Tras permanecer por espacio de 89 años en el cementerio de la Chacarita, los restos del primer historiador jujeño, Joaquín Carrillo, descansarán en su querida Yala.
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Tras permanecer por espacio de 89 años en el cementerio de la Chacarita, los restos del primer historiador jujeño, Joaquín Carrillo, descansarán en su querida Yala.
Por iniciativa de sus descendientes, los restos serán "repatriados" e inhumados en Yala, lugar donde el destacado intelectual vivió parte de su vida y murió el 1 de abril de 1935.
Con este motivo, se ha previsto un programa de actividades para rendirle homenaje que se iniciará el 3 de mayo en el salón "Marcos Paz" de la Legislatura con el dictado de un seminario referido a la historia y ceremonial de la Bandera Nacional de la Libertad Civil a cargo del historiador Miguel Carrillo Bascary, acompañado por la historiadora Irene Ballatore y Joaquín Carrillo, descendiente del homenajeado.
El 4 de mayo, por otro lado, se realizará un inédito "Seminario sobre Ceremonial Gaucho de las Banderas Nacionales", en la sala de Vargas de Yala, ambos de asistencia libre y gratuita.
Asimismo, el 5 se oficiará en Yala una misa y posterior desfile cívico gaucho por la calle que lleva el nombre del primer historiador jujeño.
En tanto, el 6 de mayo en la avenida Doctor Joaquín Carrillo del barrio Ciudad de Nieva, de San Salvador de Jujuy, se descubrirá una placa conmemorativa con un código QR que permitirá conocer la vida y obra de este hijo dilecto de Yala.
Joaquín Carrillo fue un destacado escritor, abogado, jurista de nota, profesor universitario, magistrado en varios fueros, naturalista, perito en límites, periodista, hombre de consulta, impulsor del desarrollo económico de la provincia, productor agropecuario y difusor del enorme legado que implica la "Bandera Nacional de la Libertad Civil", diversas facetas desde las que contribuyó señaladamente a formar la identidad de Jujuy.
Había nacido en San Salvador de Jujuy y fue bautizado el 21 de agosto de 1852. Pertenecía a una familia tradicional de la provincia y con su esposa, Carolina Echenique Altamira, cordobesa, formó una familia de nueve hijos.
Cursó sus primeros estudios en Jujuy. Más tarde pasó al Colegio Monserrat de Córdoba, donde se graduó como maestro de Filosofía y luego emprendió estudios de abogacía en la universidad de esa ciudad que finalizó con éxito a la corta edad de 21 años. En 1874 se doctoró en la Universidad de Buenos Aires.
A sus 24 años, escribió su principal obra, "Jujuy provincia federal argentina. Apuntes de su historia civil" (1877), considerada como paradigma de las historias regionales, hasta el punto que sigue siendo citada por los eruditos y que el Gobierno provincial reeditó en 1980 y 2015, reiterando su reconocimiento para con el autor. Está concebida desde el protagonismo del pueblo de Jujuy, a despecho de la óptica liberal y porteña que imperaba entonces. Se basa en documentos enriquecidos por la tradición oral local y aplica una metodología superadora de las memorias que caracterizaban a la historiografía argentina. Otro rasgo significativo es que expone el aporte cultural de los pueblos originarios a la identidad provincial. En este libro Carrillo fue el primero en calificar como un "éxodo" a la retirada del pueblo de Jujuy en 1812, cumpliendo así la orden del general Belgrano.
Esta calificación hoy caracteriza al enorme sacrificio jujeño a la historia nacional y americana, será en 1912 que Ricardo Rojas retomó el concepto en su "Archivo Capitular de Jujuy". Esta obra de Carrillo se convirtió en un clásico y mereció elogiosos comentarios, desde el mismísimo Bartolomé Mitre hasta la crítica reciente. El académico Armando Bazán escribió sobre ella en su "Historia del Noroeste Argentino" (1986): "La reivindicación del protagonismo del Interior en la historia argentina fue insinuada tempranamente por un hombre de la entraña del país tradicional (...) Estoy nombrando a Joaquín Carrillo, quien en 1877 escribió la primera historia provincial que existe en nuestra historiografía".
Su obra enriquece la información para el conocimiento de la historia nacional, dando presencia en su trama a los hombres y a las acciones protagonizadas por Jujuy".
