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1 de Noviembre,  Jujuy, Argentina
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Los turnos y las colas

Sabado, 01 de noviembre de 2025 06:59

POR LA GENU

Estamos en un tiempo en el que somos más conscientes que en otros momentos de la historia, de la importancia de los controles médicos anuales para mantener una buena salud.

Hay quienes cumplen a rajatabla con éstos y están los que aún conscientes, se resisten a ir por razones que pueden ser miles (miedos, tiempo, creer que porque no sienten nada raro no hace falta, etc).

Pero también nos enfrentamos aquí a un flagelo que no debería serlo, si no reinara el "insentido común": los turnos y las colas.

Es un dato muuuuy importante, el tiempo del que debe disponer una persona para ir a un médico. Los turnos, qué terrible realidad. Si los dan con tiempo, que en muchos casos son meses, las urgencias se deben pagar muy caro como particular para que se haga un lugarcito.

En otros casos, no son tan largos los plazos para conseguir un turno, pero para asegurártelos piden dejar la orden de consulta de la obra social y el pago del coseguro (para asegurarse que el paciente vaya), y aclaran como si firmaras un contrato que, si el paciente no llega a tiempo, pierde la documentación y el dinero (con todo lo que implica sacar una nueva orden en cada caso).

Y cuando llega el gran día de la valiosa consulta, a pesar del turno otorgado, la espera es de entre 2 y 4 horas promedio. ¿Acaso cuando alguien se enferma, significa que ya no tiene ninguna otra cosa que hacer, más que estar sentado sosteniéndole la vela al galeno elegido?

Otro caso es cuando la secretaria te dice, "es por orden de llegada, el doctor comienza a atender a las 16". Resulta que hay gente haciendo cola desde las 14, el consultorio abre a las 16 (o sea dos horas de una larga cola de personas en el mejor de los casos por una consulta, y si no con alguna molestia o dolor, en la calle, parados esperando que el esfuerzo valga una atención rápida). Pero una vez que se abre el consultorio, son veinte los que esperan y a las 16, el médico brilla por su ausencia. Entonces se escucha "el doctor está un poquito demorado" (la misma frase se repite en innumerables salas de espera en distintos tiempos). El profesional llegará finalmente una hora después (los pacientes ya llevan tres de espera y todavía faltan los veinte minutos más o menos, hasta que se acomoda en su escritorio, y de ahí todos los pacientes que estén antes que uno).

El gran momento es cuando se abre la puerta, y con papeles en mano, la a esta altura "celebrity" de la salud, se asoma al umbral, y todos esperan que diga su nombre, casi sin mirar a ese público que los espera con ansias.

Claramente la espera y la alegría de ser nombrados no están relacionados con esa personalidad que los atenderá. Deben saber los médicos que no son fans los que los esperan.

La espera en los consultorios es un "insentido común" por donde la miremos, en los ámbitos públicos y privados, sin diferencia.

Sólo con una agenda (ni siquiera plataformas, ni aplicaciones, ni computadoras, ni celulares), se podrían asignar turnos organizados y respetarlo. Pero aún falta la otra parte, el cumplimiento del médico de ese horario, porque a ellos nadie les cobra la demora, como sucede con los pacientes que no llegaron a tiempo, que además son tratados delante de toda la sala como irresponsables.

Pero, finalmente, no vamos a dejar de mencionar a los realmente valiosos profesionales, que atienden a tiempo y no tienen gente amontonada en sus salas de espera, simplemente porque entienden su función y la importancia de respetar a sus pacientes, sus tiempos y sus dolencias.

Volvamos a tener sentido común...

 

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