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24 de Junio,  Jujuy, Argentina
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El Pujllay despertó y se adueñó de Jujuy

Con alegría, emoción y algunos excesos, los jujeños vivieron a pleno una de las fiestas locales más populares. 
Sabado, 17 de febrero de 2018 10:52

Un año más Jujuy se vistió de fiesta para vivir el Carnaval. El Pujllay se adueñó nuevamente de este terruño invadiéndolo de alegría, diversión y excesos, para dar rienda suelta a los tradicionales festejos que congregaron a un sinnúmero de lugareños y turistas quienes disfrutaron a pleno seis días a puro ritmo y color. 
Como es costumbre, las celebraciones se multiplicaron por todo el territorio provincial. Si bien cada localidad festejó a su manera, con sus particularidades, en todas primaron la algarabía, la música, el olor a albahaca fresca y no faltó el papel picado y la serpentina que dieron el marco perfecto a este tradicional festejo.
Si bien históricamente la Quebrada fue la zona más convocante de la provincia, por cuanto sus carnavales se popularizaron en todo el país, a diferencia de años anteriores, en esta edición la Capital jujeña logró captar a gran parte de los turistas que usualmente subían al norte provincial, como así también fue elegida por los propios lugareños, que optaron por quedarse y vivir el Carnaval en la ciudad donde hubo festejos desde el Jueves de Comadres, hasta el Martes de Chaya, en distintos barrios. También se lucieron los festejos en el Carnavalódromo de Los Tekis, que alcanzó una gran convocatoria, como así también los tradicionales corsos capitalinos. 
Aún así, el Carnaval quebradeño siguió siendo la vedette con una masiva convocatoria. La bajada del cerro que protagonizaron los diablos de Uquía, fue uno de los espectáculos más atractivos que cautivó la atención de cientos de visitantes.
El Carnaval a Caballo de Purmamarca también reforzó los festejos en el pueblo de los siete colores, en el que se buscó revalorizar la esencia del Carnaval, retomando las raíces de la tradicional celebración. 
De igual modo ocurrió con los numerosos desentierros que realizaron las comparsas en Maimará, Tilcara, Huamahuaca, y en cada una de las ciudades quebradeñas que invitaron a bailar y compartir todo tipo de bebidas que alegraron el corazón y pusieron a los presentes a tono con el festejo.
Las comparsas y los mojones también se multiplicaron en la Puna. Las agrupaciones disfrutaron de los festejos en familia y con los sones típicos de esa región. 
Allí tampoco faltó el color y la algarabía en cada encuentro, donde primó la alegría de los puneños. 

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Un año más Jujuy se vistió de fiesta para vivir el Carnaval. El Pujllay se adueñó nuevamente de este terruño invadiéndolo de alegría, diversión y excesos, para dar rienda suelta a los tradicionales festejos que congregaron a un sinnúmero de lugareños y turistas quienes disfrutaron a pleno seis días a puro ritmo y color. 
Como es costumbre, las celebraciones se multiplicaron por todo el territorio provincial. Si bien cada localidad festejó a su manera, con sus particularidades, en todas primaron la algarabía, la música, el olor a albahaca fresca y no faltó el papel picado y la serpentina que dieron el marco perfecto a este tradicional festejo.
Si bien históricamente la Quebrada fue la zona más convocante de la provincia, por cuanto sus carnavales se popularizaron en todo el país, a diferencia de años anteriores, en esta edición la Capital jujeña logró captar a gran parte de los turistas que usualmente subían al norte provincial, como así también fue elegida por los propios lugareños, que optaron por quedarse y vivir el Carnaval en la ciudad donde hubo festejos desde el Jueves de Comadres, hasta el Martes de Chaya, en distintos barrios. También se lucieron los festejos en el Carnavalódromo de Los Tekis, que alcanzó una gran convocatoria, como así también los tradicionales corsos capitalinos. 
Aún así, el Carnaval quebradeño siguió siendo la vedette con una masiva convocatoria. La bajada del cerro que protagonizaron los diablos de Uquía, fue uno de los espectáculos más atractivos que cautivó la atención de cientos de visitantes.
El Carnaval a Caballo de Purmamarca también reforzó los festejos en el pueblo de los siete colores, en el que se buscó revalorizar la esencia del Carnaval, retomando las raíces de la tradicional celebración. 
De igual modo ocurrió con los numerosos desentierros que realizaron las comparsas en Maimará, Tilcara, Huamahuaca, y en cada una de las ciudades quebradeñas que invitaron a bailar y compartir todo tipo de bebidas que alegraron el corazón y pusieron a los presentes a tono con el festejo.
Las comparsas y los mojones también se multiplicaron en la Puna. Las agrupaciones disfrutaron de los festejos en familia y con los sones típicos de esa región. 
Allí tampoco faltó el color y la algarabía en cada encuentro, donde primó la alegría de los puneños. 


Brillo y color en los corsos 
En la zona de los Valles y las Yungas jujeñas, el Carnaval tomó otro tinte. Si bien el color, la alegría y la diversión se mantiene intactas, en esos sectores de la provincia los festejos se concentraron mayormente durante las noches de corso. 
Especialmente en Libertador General San Martín y en San Pedro, numerosas comparsas se lucieron en el corsódromo, mostrando coloridos atuendos que aportan el brillo a esta gran fiesta que, cada año, congrega a más visitantes y que incluso convoca a figuras de primer nivel. Si bien este año algunas noches debió suspenderse el festejo debido al mal tiempo, la celebración no se vio opacada.
Similar festejo se disfrutó en los corsos de Perico y demás localidades vallistas. Allí cada agrupación trabaja arduamente para ofrecer un gran show a quienes eligen este sector de la ciudad para vivir el Carnaval.
Ya sea en el norte de la provincia, en la capital o en las ciudades del resto del territorio, el Carnaval se vivió a pleno un año más. El diablo será enterrado este domingo y deberá esperar un año para volver a adueñarse de esta porción de tierra y vivir así un nuevo Carnaval. 
 

Turistas eligieron el Carnaval jujeño 
Una de las particularidad que tuvo el Carnaval 2018 fue la gran convocatoria de turistas que generó. Las plazas hoteleras se vieron colmadas tanto en la Quebrada como en la capital jujeña, lo que ayudó a descomprimir el colapso que usualmente ocurría en las localidades quebradeñas. 
Un año más el Carnaval jujeño fue el preferido por los turistas, por cuanto es una fiesta que se populariza más en todo el país. 
Por otra parte, uno los factores que también incidió en la realización de los festejos de Carnaval fue el tiempo, que si bien acompañó en la mayoría de las jornadas, hubo varios momentos en que primaron las lluvias por lo que algunos eventos debieron ser suspendidos. Esto se dio mayormente en los corsos de las Yungas y los Valles, donde algunas veladas no pudieron concretarse. En la zona de la Quebrada y Puna, las lluvias fueron menores, sin embargo los festejos se cumplieron a rajatabla teniendo en cuenta que allí priman las tradiciones y los ritos ancestrales, además de que la fiesta se vive a pleno y no hay nada que logre opacar la alegría de los lugareños y visitantes.
 

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