Joaquín Carrillo, además, fue ministro del gobernador Pablo Blas (1882) y diputado por el departamento La Capital (1886) y presidió el Superior Tribunal de Jujuy. Fue candidato a senador nacional (1895), vocal del Consejo General de Educación, convencional para la reforma de la Constitución, consejero de los bancos Hipotecario y Nación, así como profesor de Historia en el Colegio Nacional y en la Escuela Normal. Desde 1884 se desempeñó como juez del Crimen en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, como juez federal en Jujuy (desde 1901) y después ministro de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata, magistratura que desempeñó hasta 1910. Desde 1906 ocupó la cátedra de profesor titular de Procedimientos Penales en la Universidad Nacional de La Plata, de la que fue rector interino e integró la comisión que redactó los planes de estudio de su Facultad de Derecho, de la que fue vicedecano entre 1907 y 1913.
Trayectoria del ilustre jujeño
Oportunamente, el Senado de la Nación requirió a Joaquín Carrillo que dictaminara sobre la autenticidad de la “Bandera Nacional de la Libertad Civil”, punto sobre lo que existía cierta confusión. La investigación certificó la historicidad de la pieza, que la Ley 27.134 reconoció como “símbolo patrio histórico” en el 2015.
Actuó como embajador cultural de Jujuy acompañando a la “Bandera de la Libertad Civil”, que fue requerida por Salta en 1894. En la oportunidad el historiador fue uno de los oradores principales. En 1906, a noventa años de la declaración de la Independencia, se llevó la Bandera Legada hasta Tucumán y nuevamente correspondió a Joaquín Carrillo un rol destacado cuando usó de la palabra en representación de Jujuy, acompañando al gobernador Benjamín Villafañe. Comisionado por el Ejecutivo de Jujuy junto a Delfín Sánchez, escribió “Cuestión de Límites; provincia de Jujuy” 1884, donde reivindicó la integridad territorial de la provincia en base a documentos. Poco después, el senador nacional Eugenio Tello, presidente de la comisión de la provincia para la “Exposición Universal de París” (1889), le encargó el libro “Descripción brevísima de Jujuy”, que presentó a Jujuy ante el mundo.
También formó un catálogo de las especies forestales jujeñas y un muestrario de sus maderas, con lo que expuso el potencial silvícola de la provincia. En 1894 fue coautor de los Códigos de Procedimientos Civiles y Criminales de Jujuy. Asimismo, fue asiduo colaborador de los diarios “La Nación” y “La Prensa”, lo que posicionó a Jujuy en la realidad nacional de entonces. Cuando en 1927 se reunió en Jujuy el “II Congreso de Historia Americana” que presidió el gobernador Villafañe, los representantes de todo el continente se dirigieron a Yala para rendir un sentido homenaje al doctor Carrillo.
En 1934, año del centenario de la autonomía provincial, el Gobierno de Jujuy le testimonió el agradecimiento de la provincia por su contribución a la identidad jujeña. Debido a su estado de salud, una delegación presidida por el vicegobernador de la provincia y el intendente de San Salvador de Jujuy, junto a otras autoridades y personalidades, llegaron hasta su finca de Yala, donde se entregó al homenajeado un álbum recordatorio bellamente iluminado, incluyendo una imagen de la “Bandera Nacional de la Libertad Civil” y guardas de las culturas originarias. La dedicatoria surgida de un concurso entre textos de varios notables dice: “Al investigador de ilustrado y sereno juicio, de noble estirpe, que apenas egresado del aula universitaria, evocó en páginas inmortales la gesta gloriosa de su provincia, mereciendo la consagración definitiva de los representantes más esclarecidos de la mentalidad argentina. En el primer centenario de la emancipación política de Jujuy. 18 de noviembre-1934”
Por casi cinco décadas mantuvo en producción su finca de Yala, donde falleció el 1 de abril de 1935, rodeado del aprecio de los jujeños, hasta el punto que al año siguiente se impuso su nombre a la Escuela Nº 6 de El Carmen. Más tarde se hizo lo propio con a una de las principales calles de Yala y una importante avenida del barrio Ciudad de Nieva en la capital. En el año 2021 la ordenanza 7.555 de San Salvador de Jujuy autorizó colocar ahí una placa en su homenaje reconociéndolo como el “Primer Historiador de Jujuy”. Los restos de Joaquín Carrillo descansaban en el cementerio de la Chacarita por decisión de su esposa, quien había dispuesto el traslado cuando pasó a residir en Buenos Aires. Ahora descansarán en la provincia que lo vio nacer.