Con gran pesar la comunidad sampedreña, le dio el último adiós a uno de sus hijos dilectos, el doctor Eduardo Fermín Escobar, conocido en el ámbito de la salud como el “médico gaucho”, por su profunda labor solidaria en pos de los más humildes, quien falleció a los 69 años.
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Con gran pesar la comunidad sampedreña, le dio el último adiós a uno de sus hijos dilectos, el doctor Eduardo Fermín Escobar, conocido en el ámbito de la salud como el “médico gaucho”, por su profunda labor solidaria en pos de los más humildes, quien falleció a los 69 años.
Fue un buen hombre, un excelente profesional, conocido por la sencillez de su vida, por su entrega diaria como amigo, como servidor de la salud y por ese duende artesano que con blanco guardapolvo, declamaba los más sentidos versos.
Como legado, dejó para las presentes y futuras generaciones, el mensaje de su propia experiencia de vida, “el ser pobre y humilde, no es un impedimento para cumplir los sueños y realizarse en la vida. El secreto radica en esforzarse, estudiar y trabajar”. Y así lo demostró aquel canillita que vendía diarios, frutas y trabajaba distribuyendo soda, al que su ciudad natal lo vio partir con mil sueños y regresar con su título de médico cirujano.
Su espíritu visionario, lo llevó desde muy joven a trabajar en bien de su comunidad. Fue presidente del Club Leo, primera rama juvenil del Club Leones, institución con la que llegó a concretar numerosos logros, entre los más importantes, su trabajo en la construcción de la escuela San Francisco de Asís en San Pedro de Jujuy y de la sala de asistencia médica que funciona en Rodeito. A partir de allí, formó parte de distintas entidades en apoyo a la salud pública. Fue coordinador de la campaña contra el Cólera en la zona de Santa Bárbara, gestión que permitió la transferencia de un terreno del municipio para la construcción de un hospital público en El Arenal (Santa Clara). Lamentablemente, no pudo ver concretada esa obra, porque aún se aguardan las decisiones políticas.
Se desempeñó como médico de Guardia y del Servicio de Cirugía del Hospital Dr. Guillermo Páterson. Siempre fue y seguramente también será recordado por su profunda labor solidaria, por esa entrega a los más necesitados, particularmente, aquellos que residían en las alejadas zonas rurales. Hasta allí llegaba el “médico gaucho”, y recorría las precarias viviendas de los lotes Palmeras, San Antonio, Parapetí y Arrayanal.
Su espíritu inquieto, lo llevó a alinearse al Justicialismo, llegando a ser vicepresidente del Frente de Estudiantes de Medicina. Con el advenimiento de la democracia, abrazó la causa del Dr. Horacio Guzmán cuando formó el Movimiento Popular Jujeño. Fue nombrado Secretario Administrativo de la Honorable Comisión Constituyente que elaboró la Carta Orgánica de San Pedro. Siempre sostuvo que la política es el arte de servir a los demás y quien así no lo entienda no debería ejercerla. “Estamos llamados a servir no a ser servidos, pero la realidad nos muestra todo lo contrario, todo está tergiversado. Se han perdido valores fundamentales para que la sociedad funcione bien, la corrupción nos está ganando. La fe, la justicia y la verdad, tienen que ser el trípode donde se cimente la política”, sostuvo en una entrevista.
En paralelo a su profesión, también desarrolló su don artístico, en pintura en óleo, tallado en madera y diseño ornamental arquitectónico, Incursionó en el canto y la narración oral, proyectándose a nivel provincial y nacional, con la obtención de premios en certámenes literarios. Desplegó su veta cantautora desde su época de estudiante en las peñas cordobesas, experiencia que volcó cómo misionero legionario, llevando la palabra de Dios, la alegría, la entrega solidaria y el amor al prójimo.
En el ámbito artístico musical se lo conoció como el “Gaucho Escobar”, en los escenarios como Enero Tilcareño, Festival de Gaucho, Festival del Mango, entre otros. Además de su provincia natal, recorrió los escenarios de Cafayate (Salta) y las localidades cordobesas de Villa del Rosario, Cosquín y Villa María. Apadrinó a grupos musicales como Los Diamantes Jujeños, Protección Andina, Viento Norte, Los Luceros del Norte, etc.
Se casó con Graciela Cristina Cáceres, reconocida en el ámbito de la medicina, con quien compartió no sólo la misma profesión sino los mismos sueños. Ambos fueron intelectuales, luchadores y un poco, quijotes de la vida, tuvieron dos hijos Teresa Gabriela y Eduardo Pablo.
Queda en el tintero mucho camino recorrido, muchas anécdotas por contar sobre la vida y la obra del Gaucho Escobar, personaje multifacético, sencillo, y soñador que supo abrirse camino en la vida con la fuerza del amor.
El sueño del changuito de barrio
Eduardo Escobar nació el 11 de octubre de 1953, en la entonces "Villa de los Jubilados", hoy barrio Belgrano en San Pedro de Jujuy. Sus padres Nicolás Toribio Escobar y Teresa Elías, conformaron una familia humilde y trabajadora, un verdadero ejemplo que enseñó a Eduardo y sus hermanos Nicolás, Roberto, José y Juan Carlos, a valorar y amar la vida, a creer en la gente, a llevar como estandarte la humildad, honestidad y el trabajo. Fue su madre, “doña Teresa”, conocida y querida por su comunidad, quien fue tejiendo para sus hijos un nido de sueños que se convierte en realidad cuando se ama verdaderamente la vida, Su infancia fue pletórica de travesuras que se entremezclaron con la venta de diarios, frutas y luego de la pequeña empresa familiar de fabricación y distribución de soda. Siempre fue un agradecido a Dios, a sus padres y a la vida, por todo lo logrado “el ser pobre y humilde, no es un impedimento para cumplir los sueños y realizarse en la vida. El secreto radica en esforzarse, estudiar y trabajar”.
Cursó sus estudios primarios en las escuelas Domingo Teófilo Pérez y S.S. Juan XXIII. Y el nivel secundario en Comercial Dr. José Ingenieros. Recordando el precepto de sus padres, de estudiar y estudiar, partió rumbo a Córdoba y se inscribió en la Facultad de Medicina. Al haber logrado las más altas calificaciones en el primer año, se hizo merecedor de una beca, que alivianó el esfuerzo de su familia. Una vez recibido y con una excelente performance en medicina se le otorgó una beca para perfeccionarse en España, pero no pudo concretar el viaje debido al estado de salud de su madre.