Si bien en cada rincón del suelo jujeño se reedita esta ancestral ceremonia, en esta selvática geografía el ritual tiene ribetes particulares y tiene que ver con preparativos que comienzan en el mes de julio, cuando los pasantes, quienes tienen la responsabilidad de organizar todo lo relacionado con la fiesta, inician el camino que culminará con la ofrenda central. Para ello cuentan con el acompañamiento de los padrinos que van brindando sus enseñanzas y solicitando todo lo necesario para la preparación de las ofrendas que se realiza el 1 de agosto.
Una atípica jornada, con frío fresco en horas de la madrugada, presagiaba una jornada nublada y fría, pero el sol se impuso y le dio el toque cálido que agosto trae en sus días. Al llegar el mediodía ya estaba todo dispuesto en el sector donde se encuentra el mojón y partieron entonces desde el lote La Manga, para comenzar con la ofrenda, en la apacheta, enmarcada por cuatro horcones, engalanados con banderines y serpentinas.
Las ofrendas fueron colocadas en aguayos multicolores y luego que las vasijas fueran desenterradas y lavadas, se colocó la comida preparada especialmente para darle de comer a la tierra. Los padrinos de la Pachamama, Martina Valencia y Desiderio Gaspar, presentaron a los pasantes que tuvieron el alto honor de pasar la fiesta este año a los hermanos Patricia y Darío Arias, quienes agradecieron el gesto de toda la comunidad del lote azucarero. Tras la colocación de las ofrendas, se eligieron a los nuevos pasantes, recayendo tal responsabilidad en Alejandra Solano y su esposo Omar Tapia. Se ofrendaron bebidas, cigarrillos y coca.
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Si bien en cada rincón del suelo jujeño se reedita esta ancestral ceremonia, en esta selvática geografía el ritual tiene ribetes particulares y tiene que ver con preparativos que comienzan en el mes de julio, cuando los pasantes, quienes tienen la responsabilidad de organizar todo lo relacionado con la fiesta, inician el camino que culminará con la ofrenda central. Para ello cuentan con el acompañamiento de los padrinos que van brindando sus enseñanzas y solicitando todo lo necesario para la preparación de las ofrendas que se realiza el 1 de agosto.
Una atípica jornada, con frío fresco en horas de la madrugada, presagiaba una jornada nublada y fría, pero el sol se impuso y le dio el toque cálido que agosto trae en sus días. Al llegar el mediodía ya estaba todo dispuesto en el sector donde se encuentra el mojón y partieron entonces desde el lote La Manga, para comenzar con la ofrenda, en la apacheta, enmarcada por cuatro horcones, engalanados con banderines y serpentinas.
Las ofrendas fueron colocadas en aguayos multicolores y luego que las vasijas fueran desenterradas y lavadas, se colocó la comida preparada especialmente para darle de comer a la tierra. Los padrinos de la Pachamama, Martina Valencia y Desiderio Gaspar, presentaron a los pasantes que tuvieron el alto honor de pasar la fiesta este año a los hermanos Patricia y Darío Arias, quienes agradecieron el gesto de toda la comunidad del lote azucarero. Tras la colocación de las ofrendas, se eligieron a los nuevos pasantes, recayendo tal responsabilidad en Alejandra Solano y su esposo Omar Tapia. Se ofrendaron bebidas, cigarrillos y coca.