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25 de Junio,  Jujuy, Argentina
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“Lo único que me importa es contar una historia”

Sostuvo la escritora al poner de relieve que “los contratos y los pagos suceden en la periferia”. La bestseller chilena habló de su nuevo libro infantil, “Perla, la súper perrita”, y la lectura como refugio.

Domingo, 02 de junio de 2024 01:00
ISABEL ALLENDE | ACABA DE PUBLICAR UN NUEVO LIBRO EN QUE RETORNA A SU PRIMER AMOR: LA LITERATURA INFANTIL.

Isabel Allende tiene 81 años, una extensa obra traducida en 42 idiomas y millones de lectores alrededor del planeta. No recuerda la vida antes de la escritura y al parecer tampoco le interesa. Lo suyo es contar historias y acaba de publicar un nuevo libro en que retorna a su primer amor: la literatura infantil. Los dos primeros títulos que publicó en su vida fueron para chicos: “La abuela Panchita” y “Lauchas y lauchones, ratas y ratones”, ambos de 1974. Cincuenta años después regresó con “Perla, la súper perrita”, editado por Penguin Kids.

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Isabel Allende tiene 81 años, una extensa obra traducida en 42 idiomas y millones de lectores alrededor del planeta. No recuerda la vida antes de la escritura y al parecer tampoco le interesa. Lo suyo es contar historias y acaba de publicar un nuevo libro en que retorna a su primer amor: la literatura infantil. Los dos primeros títulos que publicó en su vida fueron para chicos: “La abuela Panchita” y “Lauchas y lauchones, ratas y ratones”, ambos de 1974. Cincuenta años después regresó con “Perla, la súper perrita”, editado por Penguin Kids.

Ilustrado por Sandy Rodríguez, el libro tiene como narradora a una pequeña perra, entusiasta y valiente. Hay una breve carta aclaratoria en el inicio: “Querido lector o lectora, quizá notaste que mi nombre, Isabel Allende, aparece en la portada de este libro, pero esta historia la cuenta Perla, la súper perrita. Eso es porque Perla es mi mejor amiga”. Perla tiene dos poderes: puede hacer que todos la quieran y rugir como un león. Todo indica que la perrita existe, que no es solo una invención, sino que del otro lado del libro, en la realidad, hay una Perla. Y es así. La escritora tiene su Perla, una perrita rescatada, de raza indefinida, como dice. “Todos los perros que he tenido han sido rescatados; nunca he comprado un perro”, sostiene.

“Cuando era chiquita, era un ratón porque era completamente negra. Ahora le están saliendo unos pelos blancos que la hacen ver un poco mejor. Tiene nueve años y una personalidad enorme. Tiene los dos superpoderes que aparecen en el libro. El primero: es adorable y todo el mundo la quiere. Y el segundo: tiene algo en las cuerdas vocales, no sé qué será, y ella ladra y gruñe como perro grande. Entonces, si tú la oyes al otro lado de la reja, cuando no la ves, parece que hubiera un policía alemán adentro de la casa. Luego la ves y dices: ¿y este ratón?”, señala la bestseller chilena en una entrevista a Infobae.

Y agrega que “la idea del libro salió de mi agente, Joanna Castillo, que llevaba años diciéndome que yo había experimentado todo. Tenía novela histórica, novela literaria, memorias, cuentos, literatura para adolescentes, pero no tenía algo para niños chiquitos. Y la verdad es que yo no tenía niños chicos alrededor porque mi nieto más joven tiene 30 años, imagínate. Pero resulta que hay una vecina que tiene una nieta que se llama Camila, que viene los martes y jueves a leer a mi casa. Entonces ella entra gritando íbook!, íbook! y nos sentamos a leer. Ella siempre quiere los mismos libros, le gustan los de animales, y después tomamos helado. Y ella conoce muy bien a Perla. Y cuando Camila vio el libro... imagínate: íconoce a la protagonista! Y conoce un episodio que pasó en el parque: un perro grande atacó a mi Perla y ella se defendió. No solamente se defendió, sino que el otro perro dio media vuelta y salió corriendo, y ella corría detrás a morderle las patas porque no alcanzaba más arriba. Tiene esa personalidad valiente, atrevida. Ella no sabe que es tan chica, se siente mucho más grande de lo que realmente es”.

Allende asegura que “el único mensaje del libro que está claramente dicho ahí es que los abusones, los bullies, son cobardes y que si tú los enfrentas no se atreven. Ellos siempre abusan del más débil, del más chico, de la víctima. Entonces no te pongas en posición de víctima. Defiéndete. Hay tantos terrores de los niños que no se hablan. Por ejemplo, todos los niños dicen que tienen miedo de la oscuridad, pero un niño que es abusado en la escuela o en la calle, o incluso en la casa por un hermano mayor, no lo dice, tiene vergüenza, tiene temor. Creo que el libro pone sobre la mesa la oportunidad de hablar del tema. Cuando los padres o los maestros le leen a un niño este libro pueden preguntarle: ¿te ha pasado?, ¿conoces a alguien que abuse de alguien? En fin, poner el tema sobre la mesa”.

