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"La democracia no está garantizada"

Jueves, 25 de agosto de 2016 01:30
<div>FUERA TEMER / DILMA SE DIRIGIÓ AL PUEBLO ANTES DEL PROCESO.</div><div>
En su último acto en San Pablo, organizado por el Frente Brasil Popular, Rousseff se despidió de la militancia de la ciudad más grande de Brasil y de Sudamérica antes de que se inicie la megasesión en el Senado que definirá, la próxima semana, la destitución o la permanencia de la mandataria suspendida el 12 de mayo.
"Hay que enfrentar el asunto; yo creo en la democracia. Ellos no me obligaron a suicidarme, como lo llevaron a Getulio y no fui obligada a tomar un avión e ir hacia Uruguay como Jango", dijo Rousseff, colocándose al lado de los líderes laboristas que, en el caso de Vargas, se suicidó en el poder, en 1954, y en el de Goulart, diez años más tarde, derrocado por un golpe militar.
La Casa de Portugal de San Pablo estalló hasta la madrugada de gritos "Fuera Temer" y "Dilma guerrera de la patria brasileña", con la militancia de izquierda confiada en que la oposición a Rousseff no logrará, el martes 30, el piso de 54 votos necesarios para destituirla por delitos contables en el presupuesto de 2015.
Temer tuvo cánticos en su contra de "golpista" por parte de movimentos sociales, pero la efervescencia militante tropezó con la sorda disputa entre Rousseff y su fuerza, el Partido de los Trabajadores (PT).
En el acto, parecido a una despedida Rousseff se dijo "víctima" en este proceso en el que fue traicionada por su excompañero de fórmula en 2010 y 2014.
"No digo esto porque quiero victimizarme, sino porque se está cometiendo una injusticia con una inocente con un proceso en el que no hay delito de responsabilidad", dijo la mandataria, vestida de rojo, el color de su partido.
"Esta lucha no tiene fecha de vencimiento, ya que la mayor victoria es que aprendimos que con este proceso la democracia no está garantizada", dijo.
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En su último acto en San Pablo, organizado por el Frente Brasil Popular, Rousseff se despidió de la militancia de la ciudad más grande de Brasil y de Sudamérica antes de que se inicie la megasesión en el Senado que definirá, la próxima semana, la destitución o la permanencia de la mandataria suspendida el 12 de mayo.
"Hay que enfrentar el asunto; yo creo en la democracia. Ellos no me obligaron a suicidarme, como lo llevaron a Getulio y no fui obligada a tomar un avión e ir hacia Uruguay como Jango", dijo Rousseff, colocándose al lado de los líderes laboristas que, en el caso de Vargas, se suicidó en el poder, en 1954, y en el de Goulart, diez años más tarde, derrocado por un golpe militar.
La Casa de Portugal de San Pablo estalló hasta la madrugada de gritos "Fuera Temer" y "Dilma guerrera de la patria brasileña", con la militancia de izquierda confiada en que la oposición a Rousseff no logrará, el martes 30, el piso de 54 votos necesarios para destituirla por delitos contables en el presupuesto de 2015.
Temer tuvo cánticos en su contra de "golpista" por parte de movimentos sociales, pero la efervescencia militante tropezó con la sorda disputa entre Rousseff y su fuerza, el Partido de los Trabajadores (PT).
En el acto, parecido a una despedida Rousseff se dijo "víctima" en este proceso en el que fue traicionada por su excompañero de fórmula en 2010 y 2014.
"No digo esto porque quiero victimizarme, sino porque se está cometiendo una injusticia con una inocente con un proceso en el que no hay delito de responsabilidad", dijo la mandataria, vestida de rojo, el color de su partido.
"Esta lucha no tiene fecha de vencimiento, ya que la mayor victoria es que aprendimos que con este proceso la democracia no está garantizada", dijo.

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