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23 de Septiembre,  Jujuy, Argentina
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“Me importan un rábano las reglas genéricas para todos”

Nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es entrenadora de Salud en Nutricio Holistica, certificada por el Institute of Integrated Nutrition New York y licenciada en Comercialización. Publicó el libro “Me importa un rábano”, donde invita a tomar conciencia sobre el verdadero impacto que la alimentación tiene en nuestros cuerpos, haciendo foco en la caseridad y el origen de los ingredientes.
Martes, 25 de julio de 2023 00:56

Lucía Calógero y su familia actualmente residen en San Antonio de Areco, zona rural de la provincia de Buenos Aires. A través de "Me importa un rábano", propone hacer foco en la variedad y no tomar conductas radicales, sino construir hábitos sostenibles en el tiempo, eligiendo la mayor cantidad de alimentos naturales que vuelvan a conectarnos con nuestra esencia.

¿Podrías definir tu rol de entrenadora de salud?

Después de haber trabajado durante muchos años en la industria alimenticia, comencé a entender y profundizar sobre los hábitos de consumos de los argentinos y quería entender cada vez más cuál era el impacto que tienen los alimentos en la salud. Por eso me puse a estudiar esta carrera más moderna, donde de alguna manera se explican las tendencias alimenticias a nivel mundial y cuál es el impacto de los alimentos en el organismo de un ser humano.

¿Por qué se la denomina nutrición holística?

Porque no solo tiene que ver el alimento sino también la relación que uno tiene, como persona, con el alimento. Hoy está muy de moda el tema de las restricciones alimentarias, por ejemplo, dejamos las harinas, los lácteos, no comemos carne y de alguna manera nos privamos de conocer realmente qué le hace bien a nuestro cuerpo, como ser individual. Entonces, sin ningún fundamentalismo, entender cuáles son las dietas más acordes para cada uno.

¿Cómo repercute la alimentación en la vida de una persona?

La verdad que yo creo, y está bastante demostrado, que los alimentos nos brindan energía. Nos planteamos objetivos en la vida, pero nos pensamos como preparamos el cuerpo para ello. ¿Queremos alcanzar nuestros objetivos con un cuerpo cansado, fatigado, sin energías, estresado? O realmente queremos tener un cuerpo bien nutrido, que nos ayude a alcanzar nuestro máximo potencial, que tengamos fuerzas, que nos den ganas de levantarnos por las mañanas, que tengamos las energías necesarias para alcanzar esas metas. La relación entre los objetivos, la alimentación y las energías, está absolutamente relacionada.

¿En este punto tiene que ver la variedad en la alimentación?

Absolutamente. Cuando uno come siempre lo mismo, el cuerpo metaboliza siempre igual. Esto significa que el cuerpo está acostumbrado a hacer lo mismo todos los días, porque todos los días recibe los mismos nutrientes. Ahora, cuando hay una alimentación variada y hoy se desayuna huevos revueltos, mañana frutas, pasado yogur con cereales y después otro, lo que sucede es que el cuerpo reciba distintos estímulos y eso hace que el cuerpo todo el tiempo tenga que reaccionar diferente y, al hacerlo, es un cuerpo alerta, fuerte, que tiene capacidad para metabolizar distinto y logra que la persona tenga más energías.

¿Qué alimentos naturales debemos recuperar?

Hoy lo que ha pasado, de un tiempo corto a esta parte, es que hemos pasado de alimentos naturales, frutas, verduras, proteínas naturales, a abrir paquetes. Cuando pasa eso, el cuerpo no recibe los nutrientes necesarios; cuando esto se vuelve un hábito, que ese es el problema, se debilita el sistema inmunológico. Lo que debemos volver a ingresar a la dieta son las frutas y las verduras, porque tienen vitaminas y minerales que no están en otros alimentos. El libro habla de eso, cómo sumar, en lo cotidiano y sin volvernos locos, estos alimentos naturales. Cuando uno suma, otra cosa tiene que salir; la propuesta es que entre lo natural y salga lo procesado.

¿En qué se basa el concepto de bioindividualidad?

Tiene que ver con que cada uno es un ser individual y lo que puede caerle mal a uno, puede ser muy necesario para otro. Hoy existen reglas genéricas de no lácteos, no carnes, no harinas, no, no, no. La gente entra a hacer restricciones que quizás no son necesarias para su organismo. Hay organismos que los lácteos les caen pesados y deben excluirlos, pero otros los necesitan, por su contextura, los aportes que reciben. La bioindividualidad es que cada uno cree sus propias reglas, en función de lo que a cada uno le hace bien. Lo que pasa en estos tiempos de apuros y estrés, en los que no ponemos foco en nosotros, es que no prestamos atención a que nos cae pesado. Es necesario armar una propia rutina alimentaria.

Fuiste más allá de la teoría, producís tus propios alimentos, ahora, ¿todos podemos practicar la agroecología?

De a poco, hicimos un proceso familiar. Comenzamos a entender sobre el tema. La agroecología es lenta para los tiempos que corren, respeta los tiempos de la naturaleza, no acelera nada, así se obtienen alimentos más nutritivos.

¿Cómo hace alguien que vive en la ciudad para inclinarse a esa práctica?

Hoy en día hay pequeños productores, que ofrecemos estos alimentos. En el caso de las frutas y verduras, hay cajones que se envían a domicilio. En todo el país hay proveedores. Si resulta difícil, con ingerir frutas y verduras cotidianamente, ya hacemos un avance.

¿Cuáles son los ultraprocesados que recomendás no consumir?

En general, no soy fundamentalista, no recomiendo excluir, sí promuevo el mix. Por ejemplo, si el fideo es de paquete, que el tuco sea natural, con verduras; que la tarta no sea solo de jamón y queso. Encontrar un equilibrio entre lo procesado y natural. La propuesta es incluir.

¿Qué es la alimentación no polarizada?

Es esto, o comes solo procesados o sos un fundamentalista de lo orgánico y lo agroecológico y la mayoría de la gente no está ni en una punta ni en otra, me parece que es interesante esto de ir por el medio. También lo que sucede es que hay personas que tienen un avance muy importante en la comida casera, de alguna manera, demonizan otros productos; eso hace que quienes lo consumen se sientan mal por hacerlo. Nuestra propuesta es mejorar lo que se está haciendo. No vamos a los extremos, como seres sociales, de mantener un equilibrio entre una cosa y la otra.

¿Cuál es el objetivo del libro "Me importa un rábano"?

El juego de palabras crea una afirmación. A mí me importa el rábano, la mandarina, la lechuga y todo lo natural que podamos incorporar. A la vez es provocador, "me importan un rábano las reglas genéricas para todos", elijo mi proceso, mis alimentos y veo lo que me hace bien a mí. Quiero llegar a las casas con opciones fáciles, con más de cincuenta recetas, con platos que hacemos todos los días en casa.

El libro "Me importa un rábano" estará muy pronto en todas las librerías del país. Ahora se adquiere por Mercado Libre o por el emprendimiento agroecológico, que es biendelatierra.arg.

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