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17 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Combina su trabajo con el estudio para progresar

Para Daiana Segovia, la vida es un cúmulo de oportunidades que hay que saber aprovechar. Aquí su historia.
Miércoles, 04 de septiembre de 2024 01:01
DAIANA SEGOVIA | EN SU LABOR COTIDIANA DONDE SE GANA LA VIDA Y VENDE LOS PRODUCTOS.

Cada uno de los días realiza su labor con dedicación; brindando una cálida atención al público, tras una mesa con bocaditos dulces y salados, que se exponen en una vitrina transparente.

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Cada uno de los días realiza su labor con dedicación; brindando una cálida atención al público, tras una mesa con bocaditos dulces y salados, que se exponen en una vitrina transparente.

Sonríe al frente de cajones de naranjas brillantes, listas para exprimir jugo al pasar; y a un costado a la vista, la ensalada de frutas se vuelve collage multicolor refrescante. Más atrás, bien organizadas están las porciones de bizcochuelo recién cortadas o los churros que junto a las maicenas, deleitan la mirada de cualquier transeúnte, de lunes a viernes, sobre calle Belgrano. Daiana Segovia se gana la vida bajo una sombrilla que la cubre de sol fuerte, del viento circunstancial o de la lluvia, como si se tratara de un escudo para protegerse como también a los productos que comercializa con dedicación. Y es que el acto de trabajar tiene que ver con una voluntad férrea que implica mucha responsabilidad y sacrificio para ganarse la vida, crecer y superarse. Este camino es el que sigue a diario la joven de 23 años que se encuentra fiel a sus convicciones.

"Casi un año que vengo trabajando en la calle a través de la venta de productos dulces y también salados. Todos los días vengo a trabajar para salir adelante, por mi hijo de seis años que está creciendo", expresó Daiana Segovia que desde hace un año se desempeña en el trabajo.

Con una infancia buena desde distintos puntos de vista, logró terminar sus estudios de nivel primario y secundario, mientras la vida le ofreció la posibilidad de ser madre y ahora tiene a su pequeño de seis años, su motivación permanente y por quien se esfuerza más. "Me siento bien porque dentro de todo, pude terminar mis estudios y eso trato de enseñarle a mi nene que todo se valora cuando es conseguido con esfuerzo", expresó. Como cada etapa de la vida, valiosa por saber atravesarla con dignidad y empeño; ella asumió el desafío de trabajar y -al mismo tiempo- estudiar el Terciario para formarse en una carrera que siempre le llamó la atención. "Ahora con el Terciario voy muy bien, a veces resulta complejo por el tema de los tiempos, pero si todo sale bien, me falta poco para recibirme un año, en la carrera de Acompañamiento Terapéutico", indicó Segovia quien asistió a la Escuela Primaria 452 "Legado Belgraniano" en el barrio Campo Verde y al Colegio "Olga Aredez" en su etapa de adolescente. "Recuerdo que cuando estudiaba de chiquita, la escuela era nueva y ahora mi bebé sigue mis pasos y está estudiando ahí", destacó la estudiante de Nivel Terciario. Su presente la encuentra como alumna del Instituto de Educación Superior -IES- 11, entidad en donde se encuentra la carrera de Acompañante Terapéutico. "Para mí, fue algo medio difícil al principio porque tenía que dividirme para ser mamá y trabajar; pero sabía que tenía que estudiar para estar mejor. Hay muchísimas carreras que te brindan diferentes opciones, todas tienen su tiempo", comentó.

Orgullosa de haber elegido una formación con empatía por las personas, tanto por el niño, como por el adolescente y el adulto mayor; destacó la acción social que tiene que llevar a cabo. "Me gustaría especializarme, sobre todo, en niños con el Trastorno del Espectro Autista -TEA- y con Síndrome de Down; porque hay personas que no los entienden y ellos no tienen la culpa de su condición. Al tener a mi hijito en la escuela, noto la discriminación por parte del docente y de los compañeros que no saben incluirlos", explicó Segovia, mientras servía ensalada de frutas a un cliente.

La amabilidad se potencia desde su tarea como comerciante ambulante, pero no olvida la cortesía por aquel que la visita. "Trato de ser cordial, vienen muchos adultos mayores. Hoy en día, al trabajar veo que no respetan prácticamente nada. También lo veo en el colectivo, cuando los chicos que estuvieron todo el día sentados en el aula, no ceden el asiento a adultos mayores", dijo la joven que intenta ser mejor persona y de ayudar cada vez que pueda. Por eso -para Daiana- trabajar y estudiar forma parte de los cimientos para un futuro prometedor que aconseja verdaderamente.

 

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