El dirigente opositor venezolano Leopoldo López, condenado a casi 14 años de prisión bajo el cargo de incitar a la violencia en protestas contra el Gobierno de Nicolás Maduro, fue trasladado ayer desde su prisión hacia los tribunales para asistir a una largamente reclamada audiencia de apelación contra su sentencia.
Allegados a López, fundador de Voluntad Popular, dijeron que la audiencia comenzó a desarrollarse sin que los jueces permitieran el acceso de la prensa ni de dos asesores legales que viajaron desde España para asistir al encarcelado dirigente.
López fue condenado en septiembre de 2015 por cargos de incitación a la violencia en las protestas, entre febrero y mayo de 2014, que dejaron 43 muertos, y que buscaban la renuncia del presidente Nicolás Maduro.
La oposición venezolana lo considera desde entonces como el más notable preso político del país.
Alega que la condena se fundó en motivos políticos, con manipulación de pruebas, violaciones de los derechos de defensa e intromisión del Gobierno.
Antes del comienzo de la audiencia, el abogado defensor Juan Carlos Gutiérrez reiteró que iba a insistir en "que se haga justicia y se revise la sentencia, porque Leopoldo es inocente".
A su vez, el exministro de Justicia español Alberto Ruiz Gallardón y el abogado Javier Cremades criticaron la "opacidad" de la audiencia, a la que no se permitió la entrada de medios de comunicación, observadores ni abogados defensores internacionales.
"Estamos profundamente decepcionados porque se nos haya vetado el acceso a la audiencia", dijo Ruiz Gallardón en declaraciones a una agencia de noticias a las puertas de la Corte de Apelaciones de Caracas, fuertemente custodiadas por las fuerzas de seguridad.
"Con todo hoy se está celebrando por fin la audiencia", destacó.
PUBLICIDAD