionista y las penas iban hasta tres años de prisión.

La caída de Fernández no solo destruye el falso relato con el feminismo, sino también sobre los setenta porque es todo el mismo paquete. Estos usaban los Derechos Humanos no solo para imponer un relato, sino para cancelar a otros que pensaban distinto. Y lo mismo hacían con el feminismo. No solo era una interpretación digamos filosófica sino que también eran un instrumento de persecución y de cancelación. Ahora todo esto en cuestionamiento.

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