Al cerrar un seminario sobre el derecho humano al agua en el Vaticano, el Papa reclamó ayer que toda persona tenga acceso a agua potable y segura, “un derecho humano básico y una de las cuestiones nodales en el mundo actual”. “Me pregunto si en esta Tercera Guerra Mundial en pedacitos que vivimos, no estamos en camino de la Tercera Guerra Mundial por el Agua”, advirtió.
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Al cerrar un seminario sobre el derecho humano al agua en el Vaticano, el Papa reclamó ayer que toda persona tenga acceso a agua potable y segura, “un derecho humano básico y una de las cuestiones nodales en el mundo actual”. “Me pregunto si en esta Tercera Guerra Mundial en pedacitos que vivimos, no estamos en camino de la Tercera Guerra Mundial por el Agua”, advirtió.
“Cada día mil niños mueren a causa de enfermedades relacionadas con el agua, millones de personas consumen agua contaminada”, recordó Francisco, citando cifras de Naciones Unidas, al asegurar que “es ineludible anunciar este derecho humano esencial y defenderlo -como se hace-, pero también actuar de forma concreta, asegurando un compromiso político y jurídico con el agua”.
“Cada Estado está llamado a concretar, también con instrumentos jurídicos, cuanto indicado por las Resoluciones aprobadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas desde 2010 sobre el derecho humano al agua potable y el saneamiento”, aseguró. “Por otra parte, cada actor no estatal tiene que cumplir sus responsabilidades hacia este derecho”, agregó.
El Papa Francisco, que reiteró varios conceptos de su encíclica Laudato Sí,sobre el cuidado de la casa común, habló así en el aula magna de la Casina Pío IV, donde durante dos días expertos de todo el mundo, entre los cuales varios argentinos, disertaron sobre la actual crisis del agua, en muchas partes del mundo, escasa o a punto de extinguirse, y en otras, contaminada.
El seminario fue organizado por la Cátedra del Diálogo y de la Cultura del Encuentro, espacio académico plural de Argentina inspirado por el Papa -que dirigen los argentinos Luis Liberman y Gabriela Sacco- y la Pontificia Academia de Ciencias, cuyo titular es el arzobispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo. Dirigió el encuentro, que duró dos días y concluyó con una declaración firmada también por el Papa.
El Papa recordó en su discurso que “el respeto del agua es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos” y subrayó que “si acatamos este derecho como fundamental, estaremos poniendo las bases para proteger los demás derechos”. “Pero si nos saltamos este derecho básico ¿cómo vamos a ser capaces de velar y luchar por los demás?”, se preguntó.