Dicen que las despedidas más dolorosas son las que nunca se dicen o esperan. Este sábado partió un gran hombre, profesor y economista, pero por sobre todo un ser que amaba a los animales y se preocupaba por ayudarlos. Juan Gilberto Ljungberg o “querido profe” como solía ser llamado en el mundo mascotero, partió a la otra vida, pero dejó a muchos seres de luz recuperados y felices. Un acto de solidaridad y amor digno de replicar.
inicia sesión o regístrate.
Dicen que las despedidas más dolorosas son las que nunca se dicen o esperan. Este sábado partió un gran hombre, profesor y economista, pero por sobre todo un ser que amaba a los animales y se preocupaba por ayudarlos. Juan Gilberto Ljungberg o “querido profe” como solía ser llamado en el mundo mascotero, partió a la otra vida, pero dejó a muchos seres de luz recuperados y felices. Un acto de solidaridad y amor digno de replicar.
Muchas personas y colegas de los diferentes medios de comunicación conocieron su faceta como docente y experto en temas de economía. Además, siempre fue un profesional respetuoso y predispuesto. Pero también tenía otra hermosa faceta, que era la de demostrar amor incondicional y la fidelidad hacia sus animales o los de la calle. Rambito, Tachi, Chimuelito, Frida, Tommy, Pepa, Paquito, Lupita, Sol, Camila, Roquito, Simba, Toto, Luna, Bartolito, Romita, Coqui y Negrita son algunos de los tantos ángeles perrunos y gatunos a los que ayudó.
En las redes sociales, ocupaba la mayor parte de su tiempo para difundir los casos de abandono animal y pedir ayuda para que varias personas también se involucren. Asimismo, aportaba económicamente para asistir a los pobre seres de luz.
Lo cierto es que se extrañarán sus mensajes dando fuerzas para seguir en la lucha para que termine el maltrato animal y sus audios expresando alegría por la recuperación de cada animalito. Querido profesor, en algún lugar en dónde esté, en nombre de todos los animales y rescatistas que ayudó, queremos que sepa que esto no es un adiós, es un gracias por todo.