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16 de Octubre,  Jujuy, Argentina
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Cambio climático global y la Conferencia de las Partes

Jueves, 16 de octubre de 2025 00:00

La población mundial es consciente de los efectos del cambio climático: inundaciones, migraciones forzadas, deslizamientos de tierra, aumento del nivel del mar, derretimiento de glaciares y pérdida de biodiversidad. Estos fenómenos son consecuencia directa del calentamiento global.

El conocimiento sobre el cambio climático no es reciente. Ya en la década de 1950 se advertía sobre sus posibles consecuencias, aunque en aquel entonces se minimizaban sus efectos. Con el paso del tiempo, el crecimiento industrial y el aumento de las emisiones contaminantes hicieron más evidente la magnitud del problema, y las naciones comenzaron a reconocer la necesidad de actuar.

En 1979 se celebró la primera Conferencia Mundial sobre el Clima, donde se definió el cambio climático como un "problema global urgente" y se instó a los gobiernos a adoptar medidas. Años después, en 1992, la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro marcó un hito al establecer las obligaciones básicas de los Estados y la Unión Europea en la lucha contra el cambio climático. Allí se identificaron tres procesos de alto riesgo: la desertificación, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático.

A partir de esa cumbre, Naciones Unidas creó la COP -Conference of the parties-, Conferencia de las Partes en español, con el objetivo de implementar los compromisos asumidos por los países. Este organismo integran 198 naciones, lo que lo convierte en uno de los foros multilaterales más amplios del sistema de la ONU.

Cada cumbre se identifica con un número -por ejemplo, COP 5, COP 21- que indica el año de realización desde el inicio, ya que se celebra anualmente. En estos encuentros participan gobiernos, representantes del sector privado, la academia, organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales. Su propósito es revisar los avances en la implementación de la Convención y aprobar nuevos instrumentos para fortalecer la acción climática global.

Las COP dedicadas a la biodiversidad y la desertificación se realizan cada dos años. Las reuniones de la COP sobre biodiversidad comenzaron en 1994; las del cambio climático, en 1995; y las de desertificación, en 1997. En este caso, eran anuales, posteriormente continuaron bianuales.

La Convención de las Naciones Unidas, basada en los principios de la Cumbre de Río, estableció que los países desarrollados deben liderar los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, además de aportar recursos financieros, tecnológicos y de capacitación para apoyar la mitigación y adaptación en los países en desarrollo.

Entre los acuerdos más destacados del Cambio Climático, se encuentran el Protocolo de Kioto (COP 3, 1997), primer tratado internacional que comprometió a los países industrializados a reducir sus emisiones un 5% por debajo de los niveles de 1990 antes de 2012; y el Acuerdo de París (COP 21, 2015), que estableció el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global por debajo de 2 °C, y preferentemente a 1,5 °C, respecto a los niveles preindustriales.

Sin embargo, pese a tres décadas de esfuerzos, los resultados son poco alentadores. El Acuerdo de Kioto no logró cumplirse a nivel global, y las metas del Acuerdo de París siguen lejos de alcanzarse. Las temperaturas medias continúan en ascenso, los glaciares se derriten y los eventos climáticos extremos son cada vez más frecuentes. En la COP 29 se acordó el aporte de 300.000 millones de dólares, anualmente hasta 2035. Esta suma es insuficiente en el contexto mundial.

Los esfuerzos locales son importantes, pero insuficientes ante un fenómeno global. Si las principales potencias económicas no asumen un compromiso real, la existencia misma de la COP corre el riesgo de volverse simbólica.

 

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