Joao Fonseca dejó de ser promesa para convertirse en realidad. El brasileño se impuso en sets corridos, por 6-4 y 7-6, ante Francisco Cerúndolo y obtuvo de esta manera su primer título ATP en el Abierto de Buenos Aires que concluyó ayer por la tarde en el estadio "Guillermo Vilas" del Buenos Aires Lawn Tennis Club. El carioca, de apenas 18 años, es el campeón más joven en la historia del certamen y el segundo tenista de su país en consagrarse.
inicia sesión o regístrate.
Joao Fonseca dejó de ser promesa para convertirse en realidad. El brasileño se impuso en sets corridos, por 6-4 y 7-6, ante Francisco Cerúndolo y obtuvo de esta manera su primer título ATP en el Abierto de Buenos Aires que concluyó ayer por la tarde en el estadio "Guillermo Vilas" del Buenos Aires Lawn Tennis Club. El carioca, de apenas 18 años, es el campeón más joven en la historia del certamen y el segundo tenista de su país en consagrarse.
Los dos tenistas comenzaron el set inicial con algunas inseguridades y rompieron el primer turno de saque del rival. La diferencia definitiva llegó en el séptimo juego, cuando el joven de 18 años quebró el servicio de Fran. Desde ese momento, el oriundo de Río de Janeiro no dio chances al porteño que a lo largo de todo el cotejo nunca logró sentirse cómodo. En los momentos cúlmine, Fran no fue eficaz, mientras que su contrincante no contó con errores que lo dejaran al borde del abismo en ningún tramo.
El segundo parcial comenzó parejo y la distancia que determinó al nuevo campeón del torneo más importante del país tuvo que esperar hasta el tiebreak. Con una ventaja de 4-0 en la definición, Fonseca se alejó para cerrarla 7-1 y 24 años después se coronó en el mismo certamen que Gustavo Kuerten.
Tras el encuentro, el nacido en Río de Janeiro se refirió a todo lo que debió afrontar a lo largo del torneo para llegar al momento más alto de su incipiente carrera. "Simplemente, una semana de sueños. Enfrenté muchas barreras. Tuve que jugar contra cuatro argentinos y es muy difícil con la torcida que tienen. Quiero agradecer a los brasileños por venir aquí. Me ayudaron mucho durante toda la semana y hoy en mi primera final, eso fue diferencial", sostuvo el tenista.
Por último, con las pulsaciones a flor de piel, reflexionó acerca de su futuro promisorio: "Cada uno tiene su tiempo, obviamente estoy mirando alto. Quiero ser número uno, quiero ganar Grand Slams, el cielo es mi límite. Estoy trabajando para eso. Tengo que tener mucha humildad y carisma. Tengo que seguir con los pies en la tierra y quiero agradecer a todo el mundo que me está ayudando. íVamos Brasil!".