Simpatizantes de la oposición se enfrentaron ayer con palos y piedras a las fuerzas de seguridad de Venezuela, luego de que contingentes antimotines bloquearon una marcha en Caracas contra el gobierno de Nicolás Maduro con gases lacrimógenos.
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Simpatizantes de la oposición se enfrentaron ayer con palos y piedras a las fuerzas de seguridad de Venezuela, luego de que contingentes antimotines bloquearon una marcha en Caracas contra el gobierno de Nicolás Maduro con gases lacrimógenos.
Los enfrentamientos ocurrieron cuando miles de opositores intentaban llegar hasta la sede de la Asamblea Nacional, en el centro de la capital, pero fueron contenidos por la Policía y efectivos de la Guardia Nacional (policía militar).
La crisis política en Venezuela se agudizó la semana pasada cuando el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) anuló funciones del Parlamento, dominado por la oposición, una decisión que fue finalmente revertida tras un pedido de Maduro.
Con tanquetas, camiones hidrantes y gases lacrimógenos, los efectivos de seguridad trataban de impedir el avance de la marcha, mientras simpatizantes del Gobierno lanzaban piedras desde edificios de viviendas sociales.
Los manifestantes, con banderas de Venezuela, tapándose la cara y con el torso descubierto, devolvían las piedras y gases, reseñó la agencia de noticias Reuters.
"Con gas no van a ocultar a esos 3 millones de venezolanos que están buscando comida en la basura, con gas no van a poder evitar que los hospitales sigan en la grave crisis en que se encuentran", dijo el diputado opositor Carlos Paparoni, visiblemente afectado por el gas pimienta.
A unos kilómetros, miles de partidarios de Maduro se congregaban para reclamar por el intento de "golpe de Estado" que, denuncian, llevan a cabo sus adversarios con el fin de deponer al sucesor del fallecido Hugo Chávez.
En otras ciudades, cientos de opositores marcharon en jornadas pacíficas. Venezuela atraviesa una grave crisis, con la inflación más alta del mundo, recesión económica y escasez de alimentos y medicamentos de las que la oposición culpa al presidente Maduro.
Estaba previsto que para ayer por la tarde el Congreso iniciara el proceso para destituir a los magistrados del TSJ que firmaron las controvertidas sentencias atribuyéndose funciones legislativas. Sin embargo, la iniciativa no avanzaría ya que depende de otros poderes públicos que están alineados con el Gobierno.
Maduro llamó al diálogo
El presidente Nicolás Maduro, renovó sus duras críticas contra la oposición al sentenciar que todo lo que hace es "inviable e inconstitucional" y reprocharle "no haber aprendido a reconocer al otro en 15 años", al tiempo que convocó nuevamente a retomar el diálogo político.
"Ojalá tuvieran un poquito de sensatez, llegara un ángel de luz y volvieran a los caminos que los traje, que los invité del diálogo político. Creo en el diálogo, creo en la palabra", exclamó Maduro.
El jefe de Estado indicó que sus delegados para el diálogo están "siempre" listos para retomar las conversaciones formales y afirmó que hubo una decena de sesiones privadas cuando han visitado el país los mediadores internacionales.
Según Maduro, algunos dirigentes opositores han solicitado reuniones, pero "juegan a las dos aguas; conversan de democracia y paz en la mesa de diálogo en privado, pero después salen con los cuchillos afilados a apuñalar la paz y la tranquilidad del país". "Siguen en lo mismo tratando de dar golpes de Estado y tratando de disolver los poderes. Llamo a la reflexión de estos sectores y a atender y resolver los problemas con la Constitución", agregó.
Por otro lado, convocó a los venezolanos a seguir el "llamado constructivo, productivo porque solo del trabajo viene la prosperidad".
El mandatario ha llamado al diálogo a sus opositores en diferentes oportunidades, y esta nueva convocatoria se da en un escenario en el que los antichavistas pidieron a la comunidad internacional apoyo por la crítica situación que vive Venezuela y para que se convoquen elecciones.
Maduro y la oposición venezolana agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) iniciaron en octubre pasado un proceso de diálogo con la mediación de los expresidentes Martín Torrijos (Panamá), Leonel Fernández (República Dominicana), y el exjefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, así como del Vaticano.
Sin embargo, estas conversaciones se estancaron cuando los opositores acusaron al Gobierno de incumplir algunos acuerdos, y entró en diciembre en una "fase de revisión" que se mantuvo hasta enero.
La pronunciación de la OEA
La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó en la jornada de ayer, en una tensa sesión que expuso una honda división hemisférica, una declaración en la que denunció una “grave alteración inconstitucional del orden democrático” en Venezuela y exigió a Caracas restaurar la independencia de los poderes del Estado junto con “la plena autoridad” del Parlamento, controlado por la oposición.
La declaración fue aprobada tras una sesión especial que volvió a desnudar divisiones en el continente y que fue abierta por 18 países, entre ellos Argentina, que desoyeron una decisión de Bolivia, país a cargo de la Presidencia pro témpore, y la aprobaron en medio de las denuncias de La Paz y Caracas de “un golpe institucional” en el organismo.
Fue una jornada errática, llena de adrenalina y plagada de cruces verbales y acusaciones, que comenzó con la decisión de Bolivia de suspender dicha sesión y rápidamente escaló cuando 18 países desoyeron la medida y reactivaron la cita con ausencia de los miembros disidentes.
En medio del apuro de algunos países por aprobar una resolución, los representantes de La Paz y Caracas interrumpieron una y otra vez el debate para denunciar la “ilegalidad” de la sesión y acusar a varios gobiernos de la región de intentar desestabilizar al país petrolero.