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Hablar del abuso sexual infantil es empezar a prevenir

Martes, 30 de julio de 2024 01:03

Cuesta entender que el abuso sexual de un niño no siempre desemboca en una violación y que la mayor parte de las veces se trata de acercamientos sexuales que ocurren de manera reiterada, crónica y no accidental, sin que el victimario recurra a la fuerza física, aprovechando una relación de confianza o de poder que ejerce sobre la víctima.

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Cuesta entender que el abuso sexual de un niño no siempre desemboca en una violación y que la mayor parte de las veces se trata de acercamientos sexuales que ocurren de manera reiterada, crónica y no accidental, sin que el victimario recurra a la fuerza física, aprovechando una relación de confianza o de poder que ejerce sobre la víctima.

La madre de una nena abusada de 7 años comentaba: "Cuando me enteré por Vivi (su hija) de lo que le hacía el padre (su marido) me pasé varios días sin dormir. A la noche lloraba y buscaba razones para convencerme de que no era cierto. Pensaba que yo nunca dejaba a la nena a solas con él, que sería capaz de cualquier cosa menos de eso, que quizás Vivi se había confundido". Una semana después tuvo que aceptar la realidad. ¿Por qué resulta más fácil encontrar razones para no creer?

El abuso sexual contra niños y adolescentes es una de las peores formas de violencia. A pesar de que constituye un problema creciente en el mundo, la mayoría de los casos no son detectados ni denunciados. Generalmente los niños y adolescentes que son o han sido víctimas de violencia sexual callan por miedo, culpa, impotencia, por las amenazas padecidas por el/los pederastas y porque saben que sus guardianes no les creerán o no podrán creerles porque se encuentran en situaciones de alta vulnerabilidad.

Tampoco suele haber testigos, ya que suelen hacerlo a escondidas y a diferencia del maltrato físico -cuyo diagnóstico depende de la posibilidad de ver las lesiones- la detección del niño que es o fue víctima de abuso sexual depende de si el niño pudo hablar y se lo escuchó, o si fue desestimado sistemáticamente en sus intentos de pedir ayuda y salir de esa situación.

Que el "prejuicio" no nos nuble el juicio: ningún niño miente sobre lo que no conoce.

El abuso sexual ocurre cuando un niño es utilizado para la estimulación sexual de su agresor (un adulto conocido o desconocido, un pariente u otro) o la gratificación de un observador. Implica toda interacción sexual en la que el consentimiento no existe o no puede ser dado, independientemente de si el niño entiende la naturaleza sexual de la actividad e incluso cuando no muestre signos de rechazo. El abuso sexual incluye un abanico de acciones que van desde el uso de la fuerza física o el uso de estrategias de presión para mantener relaciones sexuales (amenazas, manipulación, seducción), los tocamientos (besar, agarrar, acariciar), hasta formas menos directas como la exposición no deseada a escenas o imágenes sexuales (acoso vía internet, voyeurismo, exhibicionismo, engaños). Puede ocurrir en cualquier entorno: dentro y fuera del hogar, en escuelas, lugares de trabajo, instituciones deportivas y a través de internet.

Internet vino a complejizar este fenómeno. La evidencia apunta a que los jóvenes se sienten más seguros compartiendo información privada e íntima de manera online. Sin embargo, los niños que participan de conversaciones online en chats, redes sociales, foros, pueden estar expuestos a una audiencia global.

El abuso sexual online a niños se presenta de diferentes maneras y niveles de riesgo. Los niños pueden ser contactados online por un adulto o por otra persona más joven, con el propósito de distribuir imágenes y videos de naturaleza sexual, incluyendo videos de abuso sexual, además la comunicación online también puede ser la antesala de un futuro abuso y/o explotación sexual en persona, una vez que los niños acceden a encontrarse con alguien tras la captación online.

A Lorna la obligaron a representar actos sexuales por internet para adultos de otros países. Todos los días, y hasta 3 veces, un vecino de Lorna la colocaba delante de la cámara de una computadora. Lo que lleva a preguntarnos: ¿la explotación sexual en línea existe? Sí, es una realidad y podemos ser víctimas en cualquier instante.

Esta ocurre cuando a través de cualquier plataforma digital o dispositivo tecnológico como celulares, cámaras web, consolas de video se comparten, envían, producen, ofertan, divulgan videos, fotos, conversaciones o cualquier otro tipo de material con contenido sexual con un niño o adolescente, con fines económicos o de chantaje.

La explotación sexual en línea es un delito relativamente nuevo, pero el daño puede ser similar al de la explotación sexual offline, por ello debemos terminar con esta forma de tortura que aniquila la vida de quienes la padecen.

La Fundación Luz de Vida agradece a la licenciada Claudia Neme Scheij por este valioso artículo. La Fundación trabaja fuertemente en "educar, prevenir y restaurar" a través de escuela para padres, talleres, consejería, contención familiar y grupos terapéuticos llamados "Grupos de luz". íContáctenos! J. Newbery 508 S. S. de Jujuy. Comuníquese al 388-4479595, o ingrese a nuestra página de Facebook e Instagram: Fundación Luz de Vida. íEstamos para ayudarles!

(*) Claudia Neme Scheij es especialista en ciberdelitos y trata de personas.

 

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