¿Existe otra palabra para calificar el mal comportamiento humano que en este relato evidenciaré? Obviamente que sí. Pero es imposible llevarlo a la práctica, sería inmediatamente censurado. ¿A qué me refiero? Veamos.
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¿Existe otra palabra para calificar el mal comportamiento humano que en este relato evidenciaré? Obviamente que sí. Pero es imposible llevarlo a la práctica, sería inmediatamente censurado. ¿A qué me refiero? Veamos.
El mundo y el hombre han cambiado sustancialmente desde sus orígenes, nada puede compararse usando como argumentos espacio y tiempo por medidas. Creo que en esto estamos todos de acuerdo, pero de allí a pensar que llegaríamos al estado actual de convivencia, es otra historia.
No es mi intención enfocar el abanico completo y complejo que rodea al hombre, sencillamente porque no sabría hacerlo. En cambio sí encadenaré aspectos relevantes de su vida personal, social y familiar.
En ese estar, decir que se perdieron "valores fundamentales", íno hay dudas! Esto, que es base y circunstancia imprescindible para cualquier civilización, íse extravió! Tanto es así, que llegó a perderse el "respeto por sí mismo" en forma habitual con indiferencia y pasividad.
¿Después de eso queda algo claro? Desde luego que sí, por lo general la mentira, el cinismo y la insolencia ganaron espacio. Tres componentes cardinales para la injusticia y la maldita corrupción.
Cuando uso estos términos sé que me quedo corto pensando en las consecuencias que estos adjetivos acarrea, aunque me facilita el saber que es un tema harto conocido por los argentinos.
El epígrafe de "Salvajes", ¿a quienes me refiero? Obvio que todos saben muy bien de que estoy hablando. Ahora, lo incomprensible de todo esto es que teniendo "el poder" en sus manos y las posibilidades de pasar a la historia como hombres honrados, honorables como fueron el doctor Elpidio Gonzales, vicepresidente de Marcelo T. de Alvear, o el doctor Arturo Illia, presidente de la Nación (invito a leer sus biografías). Nada de eso importó, optaron por las peores pobrezas: la "avaricia" y "deshonestidad". ¿Qué ganaron?, muchos bienes materiales. ¿Qué perdieron? Todo. Mal usaron la oportunidad de pasar a la historia construyendo un país grande, prospero. Se equivocaron pensando tal vez que se llevarían al más allá toda la riqueza mal ávida. Para decirlo con claridad, ífueron pésimos ladrones!
Se robaron ellos mismos. Algo difícil de comprender y mucho más de explicar. Lo cierto es que desnudaron una inteligencia miserable y así pasarán a ser recordados y estudiados.
¿Cuánto poder tendrá lo material para sesgar un análisis sensato de cómo se debe obrar; presumiendo naturales consecuencias, y reemplazar toda lógica por el abuso indiscriminado y animal? En el examen surge sencillo, médicamente es una droga que va consumiendo el cerebro y no existe otra alternativa que no sea tomar lo que no les pertenece sin importar la condena para ellos y su descendencia. No pasa ninguna otra alternativa, solo robar y ver de qué manera se pude encubrir el hecho, aunque últimamente ya ni eso interesa acostumbrados a la impunidad.
¿Se dan cuenta ahora el porqué del título? Son incalificables. No entran en ninguna otra consideración que no sea la condena.
Platón en su libro "La República" veía a los funcionarios ladrones como amenaza para la justicia y estabilidad social. Decía que carecían de "virtud y moralidad". Para nosotros queda la esperanza de la justicia divina aplicada ahora y para toda la eternidad.