En Argentina más del 10% de las personas que realizan tratamiento contra el VIH tiene una cepa del virus resistente a alguna de las drogas más utilizadas -lo que sucede también en Guatemala, Nicaragua, Zimbabwe, Namibia y Uganda-, según un informe presentado ayer por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que relevó datos en once países.
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En Argentina más del 10% de las personas que realizan tratamiento contra el VIH tiene una cepa del virus resistente a alguna de las drogas más utilizadas -lo que sucede también en Guatemala, Nicaragua, Zimbabwe, Namibia y Uganda-, según un informe presentado ayer por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que relevó datos en once países.
El informe presentado ayer sobre la resistencia a los medicamentos contra el VIH de la OMS de este año (HIV Drug Resistance Report 2017) mostró que en las restantes cinco naciones -Brasil, Colombia, México, Camerún y Mianmar-, los resultados fueron iguales o menores al 10 por ciento.
La resistencia antimicrobiana a los medicamentos es un desafío creciente para la salud global y el desarrollo sostenible", afirmó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien destacó la necesidad de "abordar los crecientes niveles de resistencia a los fármacos contra el VIH si queremos alcanzar el objetivo mundial de poner fin al sida para 2030".
"Cuando se comienza a tratar a la población con determinadas drogas es normal que en el tiempo comience a generarse resistencia. Eso sucede, por ejemplo, con los antibióticos. Y la causa tiene que ver con lo que nosotros denominamos "mala adherencia", esto es, la forma en la que el paciente toma la medicación, si lo hace tal cual se le prescribe, saltea tomas o interrumpe temporariamente, etc", explicó sobre el informe Omar Sued, director del Área de Investigaciones Clínicas de la Fundación Huésped.
Para Sued, el trabajo de la OMS "que parece ser muy alarmista, en realidad se basa en datos que se vienen trabajando y venimos debatiendo y juntando documentación clínica para determinar cuál sería el límite de población resistente en el que habría que cambiar el tratamiento antirretroviral para toda la población".
"Es decir, que lo que está en discusión es el debate en relación al impacto en la salud pública; porque en el consultorio, cuando uno ve que el tratamiento no funciona lo cambia y listo. Ahora bien, todavía no se ha determinado a nivel masivo cuándo hay que dejar de utilizar una droga", describió.
Sued explicó que el informe realizado por la Organización mundial de la Salud apunta principalmente a la resistencia a la "efavirenz", una droga utilizada como primera opción de tratamiento. "Esto significa que una vez que la persona es diagnosticada, la primera combinación que se utiliza tiene como base efavirenz, que fue muy buena cuando salió pero que actualmente se observa que empiezan a aparecer casos de resistencia y que, además, existen otras que tienen menor toxicidad".
"No obstante, la efavirenz sigue siendo altamente efectiva. De hecho, en Argentina, el 50 por ciento de las personas en tratamiento utilizan una combinación tiple basada en efavirenz; el costo mensual de esta droga es de 26 dólares por mes; mientras que otras drogas más nuevas tiene un costo cien veces mayor. Por ejemplo, el raltegravir tiene un costo de 270 dólares por mes y dolutegravir de 240".
Los portadores tienen acceso al tratamiento
Por primera vez desde que se identificó el VIH en 1981, más de la mitad de las personas portadoras del virus tienen acceso al tratamiento con antirretrovirales en todo el mundo, según un informe difundido hoy por el Programa de Naciones Unidas para la Lucha contra el Sida (Onusida).
El documento señala que la cantidad de muertes relacionadas al VIH disminuyeron de 1,9 millones en 2005 a 1 millón el año pasado, lo que genera buenas expectativas para alcanzar el objetivo mundial de 30 millones de personas en tratamiento para 2020.
“Cumplimos con la meta de 2015 de 15 millones de personas en tratamiento y estamos en camino de duplicar ese número a 30 millones y alcanzar el objetivo de 2020”, afirmó Michel Sidibé, director Ejecutivo de Onusida, según el informe.
El estudio asegura que más de dos tercios de las personas que viven con VIH conocen su estado, y de ese grupo el 77% tiene acceso a tratamiento, de los cuales un 82% tienen carga viral suprimida, lo que ayuda a prevenir la transmisión del virus.
Estas cifras muestran un claro avance hacia las metas del organismo para 2020 que proponen alcanzar el “90-90-90”, es decir que 90 por cierto de las personas portadoras del virus conozcan su estado, 90% de quienes tienen diagnóstico reciban terapia antirretroviral sostenida y que, de esas personas que reciben tratamiento, al menos el 90% tengan cargas virales suprimidas.
Según el documento, África oriental y meridional, Europa occidental y central y América del Norte y América Latina están en camino de alcanzar las metas de 90-90-90 en fecha.