La tecnología Quantum Dot se ha consolidado como uno de los grandes avances en calidad de imagen dentro de la industria de las pantallas. Estas diminutas partículas semiconductoras, miles de veces más finas que un cabello humano, permiten un nivel superior de precisión cromática, brillo y uniformidad. Samsung, pionera en su desarrollo y aplicación, lleva más de diez años liderando esta transformación tecnológica.
Una nueva generación de pantallas
Los puntos cuánticos ofrecen una amplia gama cromática que se acerca notablemente a los colores que percibe el ojo humano. Además, permiten ajustar la luz a nivel de píxel para obtener negros más profundos y precisos, junto con una luminancia uniforme desde cualquier ángulo de visión. Otro beneficio clave es la reducción en la emisión de luz azul, lo que genera una experiencia visual más cómoda para los usuarios.
Desde 2014, Samsung ha avanzado en su aplicación de Quantum Dot tras desarrollar el primer material sin cadmio del mundo, un hito que permitió comercializar las pantallas SUHD sin recurrir a componentes tóxicos. Ese fue el punto de partida de una evolución constante en materia de televisores premium.
Qué diferencia a las pantallas Quantum Dot
A medida que diversas marcas adoptan esta tecnología, las diferencias entre los televisores con puntos cuánticos radican en tres factores esenciales:
el contenido de Quantum Dot,
la calidad de la película donde se alojan
y la ausencia de materiales tóxicos.
Contenido de Quantum Dot: Para lograr colores intensos y ricos, la película necesita al menos 3.000 partes por millón de puntos cuánticos. Solo así se alcanza el rendimiento cromático característico de esta tecnología.
Película Quantum Dot: Las pantallas QLED de Samsung eliminan la capa de fósforo, lo que mejora la eficiencia energética y el brillo. En los modelos QD-OLED, la combinación entre una capa TFT, una fuente de luz autoemisora y la película de puntos cuánticos eleva aún más la calidad de imagen y la durabilidad.
Sin cadmio: En los inicios de esta tecnología, el cadmio era clave para lograr precisión en color y contraste, pero su toxicidad frenó su avance. Samsung resolvió este desafío creando en 2014 los primeros puntos cuánticos libres de cadmio, marcando un antes y un después en la industria.
Una década de liderazgo global
Aunque la investigación de Samsung comenzó en 2001, el verdadero quiebre llegó en 2014 con el desarrollo del material sin cadmio. Desde entonces, la compañía ha registrado más de 150 patentes y protagonizado los principales avances del sector.
En 2017, Samsung presentó su línea QLED, que superó las limitaciones de las pantallas OLED tradicionales. Gracias a la tecnología de puntos cuánticos metálicos, la marca alcanzó por primera vez el 100% del volumen de color bajo el estándar DCI-P3, impulsando un nivel de fidelidad cromática inédito en el mercado. La incorporación de nanocristales inorgánicos también eliminó el riesgo de burn-in, extendiendo la vida útil del panel.
El desarrollo continuó: en 2019 Samsung logró avances en emisores rojos y en la eficiencia de los emisores azules autoemisores, considerados los más complejos. “Descubrir un material azul para los QLED autoemisores y demostrar un rendimiento líder fueron logros significativos”, explicó el Dr. Eunjoo Chang, del Instituto Avanzado de Tecnología de Samsung.
Estos progresos derivaron en el lanzamiento de los televisores QD-OLED, que hicieron historia al obtener el premio Best of Innovation en CES 2022.
Mirando al futuro
Hoy, Samsung continúa apostando por las tecnologías de visualización de nueva generación, desde QLED hasta Neo OLED, con foco en mayor brillo, mejor reproducción del color y tasas de refresco más altas. Con el respaldo de su liderazgo en puntos cuánticos, la compañía reafirma su posición en el mercado premium y anticipa un futuro en el que la calidad de imagen seguirá elevándose.