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2 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Similitud, diferencia y misterio de actos de la vida

Lunes, 22 de julio de 2024 01:01

En esta publicación, pongo en evidencia particularidades humorales importantes que hacen a la intimidad de la hasta ahora incompleta comprensión del acto suicida.

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En esta publicación, pongo en evidencia particularidades humorales importantes que hacen a la intimidad de la hasta ahora incompleta comprensión del acto suicida.

Comencemos entonces por decir que cualquier persona puede llegar al acto suicida sin pensar mínimamente en ello.

Es el caso de aquel que expuesto a un incendio accidental en su departamento en planta alta, huye y sin otra salida ni mucho reflexionar se lanza al vacío como única salida para no morir calcinado, sin medir consecuencias.

Obviamente que solo cambia una muerte por otra. En su defensa, no está en condiciones ni en tiempo de un análisis.

Igual situación podría decirse de quien es atacado por un animal salvaje, un asaltante, o un demente y escapa cruzando autopistas o terrenos desconocidos sin medir causas que eventualmente puedan llevarlo a la muerte.

La cuestión está en poner distancia de situación tan inesperada como desesperante.

Aunque menos identificadas como determinantes los deportes altamente riesgosos como el automovilismo o el boxeo, cambian el escenario, pero no el margen de posibilidades. Se conoce el riesgo, sin embargo no mengua la disponibilidad a intentarlo.

Podría continuar con similitudes, pero a los fines es suficiente. Con esto quiero evidenciar de qué manera obran factores circunstanciales provenientes del exterior, donde la intención primordial de dañar la vida es impensada, íestá muy distante ni es mínimamente el propósito!

Con similar compostura, trataré factores que nacen en lo profundo de un ser humano, pero aquí sí con la clara intención de quitarse la vida.

El final naturalmente puede en ambos casos ser el mismo, pero los humores o mensajeros químicos que les gobiernan son diferentes.

En el primero, (gesto externo) la emoción violenta como respuesta a la impensada situación provoca miedo y le lleva a no medir consecuencias en el afán de huir del peligro. Es decir, el razonamiento está ausente, "tanto", como la intención de autoagresión (supuestamente). Solo la saturación de dopamina (determina felicidad, placer, miedo y valentía), más, el aporte de catecolaminas y cortisol que lo impregnan, tensan los músculos y empujan rápidamente a alejarse del peligro en forma automática. No hay mucha más explicación.

No así en el segundo caso, (personalidad suicida) donde el confuso razonamiento plagado de sombras lo lleva a la muerte planificada. Los mensajeros químicos juegan su rol en el desarrollo. Mientras que en el primero la dopamina y adrenalina fluyen intensamente dando movimiento al temor mediante la huida.

En el segundo caso, la depresión, están bloqueados o disminuidos la serotonina, dopamina, noradrenalina, estado que tiende a generar tristeza, e inhibir el temor a la muerte. Más bien se supone lo ven como salida, liberando acciones impensadas a la razón sublimada al estado anímico causal.

A pesar de estos conocimientos, todo seguirá siendo un misterio, aunque los avances abren nuevos espacios en la íntima concepción de un hecho doloroso y hasta ahora sin solución.

Más allá del trato y atención que debemos naturalmente prodigarnos unos a otros. Al fin, la mejor prevención de todo tipo de violencia radica en tenernos en cuenta y tratarnos amablemente.

 

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