La Unidad Fiscal Especializada de Delitos contra la Propiedad e Integridad de las Personas del Ministerio Público de la Acusación, a cargo de Aldo Hernán Lozano, dio por concluida la investigación penal preparatoria el expediente judicial que tiene al enfermero Alfredo Fabián Solano (47), quien está acusado de intentar matar a un bebé el pasado mes de abril, suministrándole leche a través del suero.
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La Unidad Fiscal Especializada de Delitos contra la Propiedad e Integridad de las Personas del Ministerio Público de la Acusación, a cargo de Aldo Hernán Lozano, dio por concluida la investigación penal preparatoria el expediente judicial que tiene al enfermero Alfredo Fabián Solano (47), quien está acusado de intentar matar a un bebé el pasado mes de abril, suministrándole leche a través del suero.
Solano llega a estas instancias judiciales en calidad de detenido por la supuesta autoría de homicidio por alevosía en grado de tentativa (hecho ocurrido en abril pasado) e incumplimiento a los deberes de su función pública (por un hecho ocurrido en 2022).
El lunes pasado se celebró la quinta audiencia, en donde el fiscal Aldo Hernán Lozano solicitó al juez de Control y Garantías el pedido de elevación a juicio para Solano, luego de haber presentado formalmente los elementos de pruebas que la Unidad Fiscal fue recabando a lo largo de este tiempo, dando por concluida la etapa investigativa.
Una fuente cercana a la investigación, le confió a nuestro que uno de los puntos más importantes para solicitar la prisión preventiva de Solano, fueron los informes psicológicos del gabinete profesional del MPA.
La conducta de Alfredo Fabián Solano fue evaluada y descubrieron rasgos psicopáticos. Con una personalidad manipuladora, autoritaria, doble perfil, descripciones que caracterizan a personas potencialmente violentas e intolerantes a situaciones que no puede controlar.
De la investigación se desprendió que sobre Solano pesa una causa de violencia de género desde 2023 y una medida de restricción perimetral y prohibición de acercamiento, donde en su momento el Juzgado de Violencia de Género había resuelto que se abstenga de mantener contacto con su expareja y con sus hijas, por el grado de violencia que ejercía sobre ellas.
"No sé qué me pasó"
El enfermo pidió declarar en una de las audiencias imputativas y para sorpresa de las partes, se reconoció en el momento y lugar del 23 de abril en el hospital Materno Infantil "Héctor Quintana". Admitió que ese lugar no era su puesto de trabajo y terminó reconociendo que confundió el suministro de un suero de color transparente por el de leche, de color blanco y le dijo al juez "no sé qué me pasó", agachó la cabeza y dijo que esos días estaba disperso, porque pensaba mucho en sus hijas.
Para los investigadores, nada de lo que dijo condice con los elementos de pruebas que obran en el expediente judicial. Al tratarse de una persona instruida con título de instrumentador quirúrgico, enfermero profesional, con más de diez años de antigüedad de realizar a diario sus tareas en un nosocomio, no hay lugar para que se pueda contemplar los dichos de Solano como una negligencia. Los investigadores persiguen una conducta criminal, similar a la de un psicópata que desquitó toda su ira y frustraciones en una criatura de apenas seis meses, con un solo fin, de quitarle la vida.