En la Sala del segundo piso de Tribunales se llevó adelante la cuarta y última audiencia del juicio por la desaparición y posterior muerte de Angelina "Angie" Gonzáles, la joven de 15 años oriunda de Pampa Blanca cuyo cuerpo fue encontrado el 4 de mayo pasado en un sector de la playa del río Las Pavas, en una zona de monte de las afueras de la mencionada localidad. El único imputado es Adrián Ochoa (25), quien llegó a esta instancia con prisión preventiva, acusado del delito de "homicidio doblemente agravado por haber mantenido una relación de pareja y por haber mediado violencia de género". No obstante, aún restan los alegatos de las partes que serán cuando lo disponga la Oficina de Gestión Judicial.
Como en cada una de las jornadas anteriores desarrolladas este mes los días miércoles 3, viernes 5, miércoles 10 y ayer, El Tribuno de Jujuy estuvo presente teniendo acceso a la sala de audiencias solamente para sacar las fotos que ilustran cada cobertura del juicio por el caso que conmocionó a la comunidad de Pampa Blanca, a principios de mayo pasado.
Si bien este medio de comunicación no pudo escuchar los testimonios de las cerca de 40 personas que fueron citadas para declarar en calidad de testigos, la de ayer fue una jornada atípica por los hechos que se sucedieron al interior del recinto judicial.
Retraso de la audiencia
La audiencia estaba programada para comenzar a las 8.30 en la Sala del segundo piso del edificio de los Tribunales jujeños, con la presencia del tribunal compuesto por las magistradas Ana Carolina Pérez Rojas (presidente de trámite), María Alejandra Tolaba y María del Rosario Hinojo. Además, de la Fiscalía Especializada en Violencia de Género, a cargo de Romina Núñez y la querella llevada adelante por el Consejo Provincial de la Mujer e Igualdad de Género, por la cual se encontraban los letrados Patricia Paola Villagra y Leonardo Rodrigo Fernández.
No obstante, cuando el reloj marcó las 9.20 y el tribunal dio inicio a la audiencia, el defensor de Ochoa no había llegado y tampoco avisó de algún inconveniente que pudiera generar la demora.
Esta situación debía ser resuelta por las magistradas porque más allá que adrián Ochoa está imputado por un delito de una gravedad tal como lo es un femicidio contra una joven de 15 años, cuenta con la garantía constitucional de la legítima defensa, que el tribunal se encargó de asegurar. De esta manera, la jueza Pérez Rojas, en su calidad de presidente de trámite, puso en conocimiento de las partes y en especial de Ochoa, que se estaba ante un abandono de defensa y que tenía la posibilidad de cambiar de abogado por uno particular que él y su familia desearan o de estar representado por un defensor oficial, sin costo ni perjuicio en la continuidad del juicio. Ante estas opciones, el acusado optó por comunicarse con su familia para los pasos a seguir.
Tras esto, las magistradas alrededor de las 9.30 pasaron a un cuarto intermedio hasta las 10, en un principio, para que se resuelva la situación y así darle continuidad a la audiencia. A partir de ese momento, comenzó una espera que se prolongó hasta minutos después de las 11, con los testigos aguardando para dar sus testimonios en el sector exterior de la Sala 2.
Sin embargo, el cambio de defensor no fue necesario porque cerca de las 11.10 el abogado defensor de Ochoa, Sergio Brodkiewiez, llegó al recinto para participar de la cuarta y última audiencia de debates.
Así fue cómo tras casi tres horas de espera, a las 11.20 comenzaron a pasar cada uno de los siete testigos que debían dar sus respectivos testimonios. La mayoría correspondió a profesionales que llevaron adelante los peritajes para el Ministerio Público de la Acusación (MPA) y para la Policía de la provincia, además de efectivos de la mencionada fuerza que desarrollaron las tareas de investigación luego del fatal desenlace para instruir la causa.
Finalmente, tras esta cuarta audiencia restan los alegatos de las partes involucradas para dar paso a la responsabilidad penal o no del acusado y la sentencia, instancias para las cuales aún no se definió la fecha, tarea a cargo de la Oficina de Gestión Judicial.
Los hechos que están siendo investigados en el juicio
El juicio completó sus cuatro audiencias programadas para este mes, incluida la de ayer, por donde pasaron cerca de 40 testigos de los hechos ocurridos entre el 3 y el 4 de mayo pasado en la localidad de Pampa Blanca.
De acuerdo a la reconstrucción realizada por El Tribuno de Jujuy, el domingo 3 alrededor de las 17 Angelina “Angie” Gonzáles (15) salió de su casa del barrio San Expedito de la mencionada localidad. Cerca de las 21 del mismo día, los efectivos de la Seccional 45° activaron el protocolo de búsqueda tras la denuncia por desaparición de la adolescente.
Desde un primer momento el entorno de “Angie” sospechó que Adrián Ochoa habría sido quien la citó en un lugar. En consecuencia, la madre de la víctima fue a la casa del detenido y le preguntó por su hija. Ochoa respondió con evasivas y manifestó que hacía mucho tiempo que no sabía nada de la joven y que acababa de llegar de pescar toda la tarde.
Al día siguiente cerca de las 9, el personal del Same fue alertado sobre un presunto intento de suicidio. Cuando llegaron a la vivienda de la familia Ochoa, lograron salvarle la vida al único acusado, quien había ingerido un pesticida. Así fue que al imputado lo trasladaron de urgencia a la guardia del hospital “Arturo Zabala” de la ciudad de Perico y, horas más tarde, su estado de salud comenzó a mejorar.
Esta situación fue clave para conocer dónde estaba el cuerpo de “Angie”. Mientras se encontraba en el nosocomio periqueño, el inculpado se “quebró” ante los efectivos policiales que lo interrogaron acerca de Gonzáles, se culpó de haber protagonizado el crimen y dio la ubicación exacta del cuerpo. Por esa razón, una comisión de agentes alrededor de las 11 se dirigió al lugar señalado por Ochoa y halló el cadáver de la adolescente de 15 años en un tramo de la playa del río Las Pavas. De esta manera, Adrián Ochoa llegó a la instancia de debate en prisión preventiva acusado del delito de “homicidio doblemente agravado por haber mantenido una relación de pareja y por haber mediado violencia de género”.
En caso de ser condenado por el tribunal, puede pesar sobre él una condena de prisión perpetua.