Un adolescente disparó con un rifle contra una multitud durante una popular festival de comida al aire libre en California, donde mató a tres personas, entre ellas un niño de seis años y una chica de 13, antes de ser muerto rápidamente por la policía, en otro capítulo de la epidemia de violencia con armas de fuego que asuela a Estados Unidos.
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Un adolescente disparó con un rifle contra una multitud durante una popular festival de comida al aire libre en California, donde mató a tres personas, entre ellas un niño de seis años y una chica de 13, antes de ser muerto rápidamente por la policía, en otro capítulo de la epidemia de violencia con armas de fuego que asuela a Estados Unidos.
El autor de los disparos, Santino William Legan, de 19 años, irrumpió en la Fiesta del Ajo de Gilroy el domingo por la tarde cortando un alambre que rodea el predio, y luego comenzó a disparar con un rifle al parecer de manera indiscriminada, dijo ayer el jefe de policía de la localidad de Gilroy, Scot Smithee.
Otras 12 personas resultaron heridas, agregó.
Imágenes de varios videos subidos a internet muestran a personas que huyen despavoridas, entre ellos un padre con un bebé en un carrito. De fondo se escuchan disparos en el sitio del festival, que cada año atrae a unas 100.000 personas a la ciudad, conocida como la "capital mundial del ajo".
Smithee dijo a periodistas que sus oficiales, que enfrentaron al atacante menos de un minuto después de que se diera la alarma, estaban buscando a un posible segundo sospechoso.
La búsqueda continuaba ayer, dijo la policía de Gilroy, una ciudad de 50.000 habitantes ubicada unos 180 kilómetros al sureste de San Francisco.
Los muertos en el ataque fueron un chico de seis años, Stephen Romero, una niña de 13 y un hombre de unos 20, dijeron la policía y autoridades.
"Mi hijo tenía toda una vida por vivir, y tenía solo seis años. Eso es todo lo que puedo decir", señaló Alberto Romero al canal de noticias local KNTV.
La abuela del chico, Maribel Romero, dijo que su nieto fue baleado mientras asistía al espectáculo con su madre y su otra abuela, y describió al niño como "siempre amable, feliz y travieso".
El presidente estadounidense, Donald Trump, rindió tributo a las víctimas ayer en la Casa Blanca.
"Mientras unas familias estaban pasando el tiempo en un festival local, un asesino perverso abrió fuego y mató a tres ciudadanos inocentes, incluyendo a un chico pequeño", dijo Trump.
"Nos afligimos por sus familias y pedimos a Dios que los consuele", agregó. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, cuyo distrito abarca la mayor parte de San Francisco, habló del "difícil camino por delante" de los sobrevivientes y llamó a adoptar medidas de control para poner fin a la violencia con armas.
"Cada día que el Congreso se niega a actuar es una mancha en la consciencia de nuestra nación", dijo. La policía registró anoche la casa de dos pisos de la familia de Legan en Gilroy y un viejo auto estacionado afuera antes de salir de la vivienda, ubicada a menos de un kilómetro y medio del lugar del festival, con bolsas con lo que parecía ser evidencia, informó la cadena CNN.
Los tiroteos masivos son frecuentes en Estados Unidos, donde la tenencia de armas es un derecho tutelado por la misma Constitución y celosamente defendido por poderosas organizaciones conservadoras.
