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26 de Junio,  Jujuy, Argentina
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China reconoce que hubo más muertos en su país

Mientras tanto, gobiernos como los de EEUU y Brasil se empeñan en polemizar con opositores.

Sabado, 18 de abril de 2020 01:00

La pandemia, que ya dejó más de 148.000 muertos en todo el mundo, elevó ayer aún más la tensión internacional y de algunos de los países más afectados, luego que China reconociera muchos más muertos y que los gobiernos de Estados Unidos y Brasil se sumergieran en una puja política con opositores en plena crisis.

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La pandemia, que ya dejó más de 148.000 muertos en todo el mundo, elevó ayer aún más la tensión internacional y de algunos de los países más afectados, luego que China reconociera muchos más muertos y que los gobiernos de Estados Unidos y Brasil se sumergieran en una puja política con opositores en plena crisis.

Según el conteo de la Universidad estadounidense de Johns Hopkins, la cantidad de muertes por la pandemia superó los 148.600, con más de 3.400.000 pacientes recuperados sobre un total de más de 2.218.000 casos positivos.

En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS), que tras conocer el error admitido por China hizo un llamado a todos los gobiernos a revisar sus estadísticas "lo antes posible", informó de 139.515 muertes sobre 2.078.605 casos confirmados, 77.846 solo en las últimas 24 horas.

El organismo internacional suele tener algunas diferencias con las cifras que ofrece la Johns Hopkins por demoras en la recepción de datos que envían los gobiernos.

En esta pandemia, en la que las cifras se han vuelto un dato central para analizar la evolución del virus, China viene recibiendo crecientes presiones de las potencias occidentales, especialmente Estados Unidos, sobre dudas en la transparencia con que gestionó el tema.

Ayer, ante la sorpresa de todos, corrigió en 50% su cifra oficial de muertes en Wuhan, la ciudad donde nació el brote de coronavirus: a las 2.579 reconocidas hasta el presente sumó otras 1.290.

"Este régimen autoritario tenía información, tenía datos. Ahora está muy claro que el Partido Comunista Chino y la OMS no pusieron esa información en el espacio internacional como se requiere que lo hagan de manera oportuna. Ahora el resultado de eso es que ahora tenemos esta pandemia global", volvió a denunciar ayer el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, a quien se sumó también en tono de queja el presidente francés, Emmanuel Macron.

"Necesitamos saber lo que realmente pasó", agregó el funcionario estadounidense, poco antes que el propio Donald Trump asegurara que el número de muertos en China "es mucho más alto que en Estados Unidos", pese a que las cifras hoy son más de 4.600 para el primero y unas 34.000 para el segundo.

De todos modos, no fue este el único frente de polémica que tuvo ayer el presidente estadounidense, dedicado desde hace semanas a reclamar a los gobernadores que lo acompañen en su decisión de mantener la economía del país en marcha, pese a las recomendaciones de la comunidad científica que alerta sobre posibles nuevos contagios y muertes, especialmente con la vapuleada Nueva York en el ojo de la tormenta.

Mediante sus canales de comunicación favoritos, Trump y el gobernador neoyorquino, Andrew Cuomo, se enzarzaron ayer en un duro toma y daca por la gestión que han hecho de la crisis del coronavirus, reseñó la agencia de noticias EFE.

En su conferencia de prensa diaria, Cuomo defendió que el estado no podrá reactivar su economía mientras no disponga de capacidad para hacer pruebas masivas, para lo que necesita ayuda del Gobierno federal.

Sin esperar a que el gobernador terminase de hablar, Trump acudió a Twitter para atacar al político demócrata y decirle que "debería pasar más tiempo "haciendo" y menos "quejándose".

Sin embargo, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio -también demócrata pero distanciado de Cuomo- también se quejó públicamente con el presidente y le advirtió que Estados Unidos no podrá reactivar su economía, si la ciudad no recibe los recursos necesarios para enfrentar la pandemia.

Las interferencias provocadas por la pandemia en la política llegaron también a Brasil, donde el presidente Jair Bolsonaro se presenta como un ferviente opositor a la cuarentena para evitar la parálisis económica del gigante sudamericano.

Bolsonaro aseguró en diálogo con congresistas haber recibido un informe sobre un supuesto plan para derrocarlo, orquestado por el gobernador de San Pablo, Joao Doria, y el jefe de Diputados, Rodrigo Maia, informó la prensa brasileña.

Ese supuesto plan desestabilizador fue reportado en un dossier elaborado por los servicios de inteligencia, aseguró el militar retirado y presidente, publicó ayer el diario Folha de San Pablo, citado por la agencia Ansa.

Doria, del centrista Partido de la Socialdemocracia Brasileña (Psdb), y Maia, del derechista partido Demócratas (Dem), criticaron a Bolsonaro por haber despedido al ministro de Salud, Henrique Mandetta, defensor del confinamiento obligatorio.

Luego de exonerar a Mandetta, Bolsonaro pronunció un discurso con críticas a los gobernadores que decretaron la cuarentena para impedir el contagio de Covid-19, medida que Doria aplica en San Pablo, el estado más afectado por la dolencia.

Kurdos confirman la primera muerte 

Las autoridades kurdosirias confirmaron ayer el primer fallecimiento por coronavirus en el noreste de Siria, pese a no haber informado de casos positivos en esa área del país que escapa al control de Damasco en medio de la guerra civil que enfrenta. En un comunicado, la autoridad del norte y noreste de Siria aseguró que un hombre de 53 años, procedente de la ciudad de Al Hasaka, ingresó el 22 de marzo en el hospital de Qamishli y murió el 2 de abril por coronavirus.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó en un comunicado que hubo dos muertes notificadas por las autoridades sirias en el país por Covid-19, una de ellas en el hospital de Qamishli, en el noreste de Siria, el 2 de abril. Hasta el presente, según las autoridades sirias y la OMS, había 38 casos positivos y cinco pacientes ya se han recuperado de la enfermedad. Las autoridades kurdosirias acusaron también al gobierno central de Damasco de dejar aterrizar en la capital siria vuelos que partieron de la ciudad de Qamishli, en la frontera con Turquía, sin que los pasajeros pasaran previamente por test de diagnóstico.

Los kurdos han aplicado toques de queda y el cierre de su frontera con el Kurdistán iraquí para evitar la propagación del nuevo coronavirus, todo ello en medio de la crisis que supone no contar con un gobierno central y de la guerra que castiga al país. Pese a que el noreste de Siria esté bajo control de los kurdos, las autoridades del presidente, Bashar al Asad, dominan pequeños puntos de esa área, como el aeropuerto de Qamishli y sus alrededores, además de la ciudad de Al Hasaka. En esa área, con miles de desplazados por una ofensiva lanzada por Turquía el pasado octubre, hay campos y prisiones en los que miembros del grupo yihadista Estado Islámico (EI) y sus familiares, incluidos miles de extranjeros, están encerrados.

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