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26 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Rousseff visitó a Lula en su casa y le transmitió su apoyo

Domingo, 06 de marzo de 2016 01:30
SAN PABLO / LA PRESIDENTE DILMA ROUSSEFF SALUDA A LOS MILITANTES JUNTO AL EXMANDATARIO LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA.
La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, dio ayer un sólido respaldo a su antecesor y mentor político, Luiz Inácio "Lula" da Silva, al visitarlo un día después de que el exmandatario fuera llevado a declarar de forma coercitiva ante la Policía por sospechas de corrupción, y se mostraron juntos ante cientos de militantes que se acercaron a dar apoyo.
La presidente llegó poco después del mediodía al edificio de Sao Bernando do Campo, en el interior de San Pablo, en el que vive el fundador del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y fue recibida con aplausos por una multitud que realiza una vigilia desde el viernes frente a la residencia del líder petista, informó la TV Globo.
"¡No habrá golpe!", fue la consigna con que la multitud recibió a la presidente, quien enfrenta a su vez un proceso con miras a su destitución en la Cámara Baja y pedidos de renuncia por parte de opositores, lo que es considerado por el gobierno como "meros intentos golpistas".
Según la prensa, la presidente llegó en un vehículo con la ventana baja, y entró en el garaje del edificio sin parar en la calle, pero luego salió, junto a Lula y su esposa, Marisa Leticia, para saludar a los presentes.
Rousseff y Lula aparecieron en la ventana del departamento del expresidente, y éste levantó el brazo de su sucesora y ahijada política, en un gesto que inflamó a la multitud.
Desde allí, con el puño izquierdo alzado, Rousseff saludó a los simpatizantes, quienes coreaban "Lula, guerrero del pueblo brasileño" ondeando banderas y camisetas rojas.
Minutos antes, Lula había bajado de su departamento y salido del edificio para saludar y mezclarse con los militantes, muchos de ellos que permanecieron en el lugar durante toda la noche en solidaridad con el político.
La visita de la mandataria fue parte de una parada antes de continuar su viaje a Porto Alegre, donde tiene su domicilio particular y esperaba pasar el fin de semana sin compromisos oficiales.
La relación entre Rousseff y Lula se había enfriado en los últimos meses debido a discrepancias respecto a la conducción de la economía y también porque, según medios locales, el expresidente se quejaba de no ser escuchado por la mandataria.
No obstante esa distancia que marcaban la prensa, que hasta especuló con una fractura del PT con Rousseff, horas después que el expresidente fuera llevado a declarar, la mandataria expresó a través de un comunicado su "plena disconformidad" con lo sucedido.

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La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, dio ayer un sólido respaldo a su antecesor y mentor político, Luiz Inácio "Lula" da Silva, al visitarlo un día después de que el exmandatario fuera llevado a declarar de forma coercitiva ante la Policía por sospechas de corrupción, y se mostraron juntos ante cientos de militantes que se acercaron a dar apoyo.
La presidente llegó poco después del mediodía al edificio de Sao Bernando do Campo, en el interior de San Pablo, en el que vive el fundador del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y fue recibida con aplausos por una multitud que realiza una vigilia desde el viernes frente a la residencia del líder petista, informó la TV Globo.
"¡No habrá golpe!", fue la consigna con que la multitud recibió a la presidente, quien enfrenta a su vez un proceso con miras a su destitución en la Cámara Baja y pedidos de renuncia por parte de opositores, lo que es considerado por el gobierno como "meros intentos golpistas".
Según la prensa, la presidente llegó en un vehículo con la ventana baja, y entró en el garaje del edificio sin parar en la calle, pero luego salió, junto a Lula y su esposa, Marisa Leticia, para saludar a los presentes.
Rousseff y Lula aparecieron en la ventana del departamento del expresidente, y éste levantó el brazo de su sucesora y ahijada política, en un gesto que inflamó a la multitud.
Desde allí, con el puño izquierdo alzado, Rousseff saludó a los simpatizantes, quienes coreaban "Lula, guerrero del pueblo brasileño" ondeando banderas y camisetas rojas.
Minutos antes, Lula había bajado de su departamento y salido del edificio para saludar y mezclarse con los militantes, muchos de ellos que permanecieron en el lugar durante toda la noche en solidaridad con el político.
La visita de la mandataria fue parte de una parada antes de continuar su viaje a Porto Alegre, donde tiene su domicilio particular y esperaba pasar el fin de semana sin compromisos oficiales.
La relación entre Rousseff y Lula se había enfriado en los últimos meses debido a discrepancias respecto a la conducción de la economía y también porque, según medios locales, el expresidente se quejaba de no ser escuchado por la mandataria.
No obstante esa distancia que marcaban la prensa, que hasta especuló con una fractura del PT con Rousseff, horas después que el expresidente fuera llevado a declarar, la mandataria expresó a través de un comunicado su "plena disconformidad" con lo sucedido.

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