La Convención Republicana que culminó anoche en la ciudad de Cleveland, Ohio, con el lanzamiento de Donald Trump como candidato presidencial, se convirtió en un encuentro "anti-Hillary Clinton", en el que predominaron las acusaciones de todo tipo contra la exsecretaria de Estado, desde considerarla una criminal a mensajes misóginos en remeras y carteles.
Desde que comenzaron las sesiones, el lunes último, Clinton fue el centro de las acusaciones de los republicanos que tomaron la palabra en el podio del Quicken Loans stadium, así como en los circulares pasillos del majestuoso edificio multipropósito y en las calles que lo rodean.
Una de las primeras en disparar la munición fue la madre de uno de los estadounidenses fallecidos en el ataque contra la sede diplomática de Estados Unidos en Bengazi, Patricia Smith, quien sin anestesia y en plena apertura, lanzó en su discurso lo que luego sería uno de los lemas del encuentro partidario: "Hillary a la prisión. Ella merece estar (vistiendo el traje) a barras".
Este mensaje se repitió una y otra vez entre casi la totalidad de los asistentes con quien se entabló una conversación, y fue tomando forma con el correr de los días hasta transformarse en el cántico de cada noche entonado con intensidad: "Enciérrenla. Enciérrenla".
En el segundo día de las convenciones el gobernador de Nueva Jersey y exprecandidato presidencial, Chris Christie, fue una de las figuras del partido que más duro fue públicamente contra Clinton en los discursos del horario central de la noche.
En esta oportunidad, el clima "anti-Hillary" de la Convención se mezcló también con el abucheo al senador de Texas y exprecandidato presidencial Ted Cruz quien se negó a apoyar en su discurso al magnate inmobiliario, Donald Trump.
"No voy a dar mi apoyo a aquellos que atacan a mi esposa y a mi padre", afirmó el senador, que durante las primarias protagonizó duros enfrentamientos y cruces de insultos con Trump.
"No voy a ser un perrito servil (de Trump) después de los ataques personales", insistió el exaspirante presidencial, según la agencia de noticias EFE.
Desde que comenzaron las sesiones, el lunes último, Clinton fue el centro de las acusaciones de los republicanos que tomaron la palabra en el podio del Quicken Loans stadium, así como en los circulares pasillos del majestuoso edificio multipropósito y en las calles que lo rodean.
Una de las primeras en disparar la munición fue la madre de uno de los estadounidenses fallecidos en el ataque contra la sede diplomática de Estados Unidos en Bengazi, Patricia Smith, quien sin anestesia y en plena apertura, lanzó en su discurso lo que luego sería uno de los lemas del encuentro partidario: "Hillary a la prisión. Ella merece estar (vistiendo el traje) a barras".
Este mensaje se repitió una y otra vez entre casi la totalidad de los asistentes con quien se entabló una conversación, y fue tomando forma con el correr de los días hasta transformarse en el cántico de cada noche entonado con intensidad: "Enciérrenla. Enciérrenla".
En el segundo día de las convenciones el gobernador de Nueva Jersey y exprecandidato presidencial, Chris Christie, fue una de las figuras del partido que más duro fue públicamente contra Clinton en los discursos del horario central de la noche.
En esta oportunidad, el clima "anti-Hillary" de la Convención se mezcló también con el abucheo al senador de Texas y exprecandidato presidencial Ted Cruz quien se negó a apoyar en su discurso al magnate inmobiliario, Donald Trump.
"No voy a dar mi apoyo a aquellos que atacan a mi esposa y a mi padre", afirmó el senador, que durante las primarias protagonizó duros enfrentamientos y cruces de insultos con Trump.
"No voy a ser un perrito servil (de Trump) después de los ataques personales", insistió el exaspirante presidencial, según la agencia de noticias EFE.
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La Convención Republicana que culminó anoche en la ciudad de Cleveland, Ohio, con el lanzamiento de Donald Trump como candidato presidencial, se convirtió en un encuentro "anti-Hillary Clinton", en el que predominaron las acusaciones de todo tipo contra la exsecretaria de Estado, desde considerarla una criminal a mensajes misóginos en remeras y carteles.
Desde que comenzaron las sesiones, el lunes último, Clinton fue el centro de las acusaciones de los republicanos que tomaron la palabra en el podio del Quicken Loans stadium, así como en los circulares pasillos del majestuoso edificio multipropósito y en las calles que lo rodean.
Una de las primeras en disparar la munición fue la madre de uno de los estadounidenses fallecidos en el ataque contra la sede diplomática de Estados Unidos en Bengazi, Patricia Smith, quien sin anestesia y en plena apertura, lanzó en su discurso lo que luego sería uno de los lemas del encuentro partidario: "Hillary a la prisión. Ella merece estar (vistiendo el traje) a barras".
Este mensaje se repitió una y otra vez entre casi la totalidad de los asistentes con quien se entabló una conversación, y fue tomando forma con el correr de los días hasta transformarse en el cántico de cada noche entonado con intensidad: "Enciérrenla. Enciérrenla".
En el segundo día de las convenciones el gobernador de Nueva Jersey y exprecandidato presidencial, Chris Christie, fue una de las figuras del partido que más duro fue públicamente contra Clinton en los discursos del horario central de la noche.
En esta oportunidad, el clima "anti-Hillary" de la Convención se mezcló también con el abucheo al senador de Texas y exprecandidato presidencial Ted Cruz quien se negó a apoyar en su discurso al magnate inmobiliario, Donald Trump.
"No voy a dar mi apoyo a aquellos que atacan a mi esposa y a mi padre", afirmó el senador, que durante las primarias protagonizó duros enfrentamientos y cruces de insultos con Trump.
"No voy a ser un perrito servil (de Trump) después de los ataques personales", insistió el exaspirante presidencial, según la agencia de noticias EFE.
Desde que comenzaron las sesiones, el lunes último, Clinton fue el centro de las acusaciones de los republicanos que tomaron la palabra en el podio del Quicken Loans stadium, así como en los circulares pasillos del majestuoso edificio multipropósito y en las calles que lo rodean.
Una de las primeras en disparar la munición fue la madre de uno de los estadounidenses fallecidos en el ataque contra la sede diplomática de Estados Unidos en Bengazi, Patricia Smith, quien sin anestesia y en plena apertura, lanzó en su discurso lo que luego sería uno de los lemas del encuentro partidario: "Hillary a la prisión. Ella merece estar (vistiendo el traje) a barras".
Este mensaje se repitió una y otra vez entre casi la totalidad de los asistentes con quien se entabló una conversación, y fue tomando forma con el correr de los días hasta transformarse en el cántico de cada noche entonado con intensidad: "Enciérrenla. Enciérrenla".
En el segundo día de las convenciones el gobernador de Nueva Jersey y exprecandidato presidencial, Chris Christie, fue una de las figuras del partido que más duro fue públicamente contra Clinton en los discursos del horario central de la noche.
En esta oportunidad, el clima "anti-Hillary" de la Convención se mezcló también con el abucheo al senador de Texas y exprecandidato presidencial Ted Cruz quien se negó a apoyar en su discurso al magnate inmobiliario, Donald Trump.
"No voy a dar mi apoyo a aquellos que atacan a mi esposa y a mi padre", afirmó el senador, que durante las primarias protagonizó duros enfrentamientos y cruces de insultos con Trump.
"No voy a ser un perrito servil (de Trump) después de los ataques personales", insistió el exaspirante presidencial, según la agencia de noticias EFE.
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