El Gobierno brasileño pidió ayer a la
Corte Suprema anular el procedimiento de impeachment de
Dilma Rousseff, en un desesperado intento por impedir que la presidente sea alejada del poder.
A menos de 24 horas de que el Senado decida si abre un juicio político contra Rousseff, la Abogacía General del Estado, que defiende a la mandataria, asegura que el proceso que inicia hoy debe ser anulado porque el expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, suspendido la semana pasada, solo aceptó abrirle un juicio de destitución por "venganza" personal.
La AGU recuerda que Cunha -suspendido la semana pasada por obstruir investigaciones en su contra en el megafraude a
Petrobras- dio luz verde a la solicitud luego de que el gobernante Partido de los Trabajadores decidiera apoyar una investigación que le inició la Cámara Baja por faltas éticas.
Pronósticos
La exguerrillera de 68 años, que asumió el poder en 2011 y debe concluir su mandato a fines de 2018, insiste en que los gobernantes que la precedieron practicaban las mismas maniobras fiscales, que no cometió ningún delito y que es víctima de un "golpe parlamentario".
La mandataria, acusada de cometer un "crimen de responsabilidad" por ocultar déficits del presupuesto con préstamos de bancos estatales, sería notificada mañana sobre la decisión del Senado.
Sondeos y analistas coinciden en que ya hay votos más que suficientes para iniciar el juicio político a Rousseff, una medida que la apartaría de la presidencia por hasta seis meses, mientras se tramita el proceso y se llega a una sentencia definitiva.
Son necesarios 41 votos de un total de 81 senadores para que Rousseff abandone el Palacio de Planalto, sede de la presidencia, y aguarde la sentencia final en la residencia oficial.
Si es suspendida, el vicepresidente Michel Temer, exaliado de Rousseff y hoy su mayor enemigo, asumiría el poder de forma interina.
Maranhao dio marcha atrás
El presidente interino de la Cámara de Diputados de Brasil, Waldir Maranhao, decidió la noche del lunes apoyar que se siga el proceso de destitución contra la presidente, Dilma Rousseff, con lo que cambió radicalmente su postura inicial de frenar ese proceso y volver a votarlo en la Cámara Baja, después que el titular del Senado, Renan Calheiros rechazó el lunes ese reclamo.
Según el diario O Globo, ese brusco cambio de Maranhao obedeció a que su formación, el Partido Progresista (PP), amenazó con expulsarlo si mantenía su postura de rechazar el juicio político a Rousseff.
El presidente de la Cámara de Diputados comunicó la noche del lunes su nueva postura en un escrito enviado al presidente del Senado, en el que anuncia que deroga la anulación del juicio político a Rousseff en la Cámara Baja aunque no explica los motivos de este cambio.
Los principales partidos de oposición en Brasil dijeron el lunes que iban a recurrir la decisión de Maranhao ante el Tribunal Supremo de Justicia, mientras que Calheiros indicó que esa cámara seguiría adelante con el proceso.
El presidente interino de la Cámara de Diputados anuló el lunes la sesión en la que el pleno de la Cámara Baja aprobó la apertura del juicio político contra Rousseff y anunció que convocaría una nueva votación, con lo que produjo un terremoto político y jurídico.
La decisión del lunes de Maranhao creó una gran incertidumbre sobre el futuro del proceso contra Rousseff, que finalmente se aclaró con la determinación del Senado de concluir ayer con los trámites del impeachment, que comenzará hoy.
El Gobierno brasileño pidió ayer a la
Corte Suprema anular el procedimiento de impeachment de
Dilma Rousseff, en un desesperado intento por impedir que la presidente sea alejada del poder.
A menos de 24 horas de que el Senado decida si abre un juicio político contra Rousseff, la Abogacía General del Estado, que defiende a la mandataria, asegura que el proceso que inicia hoy debe ser anulado porque el expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, suspendido la semana pasada, solo aceptó abrirle un juicio de destitución por "venganza" personal.
La AGU recuerda que Cunha -suspendido la semana pasada por obstruir investigaciones en su contra en el megafraude a
Petrobras- dio luz verde a la solicitud luego de que el gobernante Partido de los Trabajadores decidiera apoyar una investigación que le inició la Cámara Baja por faltas éticas.
Pronósticos
La exguerrillera de 68 años, que asumió el poder en 2011 y debe concluir su mandato a fines de 2018, insiste en que los gobernantes que la precedieron practicaban las mismas maniobras fiscales, que no cometió ningún delito y que es víctima de un "golpe parlamentario".
La mandataria, acusada de cometer un "crimen de responsabilidad" por ocultar déficits del presupuesto con préstamos de bancos estatales, sería notificada mañana sobre la decisión del Senado.
Sondeos y analistas coinciden en que ya hay votos más que suficientes para iniciar el juicio político a Rousseff, una medida que la apartaría de la presidencia por hasta seis meses, mientras se tramita el proceso y se llega a una sentencia definitiva.
Son necesarios 41 votos de un total de 81 senadores para que Rousseff abandone el Palacio de Planalto, sede de la presidencia, y aguarde la sentencia final en la residencia oficial.
Si es suspendida, el vicepresidente Michel Temer, exaliado de Rousseff y hoy su mayor enemigo, asumiría el poder de forma interina.
Maranhao dio marcha atrás
El presidente interino de la Cámara de Diputados de Brasil, Waldir Maranhao, decidió la noche del lunes apoyar que se siga el proceso de destitución contra la presidente, Dilma Rousseff, con lo que cambió radicalmente su postura inicial de frenar ese proceso y volver a votarlo en la Cámara Baja, después que el titular del Senado, Renan Calheiros rechazó el lunes ese reclamo.
Según el diario O Globo, ese brusco cambio de Maranhao obedeció a que su formación, el Partido Progresista (PP), amenazó con expulsarlo si mantenía su postura de rechazar el juicio político a Rousseff.
El presidente de la Cámara de Diputados comunicó la noche del lunes su nueva postura en un escrito enviado al presidente del Senado, en el que anuncia que deroga la anulación del juicio político a Rousseff en la Cámara Baja aunque no explica los motivos de este cambio.
Los principales partidos de oposición en Brasil dijeron el lunes que iban a recurrir la decisión de Maranhao ante el Tribunal Supremo de Justicia, mientras que Calheiros indicó que esa cámara seguiría adelante con el proceso.
El presidente interino de la Cámara de Diputados anuló el lunes la sesión en la que el pleno de la Cámara Baja aprobó la apertura del juicio político contra Rousseff y anunció que convocaría una nueva votación, con lo que produjo un terremoto político y jurídico.
La decisión del lunes de Maranhao creó una gran incertidumbre sobre el futuro del proceso contra Rousseff, que finalmente se aclaró con la determinación del Senado de concluir ayer con los trámites del impeachment, que comenzará hoy.