Por DARÍO ALEJANDRO IBÁÑEZ, MÉDICO, especialista en psiquiatría.
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Por DARÍO ALEJANDRO IBÁÑEZ, MÉDICO, especialista en psiquiatría.
Estamos terminando el año y se acercan las fiestas, es el momento donde muchas personas reflexionan sobre lo sucedido en el año, las metas logradas, lo que aún queda por hacer, etc. Pero, también es una época de recuerdos, de sensibilidad, hemos pasado tiempos complicados desde el inicio del Covid-19, donde han quedado asientos vacíos en las reuniones familiares, abrazos postergados, sentimientos de inquietud, de incomodidad, de falta, por aquellas personas con las que no podremos compartir en la mesa.
No hay atajos ni vías rápidas: unos días atrás, atendí a una paciente que hace poco perdió a su esposo por una enfermedad, y me decía: "Doctor, me siento mal por tener días buenos". Su hijo pequeño iba a tener en los actos de fin de año algunos honores debido a que fue un buen alumno y ella cargaba un sentimiento de culpa por una idea "yo debería estar triste por lo que le pasó a mi esposo". Lo cierto es que ella estaba triste aunque parecía no darse cuenta de ello, seguimos conversando sobre otros puntos. Al final de la sesión ella se fue más tranquila y yo me quedé pensando en aquellas personas que están pasando por una situación similar. La vida puede ser una montaña rusa con importantes subidas e imponentes bajadas, con trayectos que giran para un lado y luego para el otro. ¿Cómo hago para pasar por ese valle de sombras? Lamentablemente no hay atajos ni vías rápidas, lo que no quiere decir que no haya algo que se pueda hacer, aquí algunas posibilidades.
¿Está mal sentirme bien? El sentimiento de culpa es algo que suele aparecer en diferentes momentos, sobre todo en el duelo, al recuperase de forma progresiva la capacidad de disfrute, uno puede cuestionarse y reprocharse que debería seguir en un estado de lamento eterno, pero la vida no es algo estático, es algo dinámico, así que estimado lector, no está mal que se sienta bien por tal vez tener un buen cierre de año.
Todo tiene su tiempo: Otra situación que podría generar cierta incomodidad son las reuniones familiares, muchas veces uno está muy presionado a tener que compartir los festejos durante interminables horas. Esto no debería ser necesariamente así, hay una creencia popular de que alguien que esté pasando por un estado de tristeza o un duelo, en un buen festejo se olvidará del problema y estará mejor, esto a veces no sucede y se termina realizando un esfuerzo importante para disimular el malestar, el sentimiento de culpa puede aparecer por "no estar bien" como los demás quieren. Una herramienta ante dicha situación podría ser limitar el tiempo, por ejemplo, hay familias que tienen por costumbre en épocas navideñas abrir los regalos a las doce en punto, una vez finalizada dicha ceremonia, los comensales se dividen en distintos grupos, entonces, tal vez sea útil limitar el tiempo a compartir esos momentos de cierta importancia, como el abrir los regalos o el típico brindis, etc. Aún hoy sigue siendo patente la idea de que la calidad es preferible a la cantidad. No se presione a compartir todo el festejo.
El aislamiento emocional intensifica el dolor del alma. Por último, estimado lector, es sabido que hay situaciones que son más difíciles de sobrellevar que otras, mi paciente al no estar su esposo, deberá a su forma, encontrar un nuevo equilibrio entre las tareas que ambos compartían y que hoy recaen únicamente sobre sus hombros. Algo que escuché en algún momento y que también intento transmitir a mis pacientes es que uno no debería soportar los dolores en soledad, les puedo asegurar que las cargas de la vida cotidiana, pero sobre todo las del alma, se transitan de forma más ligera cuando nos sostenemos en aquellos que nos brindan su apoyo y contención, quizás recurrir a aferrarte a tu fe, ya que el pilar espiritual también es influyente, nos da un plus de resistencia ante la adversidad y por otro lado, para eso están quienes se dedican a la salud mental para poder proporcionar la ayuda necesaria, ayudando a que puedas visibilizar la circunstancia con más claridad, brindándote ideas, generando estrategias para ganar la pulseada al valle sombrío que nubló tu corazón, del cual con una red de contención siempre habrá mayor posibilidad de salir vencedor.
Esta es mi recomendación, si el camino está empinado, busque ayuda, no tenga miedo ni vergüenza. Esa turbulencia emocional se sentirá menos tormentosa, menos turbulenta, con los suyos, compartiendo esa carga y ese dolor. Iniciando el nuevo año con aquellos que hoy están y que todavía tienes la posibilidad de abrazar.
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