Aunque el problema tiene larga data, la falta de agua corriente para los vecinos del barrio maimareño de Sumalawa se torna urgente con las necesidades a que nos lleva la pandemia, y por eso escuchamos a Darío Alfredo Polo. "Vivo en Maimará, en el barrio Sumalawa. El barrio se creó en el 2011, empezó con el asentamiento de la comunidad aborigen Maymara", indica.
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Aunque el problema tiene larga data, la falta de agua corriente para los vecinos del barrio maimareño de Sumalawa se torna urgente con las necesidades a que nos lleva la pandemia, y por eso escuchamos a Darío Alfredo Polo. "Vivo en Maimará, en el barrio Sumalawa. El barrio se creó en el 2011, empezó con el asentamiento de la comunidad aborigen Maymara", indica.
Recuerda que "se fueron otorgando tierras a personas maimareñas para que puedan hacer sus casas. En este momento somos ochenta familias, algunas de las cuales fueron censadas como integrantes de la comunidad. Desde el momento en que se creó el barrio, demoró cinco años hasta que pudiéramos tener luz, que al fin se realizó gracias a proyectos de la comunidad. Luego vino una empresa contratista que tiró las cañerías para la red de agua".
Así "quedó realizado con los chicotes para cada domicilio, pero desde ese momento no supimos nunca más nada. La cañería madre está a mucho más nivel, entonces hicieron el proyecto de poner la cisterna para que pueda alimentar todo el barrio. El tanque se instaló, pero decían que tenían que poner una bomba para abastecer a todas las casas, y nunca apareció esa bomba".
Agrega que "en su momento se pidió colaboración a los vecinos para que hicieran el cercado del tanque, se hizo, se colaboró, pero nunca se conectó. Estamos dependiendo de un solo caño comunitario, dividido en dos partes para que podamos juntar agua. Nosotros compramos una bomba de 1 HP, que se nos quema cada año o cada seis meses, ya llevamos compradas cuatro. Y conseguimos un tanque de 10.000 litros, que colocamos en un extremo del barrio".
"Eso lo hizo gente del barrio con la comunidad. De ahí sacamos mangueras negras y de ahí nos pudimos conectar, pero la presión del agua nunca es suficiente para que se pueda llenar ese tanque. Por día se puede juntar un tacho que se reparte entre las ochenta familias, a veces llegamos a un cuarto del tanque, a veces medio, y todos tenemos la necesidad del agua", aclaró.
Se les da variados motivos por la demora en la conexión. "Ya pasaron dos gestiones en el municipio de Maimará y siempre nos prometen que se va a solucionar, y se nos dice que es la empresa, la Municipalidad, el Gobierno de la Provincia, que es uno o que es otro que tienen que apurarlo. Ahora con esta necesidad de la pandemia estamos peor, necesitamos desinfectarnos, los chicos, todo, es complicadísima la situación".
Finaliza diciendo que "hasta ahora no se conecta, ni siquiera está hecho el pilar de la luz para conectar la bomba. Incluso tenemos sistema de cloacas, ya se podría conectar pero no podemos hacerlo por falta de agua".
