-¿Cómo nació tu pasión por el rugby?
inicia sesión o regístrate.
-¿Cómo nació tu pasión por el rugby?
-Es que cuando a las mujeres nos dicen no podemos hacerlo, nosotros demostramos que sí podemos hacerlo. Siempre se dice que es un deporte de hombres, pero el rugby es para todos. Es hermoso. Venís cargando con tantas cosas en la semana, vas a la cancha y todo se termina en esas dos horas de entrenamiento o durante un partido.
-¿Y cuáles fueron tus primeros pasos?
-No me sentía identificada en otros deportes, algo que sí me pasó en éste. Por mi contextura física no estaba cómoda practicando otras disciplinas. Hice fútbol y hándbol, pero no me convenció. Cuando encontré al rugby, fue diferente. Es que cada uno tiene su posición.
-¿Universitario fue tu primer club?
- Vi una publicación en internet y me comuniqué. Fui a ver el entrenamiento, me gustó y empecé a asistir. Juego de pilar o hoocker. Y el año pasado comencé a capacitarme para ser entrenadora con Juan Carlos Rivero. Arranqué con los chicos de infantiles. Además, el club se dividió el año pasado, ya que la mitad del plantel superior y juvenil se fue a Gimnasia. Al faltar coachs, Juan Carlos nos empezó a preparar. A mí me gusta estar en contacto con los niños y te aseguro que vale la pena el tiempo invertido.
-¿Qué dijo tu familia?
-Fue difícil aceptar que sea jugadora de rugby. Cuando salimos de un partido o un entrenamiento llegamos a casa con dolores físicos, propios de un deporte de contacto. Entonces, mi papá o mi hermana me dicen "no te quejés conmigo" (se ríe). Pero al empezar a entrenar yo, tres de mis sobrinos también lo hicieron y reconforta. Antes en mi casa sólo se hablaba de fútbol, ahora también de rugby. Cambiamos un montón.
-¿Además dicen que el rugby es educativo?
-Seguro. Es que nos formamos con valores. El respeto hacia nuestros propios compañeros, hacia el equipo rival y hacia el árbitro. Por ejemplo, en un match solamente habla el capitán. Es el único que dialoga con el referí, a quien se respeta siempre.
-Coincido y es un deporte que traspasa los límites de una cancha. ¿En las mujeres también es de esta manera?
-Totalmente. Tenemos algunas compañeras con son mamás y no es impedimento para asistir. Somos compañeras en serio. Nosotros aplicamos en la vida lo que aprendimos en la cancha: nunca vamos a estar solos. El portador de la guinda siempre tendrá a alguien atrás o al costado, acompañando. Lo usamos en la vida. Cuando compañera-amiga se cae, ahí estamos nosotros para levantarla. Nos pasó y pasa mucho.
-Es indudable que vamos evolucionado como sociedad, pero seguro que hace 10 años no te imaginábas jugando a un deporte estigmatizado para hombres.
-Es verdad, era sumamente de hombres. Ahora se le está dando mucho lugar al femenino. Por ejemplo, en la provincia, el año pasado tuvimos 22 partidos. Y en la presente temporada ya vamos disputando 6 encuentros. En Córdoba y en San Pedro de Jujuy por el torneo local. Es importante tener continuidad y los entrenadores están buscando más presentaciones, porque cuando es larga la espera, las chicas empiezan a faltar. Sin embargo, cuando hay una motivación, es diferente. El fin de semana que viene seremos locales en el GA5, jugando ante San José y Los Perales.
-¿Cómo es el sistema?
-Nosotras jugamos seven, es decir entramos a la cancha siete jugadoras por equipo, y hacemos un triangular. Hay otros clubes que también practican, pero deben cumplir requisitos. Se necesita compromiso, tanto de las chicas como los dirigentes. Hay que ficharse en la Unión Jujeña, hay que pagar una cuota, aunque nuestro entrenador nos recalca que el dinero no es impedimento para no entrenar.
-Por último, el rugby femenino existen los mismos tabúes que en el fútbol femenino en cuanto a la sexualidad de quienes lo practican.
-También pasa. Cree que porque jugamos rugby somos menos femeninas y tenemos compañeras divinas. Son hermosas mujeres. Creen que porque nos ponemos medias y botines, practicamos un deporte de contacto, está en juego nuestra condición sexual. Nada que ver. Para erradicar este mal concepto tendrían que ir a un entrenamiento y conocernos. Nos prejuzgan. La orientación sexual no tiene nada que ver con el deporte que se practica.