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8 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Artesana y luchadora, vendedora de sueños e ilusiones

Roxana Cruz hace 16 años que la pelea sola vendiendo artesanías en la calle para salir adelante y proteger a su hijo.
Martes, 01 de noviembre de 2022 01:02

Los sueños y las ilusiones se sienten, se palpitan, pero fundamentalmente se construyen con decisión y empeño. Ese es el caso de Roxana Cruz, quien con mucho empreño, todos los días vende sus artesanías en un puesto de calle Lavalle.

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Los sueños y las ilusiones se sienten, se palpitan, pero fundamentalmente se construyen con decisión y empeño. Ese es el caso de Roxana Cruz, quien con mucho empreño, todos los días vende sus artesanías en un puesto de calle Lavalle.

 

Felipa Martínez de Cruz no solo es la mamá de Roxana, si no también su maestra, su guía y su apoyo permanente.

 

Desde muy pequeña, con apenas 6 años, ella ya tejía y vendía escarpines. "Yo arranque con el tejido porque mi mamá tejía y fue quien me enseñó desde muy chica el oficio; a la calle llegue por necesidad, porque tenía un negocio y con el tema de la crisis de hace unos 8 o 10 años tuve que cerrar", aclaró Roxana Cruz quien además de artesana es mecánica dental, titulo con el cual un día emigró a la gran ciudad con solo 21 años.

En su relato contó que "una vez en Buenos Aires me inicie como despachante en una panadería y un año después conocí a quien fue mi marido, quien falleció cuando nuestro hijo tenía 3 años", señaló a la vez que remarcó que "fue una situación muy dolorosa, de la noche a la mañana estaba sola y con un hijo, por esa razón regresé a Jujuy y me instalé en la casa de mis padres con quien actualmente vivo".

"Tuve que cerrar el negocio porque no podía estar todo el día ahí porque mi hijo era muy chiquito y yo tenía que atenderlo; entonces comencé a vender en la calle confeccionando ropa de bebé, atrapa sueños y finalmente llegaron los duendes que se hacen con porcelana fría y su ropa es reciclada de otras prendas", aclaró.

Muy entusiasmada relató que "cuando vino el boom del 'amigurumi', que son tejidos de figuras muy pequeñas que se pueden utilizar de llaveros y que se hacen al crochet con forma de animalitos o muñequitos, es una técnica que fui aprendiendo, haciendo cursos", agregó a la vez que mostraba sus obras de arte, cada una de un tamaño distinto.

Roxana Elizabeth cada mañana llega a las 8 a la calle Lavalle y se ubica a un costado de la Escuela Normal donde permanece por varias horas desafiando el frío, el sol, el viento, la lluvia pero siempre con una sonrisa amplia y una especial amabilidad para atender a quien se acerca a su puesto, que está pegado a un viejo naranjo y frente a un residencial.

Sus artesanías son exquisitamente diseñadas y elaboradas, además de ser muy accesibles en precio, sus clientes suelen ser turistas. "Ellos son quienes se acercan a mirar nuestras artesanías y valoran mucho que sean obras únicas" y risueña aclaró "los jujeños también me compran especialmente los duendes, que es casi mi especialidad, además de los tejidos".

En medio de bromas y risas de sus compañeros, Roxana habló de sus amores, su madre, Felipa Martínez de Cruz, y su hijo, Lucas Maximiliano Arce, quien estudia peluquería en la Escuela Sarmiento mientras se prepara para ingresar en la Escuela de Cadetes de la Policía Federal Argentina "Juan Pirker", el próximo año.

"Mi hijo estudia y además trabaja porque el sabe de los sacrificios que hacemos para poder vivir bien, sin que nos sobre pero tampoco nos falte, gracias a Dios somos muy unidos, incluso vivimos en un departamento arriba de la casa de mis padres en San Pedrito".

Con sencillez y humildad Roxana Cruz continuó con su diaria tarea, ofreciendo sus artesanías.

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