El Senado brasileño aprobó ayer, al cabo de una agitada sesión, una legislación laboral que genera fuerte resistencia social.
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El Senado brasileño aprobó ayer, al cabo de una agitada sesión, una legislación laboral que genera fuerte resistencia social.
La ley, impulsada dentro del programa de ajustes del presidente Michel Temer para recuperar la confianza de los mercados y sacar al país de la recesión, fue aprobada por 50 votos a favor, 26 en contra y 1 abstención. Previamente, senadores opositoras interrumpieron la votación, por considerarla un despiadado ataque contra los derechos de los trabajadores brasileños. Gleisi Hoffmann, Fátima Bezerra, Regina Souza y Angela Portela, del Partido de los Trabajadores (PT), ocuparon la mesa del pleno para impedir que el presidente del Senado, Eunicio Oliveira, iniciara la sesión extraordinaria.
Tras intensas discusiones, Oliveira se retiró del recinto y ordenó apagar la luz del hemiciclo, en donde algunas decenas de senadores decidieron permanecer pese a la oscuridad en la que quedó el lugar.
El proyecto de ley (PLC 38) modifica más de 100 párrafos de la Consolidación de las Leyes del Trabajo (CLT).
Vanessa Grazziotin, del Partido Comunista de Brasil, dijo que esta ley "convierte a los trabajadores en prestadores de servicios, precariza el mercado laboral, acaba con la licencia de maternidad y solo es bueno para los patronos".
Antes de la votación en el Senado, cientos de obreros de gremios metalúrgicos protestaron contra la reforma laboral en Sao Paulo.
La modificación de la CLT tiene como punto central la posibilidad de que negociaciones directas entre trabajadores y empresas se sobrepongan a la legislación en diversos puntos; o sea, que prime lo acordado sobre lo legislado. Además, establece nuevas modalidades de contratación, amplía los acuerdos temporales de trabajo, e interfiere directamente en la labor de los sindicatos al intentar ahogarlos financieramente poniendo fin a la contribución sindical obligatoria.
Plebiscito, Constituyente y dos muertes
El gobierno realiza toda esta semana actos de campaña para promocionar a sus candidatos de cara a la elección, el 30 de julio, de la Constituyente, un suprapoder que regirá al país por tiempo indeterminado y que según la oposición busca imponer un “régimen al estilo Cuba”.
“A los traidores no los quiere nadie, no sé cómo pueden dormir pensando que los que te ayudaron le das una puñalada por la espalda”, dijo Diosdado Cabello, candidato a la Constituyente, aludiendo a la fiscal y a chavistas críticos que se oponen a la Constituyente.
La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) organizó un plebiscito simbólico para el próximo domingo, confiada en mostrar un rechazo masivo a la Constituyente, con la que, asegura, Maduro busca perpetuarse en el poder.
Por otra parte, el Ministerio Público informó en Twitter que investigará “la muerte de un joven de 16 años durante una manifestación” en la localidad de La Isabelica, estado Carabobo (norte), donde ocurrieron refriegas.
En otro incidente, el candidato a la Constituyente José Luis Rivas murió tras recibir varios disparos en un acto de campaña en la ciudad de Maracay.