Este tema reconoce su importancia y mayúscula jerarquía en la silenciosa labor que realiza la familia educanda, preparando y capacitando niños y niñas para el largo acontecer que propone la vida.
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Este tema reconoce su importancia y mayúscula jerarquía en la silenciosa labor que realiza la familia educanda, preparando y capacitando niños y niñas para el largo acontecer que propone la vida.
En su programa une dos aspectos iguales de trascendentes; por un lado, las múltiples "necesidades" de la persona humana que impostergables claman urgente atención, que definimos como "derechos". Por otro, los "deberes" caben en este contexto que, a los fines de este trabajo, podemos llamar "obligaciones". Dos caras de la misma moneda: "derechos y deberes".
La familia debe necesariamente asumir como célula básica este compromiso de participación y corresponsabilidad en la construcción del tejido social al que pertenece. Haremos una revisión. Es importante recordar que la familia se desarrolla en un medio, "la circunstancia", cualquiera sea. Es decir, la realidad del mundo en que está inmersa y al cual debe una respuesta. Todo un tema a analizar. Viene bien para el caso evocar la vigente metodología de "ver, juzgar y obrar". O lo que es lo mismo "ver, reconocer, motorizar una respuesta, generar esperanzas".
El mundo actual. Comencemos por hacer un breve registro de las "necesidades" que tiene la familia para cumplir su rol, que resaltemos, no son más que los "derechos" que le asisten. Terreno donde la familia, sin postergación, debe misionar.
Luego veremos con que elementos cuenta para llevar a cabo la tarea. En definitiva, ver (no solo mirar), reconocer (tomar conciencia) donde vive; su ambiente. Y debe perentoriamente sembrar (analizar una respuesta). Para generar esperanza.
En un mundo anárquico e individualista, donde los números son más importantes que los hombres, el sujeto queda expuesto al resultado final de una cuenta aritmética. La que dirá si está incluido o no en el sistema. Trampa que conforma el marco ideal de la exclusión y marginación. Así, impasible, se determina que los valores pasan a formar parte de un museo doloroso, inentendible. Desdibujando lo que debería ser una sociedad justa y solidaria. De allí la responsabilidad que a la familia compete, "quehacer", como célula constructora e integradora, capaz de revertir situaciones desalentadoras, carentes de ecuanimidad. Dicho esto, no solo preocuparse como el mundo informa el crecimiento del fundamentalismo, secularismo, relativismo, inequidad, violencia, economía de mercado, corrupción, desvalores, etc. ísino de ocuparse! Pero, cosas más graves ocurren sin sobresaltos, como la desprotección y agresión sistemática de la vida humana, encubierta en falsos "derechos humanos". Léase despenalización del aborto, del consumo de marihuana, eutanasia, filicidio, etc. Todo un oscuro panorama de acometidas contra la vida, donde la familia atenta y consciente del poder que encierra en su corazón e inteligencia, debe salir a cambiar esta agobiante realidad.
Capítulo aparte para estrecheces económicas a la que es sometida sistemáticamente, espacio donde debe cumplir con el indelegable "quehacer" de formar personas.
La familia institución. Veamos cuáles son las condiciones imprescindibles que debe tener la familia para la diaria tarea. Tema que exige aptitud y actitud para enfrentar sus "derechos y deberes" u "obligaciones" con el prójimo. Juan Pablo II en su Exhortación Apostólica "Familiaris Consortio" del año 1983, ordena pedagógicamente muy bien el tema y conceptúa a la familia como "pequeña iglesia y gran escuela". Situándola como cocreadora y educadora. Valores irrenunciables que enmarcan a la institución como escuela de virtudes, tan significativo como importante en el fortalecimiento de la salud de los hijos. Reporta la tarea de la familia en cuatro capítulos cardinales: Formar una comunidad de personas) servicio a la vida; participar en el desarrollo de la sociedad); y participar en la vida y misión de la iglesia.
Leyendo su contenido se entiende porque Juan Pablo II insiste en el concepto de: "Familia, escuela socializante del más rico humanismo" o la feliz expresión de: "Familia, en ti se fragua el futuro de la humanidad". En palabras nuestras diríamos, "Familia, en ti se esculpe el comportamiento de tus hijos consigo mismos, y en la sociedad", dato no menor. Adherimos entonces al concepto de "escuela" para llevarlo a la práctica.
Veamos ahora qué valores son fundamentales, y cuál es el orden de prioridad a tener en cuenta en el "Programa" a desarrollar por esta primera institución y lograr tan grande cometido. Para su "habilitación" y "funcionamiento" requiere de 3 valores insustituibles de sus miembros: amor, salud mental y conciencia práctica del deber.