La tarde del martes de Boca en Ezeiza se vio alterada por un nuevo episodio protagonizado por Marcos Rojo, quien abandonó el predio sin participar del entrenamiento, luego de mantener un intercambio tenso con el cuerpo técnico que encabeza Miguel Ángel Russo.
inicia sesión o regístrate.
La tarde del martes de Boca en Ezeiza se vio alterada por un nuevo episodio protagonizado por Marcos Rojo, quien abandonó el predio sin participar del entrenamiento, luego de mantener un intercambio tenso con el cuerpo técnico que encabeza Miguel Ángel Russo.
El zaguero central, de 35 años, tiene contrato vigente hasta diciembre, pero su situación en el club es cada vez más insostenible. En medio de su deseo de salir —y con Estudiantes al acecho—, volvió a chocar con el entrenador en un momento delicado para el Xeneize, tanto en lo futbolístico como en lo institucional.
El ex Manchester United no fue parte del grupo que se reunió con el cuerpo técnico este martes, en una charla que excluyó a varios jugadores que no participaron del último partido frente a Huracán: Ayrton Costa, Nicolás Figal, Marcelo Saracchi, Lucas Blondel y el propio Rojo.
Según pudo saberse, la discusión con Russo terminó por marginarlo no solo del entrenamiento del día, sino también de las próximas prácticas de doble turno previstas para viernes y sábado. Una decisión fuerte que deja claro que la relación está completamente desgastada.
La tensión entre Rojo y el mundo Boca no es nueva. Desde hace meses, el defensor atraviesa un desgaste evidente con el club, agravado por una serie de actitudes que molestaron tanto a Russo como a Juan Román Riquelme, quien lo había respaldado en otras etapas.
Lesiones prolongadas, algunas declaraciones poco oportunas y ciertas reacciones internas que no fueron bien recibidas terminaron de colmar la paciencia. El último gran quiebre había sido en Miami, durante el Mundial de Clubes, cuando Rojo no sumó minutos pese a la llegada sobre la hora de Ayrton Costa, y se lo reprochó directamente al DT.
En Boca, por el momento, no están dispuestos a rescindirle el contrato, lo que deja a Rojo en una situación incómoda: sin lugar en la consideración de Russo, pero con vínculo firmado hasta diciembre.
Mientras tanto, desde La Plata llegan señales de un posible regreso. Juan Sebastián Verón, presidente de Estudiantes, confirmó en declaraciones al streaming de 0221 que recibió un llamado del propio Rojo, aunque fue claro al señalar que hay heridas abiertas con la gente del Pincha.
"Tiene que aclarar cuestiones con el hincha", dijo Verón, en relación al modo en que se fue en su última etapa en el club. Incluso, la barra conocida como Los Leales lo trató de traidor en redes sociales, dejando en evidencia que su vuelta no sería sencilla.
“Le dije que a mí no tenía que llamarme para pedirme perdón. ¿De qué lo tengo que perdonar? Es un flaco que tiene su edad, sabe lo que hace y las decisiones que toma”, agregó el presidente. Y cerró: “Él hizo saber que quiere volver. Tienen que pasar un montón de cosas en el medio. Yo no di el visto bueno a nadie”.
Marcos Rojo vive sus últimos días como jugador de Boca en medio de una tensión creciente. A la espera de una definición sobre su futuro, el zaguero ya no entrena con normalidad, no es tenido en cuenta y su imagen dentro del club se desdibuja cada vez más. La puerta a Estudiantes parece entreabierta, pero ni el club ni la gente le garantizan un regreso en paz.