Cuando le preguntaron si cambió algo en su forma de relacionarse con la escritura y con la lectura, respondió que empezaba todos sus libros el 8 de enero. “Y empiezo siempre con terror. Puedo tener una idea, pero de ahí a llevarla al papel y a veces no tengo ni siquiera una idea, tengo nada más que la disciplina de que el 8 de enero me voy a sentar a escribir y quizás no tengo plan ni guion: me lanzo de cabeza a la piscina y ahí veremos si puedo nadar. He aprendido a tener un poco más de seguridad en mí misma. Escribí ‘La casa de los espíritus’ y pensaba que era como una manzana que me cayó como un regalo del cielo, pero que nunca más se iba a repetir. Y tuve esa sensación de que era una cosa única con cada libro hasta que, luego de diez años escribiendo, me di cuenta de que era algo que estaba allí y yo tenía que encontrarlo, que era cuestión de tiempo, paciencia, dedicación y el ojo para encontrarlo, pero que no me iba a caer encima, sino que yo tenía que encontrarlo. Eso me dio más seguridad en que esto es un oficio como cualquier otro y hay que cultivarlo con gran paciencia y tenacidad”.

Para la prolífica escritora su condición de bestseller “no influye para nada” a la hora de encarar un nuevo libro. “Primero, no lo manejo yo. Mi hijo y mi nuera manejan mi fundación y todo lo que tenga que ver conmigo desde los impuestos para adelante. Yo publico en 42 lenguas, muchas emisiones por lengua, entonces te puedes imaginar lo complicados que son los contratos, los pagos, la plata que viene en diferentes monedas a diferentes momentos del año, las entrevistas. Ahora, por ejemplo, estoy contestando entrevistas por un libro que yo escribí hace diez años y que recién se está traduciendo en Eslovenia.

Es complicado todo eso, pero sucede en la periferia. A mí lo único que me importa es contar una historia, ese es mi oficio. Me siento el 8 de enero a contar mi historia. ¿Quién la va a recibir?, ¿acaso le va a gustar al editor, a los críticos?, no me importa nada. Lo único que me importa es contar la historia lo mejor que yo pueda. He adquirido esa libertad. Creo que siempre la tuve. Nunca pensé en la forma en que el libro iba a ser recibido. La única vez que tuve muchas dudas fue cuando escribí ‘Paula’. Cuando mi hija cayó en coma y murió fue terrible. Sentía que esa historia no me pertenecía; además era muy íntima, muy cruda. Tuve dudas, pero las personas que la leyeron, que fue el marido de Paula, su viudo, mi mamá y mi agente, todos dijeron que tenía que publicarse. Esa fue la única vez que he pensado en el interlocutor, sino yo ya quiero contar una historia”.

Pasión por la lectura y escritura

ADORABLE | “PERLA, LA SÚPER PERRITA”, PROTAGONISTA DE LA HISTORIA.

“Me dicen: ‘¿cómo podés escribir tanto?’. Es que eso es lo único que hago. No hago deporte, no juego ningún juego, no me gusta la gente, no voy a fiestas. Lo único que me gusta es leer y contar historias. Entonces esta es mi vida y no lo puedo separar. Cuando empiezo a escribir estoy angustiada porque todavía no tengo el tono ni el ritmo ni la voz narrativa ni los personajes ni nada. Ahí estoy angustiada. Y después, cuando el libro parte, cuando los personajes empiezan a vislumbrarse como personas y hacer cosas, ya estoy fascinada y sueño, pienso, voy manejando el auto y me pierdo porque voy metida en el libro y se me olvida dónde estoy. Puede ser un principio de demencia, pero creo que es que estoy demasiado interesada en la historia”, señala Isabel Allende.

“Yo siempre les digo a los aspirantes a escritores que me escriben pidiéndome consejo: esto es como enamorarse. Cuando uno se enamora, uno encuentra tiempo en el medio de todo para poder estar con la otra persona. Y lo más importante, la prioridad 1 es el amor. Bueno, en este caso la prioridad 1 tiene que ser la escritura. Tú no puedes estar dejando la escritura para cuando tengas tiempo, así no va a resultar”. Menciona que “ahora la gente joven tiene miedo de la página física. Leen en la pantalla, o si no escuchan audiolibro. Y a mí me parece bien: el medio no importa, lo que importa es la literatura. Se trata de poder contar, escribir, plasmar ideas, todo eso va a perdurar, eso no se va a acabar. Yo espero que te pongan un chip en el cerebro y durmiendo leas un libro. íSería fantástico!”.

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