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1 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Sentido común

Lunes, 10 de febrero de 2025 01:00

Sentido común. Antigua y conocida expresión que pone en evidencia la "capacidad de valorar situaciones de la vida cotidiana y tomar las mejores decisiones" más allá de los resultados y o circunstancias.

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Sentido común. Antigua y conocida expresión que pone en evidencia la "capacidad de valorar situaciones de la vida cotidiana y tomar las mejores decisiones" más allá de los resultados y o circunstancias.

Es como una razón que evidencia prudencia, conocimiento, mesura, para responder ante una eventualidad o dar explicación de algo que ha sucedido o está a punto de suceder.

En definitiva, es entender o juzgar de forma razonable, lo que incluye pensar y comportarse de manera sensata ayudando a tomar oportuno parecer.

Sin dudas que en esto la experiencia juega un papel fundamental dando equilibrio y prudencia a la hora de hablar o hacer, evidenciando sabiduría, juicio y sentido.

Podríamos decir que el valor del "sentido común" es extraordinario, porque "posibilita evaluar una situación con lealtad" para saber qué es lo más adecuado en ese caso o análisis planteado.

Como vemos, "sentido común" es una herramienta importante en el uso cotidiano, es como una puerta que se abre y permite relacionarse e integrarse con sinceridad a una comunidad. Será por eso que el nuevo presidente de EEUU al asumir el cargo dijo con vehemencia que: "Se debe hacer una revolución con el valor que otorga el sentido común".

Su ausencia menosprecia una realidad sustentada no en la inteligencia (que nunca está de más), sí en la prudencia, mesura y amplitud de pensamiento; base indeclinable en la opinión o posición asumida. Desde que se comenzó a hablar de "el" se lo mencionó como el "más común de los sentidos", extrañamente no muy usado y peor aún aplicado (será por eso lo de "el menos común de los sentidos").

Atenta contra su utilización intereses impensados, es decir, cuánto me suma a la hora de emitir una opinión o concretar un proyecto. Si todo esto es evidente e importante, cuanto más en extremos de inusitada gravedad, como resulta el poder destructor de armas nucleares utilizadas en guerras u ocupaciones, por lo general ceñidas a la conveniencia de mayor fuerza o poder y tener. Lo que demuestra la limitada capacidad de razonar del ser humano.

Evidenciado en la imprudencia e intolerancia y poco sentido común que lo domina, o al menos en las grandes potencias. Esto ya nos autoriza claramente a decir que, abandonar el más común de los sentidos: es "un nuevo fracaso del ser humano y enormes costos para la sociedad".

Un ejemplo repetido lo tenemos en oriente y extremo europeo-asiático con enormes crisis humanitarias, además de las constantes guerras en África. Cuando se aplica el "sentido común" en los tratados internacionales y en la práctica se cumple, muchas vidas quedan resguardadas construyendo el presente y sus sueños. Tanto más cuando la inteligencia y la voluntad están al servicio del respeto irrestricto de la vida humana.

Cuando muere el "sentido común", el hombre desvive entre otras muchas cosas, en la construcción de material bélico dispuesto para la destrucción y matanza de seres humanos (hombres, mujeres y niños). Para ese sector, es natural que siempre encuentre el motivo y razón para matar; la inversión económica es grande en armamento y debe justificar y redituar lo suficiente. Los muertos son cubiertos por la tierra y el olvido. El ejemplo más notorio esta en las consecuencias provocadas por la primera bomba atómica arrojada sobre la población japonesa, más exactamente sobre Hiroshima (166.000 muertos) y Nagasaki (80.000 muertos) 246.000 en total. O los 70 millones de muertos que provocó la segunda guerra mundial.

Ahora bien, si Truman hubiera pensado con amplitud y responsabilidad (aplicando el sentido común) lo que ocasionaba su gesto u orden de lanzar la bomba ¿igualmente lo hubiera hecho?

¿Cuántas familias quedaron destruidas? ¿Cuántos niños quedaron sin padres, o a la inversa? Todo un abanico de nefastas posibilidades crece a sus sombras. Todas las que usted pueda imaginar y muchas más están presentes. Nunca o ninguna buena. ¿Qué ocurrió? íNo se valoró la vida! Por lo tanto no se tuvo en cuenta la prudencia ni mesura.

El tema agotó los argumentos y encuentra como solución la muerte y destrucción. ¿Acaso "el sentido común" en tamaña circunstancia no advierte que ignorarlo solo convoca el caos y desdibuja al hombre como persona sujeta a derecho? Pero, sentirse señor y rey del universo como estos asesinos, lleva a monstruosas e irreparables tragedias que luego llora o lamenta la humanidad.

 

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