La búsqueda de una mujer por encontrar a su madre biológica empezó hace tiempo atrás, con la ilusión de encontrarla algún día. El tiempo pasaba y cada vez era más difícil lograr el sueño de un abrazo maternal. Pero era tanto ese deseo de Adriana Sánchez, quien inició esa incansable búsqueda de la señora Justina Garay, hasta que llegó la noticia: Adriana tenía datos que su madre estaba en Palma Sola y fue cuando se comunicó con Vilma Vega, también hija de doña Justina.
inicia sesión o regístrate.
La búsqueda de una mujer por encontrar a su madre biológica empezó hace tiempo atrás, con la ilusión de encontrarla algún día. El tiempo pasaba y cada vez era más difícil lograr el sueño de un abrazo maternal. Pero era tanto ese deseo de Adriana Sánchez, quien inició esa incansable búsqueda de la señora Justina Garay, hasta que llegó la noticia: Adriana tenía datos que su madre estaba en Palma Sola y fue cuando se comunicó con Vilma Vega, también hija de doña Justina.
Desde ese mismo instante ambas hermanas no se dejaron de escribir, de forma constante, y pusieron en conocimiento a la madre, que con mucha emoción recibió la noticia, que su hija Adriana estaba viva, esa niña que le arrebataron de los brazos existía. Era tan fuerte esa ansiedad de verla, que pronto fue posible el encuentro. Doña Justina viajó a Cafayate (Salta) y después de 60 años se reencontró con su hija.
En diálogo con El Tribuno de Jujuy, Vilma Vega contó llena de emoción: "Mi mamá soñaba con encontrar a su hija, cada año que pasaba era más desesperante sus deseos de saber cómo estaba, dónde vivía y muchas preguntas que hacerle".
Manifestó que su madre vivía en San Pedro, junto a sus dos hijos, Jesús que tenía 5 años y Adriana Sánchez de 2 años, y el padre de ambos menores un día decidió llevárselos, sin decir nada a nadie. En ese momento empezó el calvario para doña Justina.
Pasaron los años y la mujer tuvo otros siete hijos, y por razones de trabajo se trasladó a Palma Sola, estableciéndose en el barrio Nueva Esperanza.
"Nosotros viajamos hasta Cafayate para encontrarnos con mi hermana. Fue algo muy emocionante, no nos imaginamos ese abrazo eterno entre nosotras. Hoy diríamos que estamos felices y en los próximos días nos estaremos encontrando con mi hermano Jesús, que vive en Güemes. Es también otra emoción que nos espera", expresó Vilma.
Por su parte, doña Justina Garay dijo que "pedía a Dios por la salud de mi hija, de poderla encontrar, por momentos tenía que hacer corazón duro. Hoy emocionada doy gracias a Dios por permitirme estar a su lado y junto a toda la familia". En tanto Adriana agradeció a sus hijas por las publicaciones que hicieron y la insistencia que tuvieron para ver hecho realidad este sueño. "No lo podía creer, me vi en los ojos de mi madre. Somos muy parecidas, no sabía que ella estaba tan cerca, fue una alegría enorme para mí y toda mi familia", concluyó Adriana, que nunca bajó los brazos para encontrar a su madre.
Al finalizar Vilma expresó: "Todos estábamos emocionados, ansiosos, esperando este momento de reencuentro. Sí bien después del primer contacto, nos hacíamos videollamadas, soñábamos con este encuentro"