La misa de Navidad, conocida popularmente como "La Misa de Gallo", se celebra la noche del 24 de diciembre y marca litúrgicamente el comienzo de la Navidad. Su origen se remonta a los primeros siglos del cristianismo, cuando las comunidades comenzaban la conmemoración del nacimiento de Jesús con una vigilia nocturna de oración y lectura de los Evangelios. Con el paso del tiempo, esta celebración se consolidó como uno de los actos religiosos más convocantes del año.
El sentido espiritual
Durante la misa se proclama el pasaje bíblico que narra el nacimiento de Jesús en Belén, acompañado de cantos tradicionales, oraciones y mensajes centrados en la esperanza, la paz y el amor. Para la Iglesia, este momento simboliza la llegada de Dios al mundo en forma humana, un acontecimiento que invita a la reflexión, la humildad y el compromiso con el prójimo.
Más allá de su significado religioso, la misa de Nochebuena se transformó en una tradición cultural profundamente arraigada. Muchas familias asisten juntas antes de la cena navideña, renovando gestos de fe y encuentro comunitario. En cada iglesia, la celebración se vive con un clima especial, donde la música, los pesebres y la participación de los fieles refuerzan el sentido de unión y paz que caracteriza a la Navidad.