El mensaje principal está destinado a sus padres y dos hermanas con motivo de las tradicionales fiestas navideñas deseando sus mejores deseos de salud, paz y felicidad, ya que en esta oportunidad no podrá estar presente.
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El mensaje principal está destinado a sus padres y dos hermanas con motivo de las tradicionales fiestas navideñas deseando sus mejores deseos de salud, paz y felicidad, ya que en esta oportunidad no podrá estar presente.
Patricia Reinozo está casada con Manuel Meyer, tiene un hijo que este año inició la facultad y a quien bautizó Salvador en claro homenaje al patrono de su ciudad natal.
En el año 1996 estando en Tucumán donde cursaba estudios universitarios en Ingeniería en Sistema de Información logró obtener una beca a través de la Universidad Tecnológica del país, cuya única dificultad era el idioma alemán. "No sabía decir ni una palabra, yo había estudiado toda mi vida ingles", dijo al señalar que la beca era para realizar un curso de capacitación en Alemania y de esa manera concretar uno de sus sueños. "Siempre soñé en viajar, en conocer otros lugares, al ser hija de inmigrantes me pareció que tenía en mi interior esa semilla que me decía que alguna vez debería iniciar un viaje lejos de mi provincia y conocer otros paisajes, culturas, otra gente", comentó Patricia Reinozo en diálogo con El Tribuno de Jujuy.
"Al obtener la beca viajo a Alemania la primera vez en marzo de 1996 y al llegar nos dirigimos al sur del país para pasar el período de adaptación de un mes para interiorizarnos cómo es la vida aquí, cómo se maneja la gente con los temas cotidianos como el tratamiento de la basura, los impuestos y luego viajamos los quince argentinos a Múnich", comentó la jujeña con emoción.
"En esa ciudad todos vivíamos en un edificio para estudiantes, todo eso pagado por la beca y allí estuvimos a cargo de un profesor especializado en lenguas hispanas y quien tenía la responsabilidad de enseñarnos el idioma alemán donde teníamos un curso sumamente intensivo" señaló "Pato", como a ella le gusta que la llamen, agregando que "desde ahí viajamos a la ciudad de Colonia donde asistiríamos a la Universidad pero no tomábamos clase con todo el mundo ya que esta capacitación, formación era sobre las normas ISO estándar de calidad".
Consultada sobre cómo fue esa experiencia, recordó que ahí fueron separados y cada uno tenía su departamento, individuales cada uno y comenzaron a vivir separados hasta que concluyeron con el curso.
"Un año después en marzo de 1997 "comentó", nos entregaron nuestros certificados de auditores externos e internos y había llegado el momento de regresar a la Argentina después de rendir nuestros exámenes".
Una nueva etapa
Patricia Reinozo es jujeña y tiene sus raíces en el reconocido y popular barrio Gorriti donde vivió su infancia y adolescencia concurriendo siempre a su querido Colegio "Nuestra Señora del Huerto" donde se contactó con quienes con el correr de los años se constituirían en sus mejores amigas, en sus "hermanas" de la vida.
Ahí en un sector del barrio la esperan siempre con ansias su mamá Elena y su papá Mario junto a sus dos hermanas, a quienes extraña entrañablemente y quienes viven en su corazón y sus pensamientos.
Por ello orgullosa manifestó que "desde que partí la segunda vez en el año 1999 nunca dejé de venir a ver, a visitar a mis padres, a la familia, siempre una vez por año", es ahí donde se produce un profundo silencio aclarando que "fue justo en el 2020 que después de haber estado para las fiestas todo se nos complicó y recién pude regresar en el 2021".
Recordó sonriente que siempre había estado buscando becas que la pudieran llevar fuera del país, especialmente para capacitarse ya que consideraba que en el país eran "muy pocas las posibilidades que tenía para crecer".
"Cuando regresé a mi país y mi provincia después de haber estado en Alemania por la beca, vino la gran decisión", remarcó.
"Tenía una nueva capacitación en el bolsillo y la pregunta era ¿qué hago yo ahora con esto? Si en el norte no había posibilidades de poner en práctica esa formación que yo tenía y que se había fortalecido a partir de mi paso por Alemania", señaló.
Patricia Reinozo está hace 22 años en Alemania, trabaja en una empresa que se dedica al manejo del plasma humano y sus derivados para afecciones que no son muy conocidas, más bien, raras.
Está casada con Manuel Meyer y su hijo de 20 años de edad llamado Salvador ya está en la universidad y desde la segunda quincena de noviembre vino hasta el pasado 8 de diciembre a Jujuy a visitar a su papá que tuvo un problema de salud, quien por suerte hoy está muy bien.