El líder del movimiento republicano del Reino Unido, Graham Smith, fue arrestado junto a otras cinco personas mientras se manifestaban en la plaza de Trafalgar, en el centro de Londres, en contra de la coronación del rey Carlos III y su esposa Camila.
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El líder del movimiento republicano del Reino Unido, Graham Smith, fue arrestado junto a otras cinco personas mientras se manifestaban en la plaza de Trafalgar, en el centro de Londres, en contra de la coronación del rey Carlos III y su esposa Camila.
La policía detuvo a los activistas mientras estaban recogiendo pancartas de una camioneta con la leyenda "no es mi rey", lo que llevó a que miembros de Republic denunciaran la actuación policial.
La organización Action Storm, también antimonárquica, se unió a la protesta, difundiendo panfletos en los que se lee "Es tiempo de cambiar" y cuestionó si una familia real "no elegida, anticuada y colonizadora" representa los valores de los británicos. Este grupo propone la elección de un jefe de Estado en lugar de mantener la monarquía.
En la protesta, los manifestantes portaron pancartas y banderas amarillas en las que cuestionaron el carácter "no elegido, anticuado y colonizador" de la familia real y denunciaron que el 20% de la población del Reino Unido vive en la pobreza, mientras que se gastaron unas 100 millones de libras (unos 126 millones de dólares) de dinero público en la coronación de "un multimillonario no electo".
Una joven londinense, identificada como Freya, expresó a Télam que la protesta sirve "para que la gente pueda ver lo antidemocrático que es la coronación" y aseguró que la coronación de Carlos tendrá un impacto en la percepción pública contra la monarquía.
La policía y otros organismos de seguridad estuvieron presentes en grandes números a lo largo de las rutas de la procesión y en las áreas donde se concentró la multitud. La policía metropolitana de Londres había tuiteado a principios de semana que tendría una "tolerancia extremadamente baja" con quienes trataran de "socavar" la jornada".
La policía y otros organismos de seguridad estuvieron presentes en grandes números a lo largo de las rutas de la procesión y en las áreas donde se concentró la multitud.
La policía metropolitana de Londres había tuiteado a principios de semana que tendría una "tolerancia extremadamente baja" con quienes trataran de "socavar" la jornada.