La imagen final de todos abrazados cerca del banco de los suplentes fue un símbolo.
Gimnasia no había ganado un partido más. Había ganado el encuentro que necesitaba para darse cuenta que sí peleará por el ascenso. Y la ilusión comenzó aquí, en San Luis, bien lejos de casa, pero se instaló en Jujuy.
Falta mucho a pesar que se trata de un torneo corto -qué paradoja-, pero el equipo de Mario Sciacqua va por el camino correcto. Entonces, los hinchas tienen derecho a soñar con los ojos abiertos.
La mayor virtud de este "lobo" es su ambición ofensiva, la impronta del técnico santafesino. Por tal motivo, no sorprendió cuando desde el arranque mismo arrinconó a Estudiantes, el rival de turno, en su propio campo. Pareció que el trámite se estaba desarrollando en el "23 de Agosto" y no el "Coliseo" puntano.
Maldonado, tras una brillante habilitación de Salces, no pudo darle dirección a su disparo.
Gimnasia, a pura presión y con Ferreyra imparable por derecha, sumándose a los atacantes, no dejaba reaccionar al "verde". El lateral envió un centro a la cabeza de Sufi, que salió alto, en otra chance desperdiciada. Faltó un poco de tranquilidad para resolver mejor los avances. Muy bien Noriega aguantando y haciendo de pivote. Pero el "Tanque" nunca tuvo un "mano a mano" para probar a Brasca.
Sobre el final, Sánchez perdió una pelota, Vega avanzó y sacó un tiro que obligó a lucir a Cavallotti. Con mano cruza, en el aire, tocó la pelota, que besó el travesaño y terminó en el corner. Era el primer ataque concreto del conjunto de Héctor Arzubialde.
Después del descanso, se vio al peor "lobo". Fueron 15 minutos de incertidumbre, con Cavallotti evitando la caída de su arco en dos ocasiones concretas y una de ellas por partida doble. Por derecha, con Vallejo y Vega, se produjeron todos los ataques del dueño de casa en ese momento.
El aporte de Garnier
Al crecer la labor de Garnier, quien había ingresado por el lesionado Morales, las cosas volvieron a la normalidad. En realidad, había pasado el sofocón, pero el fútbol desapareció. Sciacqua no estaba conforme con el resultado y mandó a la cancha a dos delanteros: Luis Vila y Gabriel Arce. Y en un rápido contragolpe, a dos minutos del final, Arce desparramó rivales y sacó un tremendo zapatazo, inatajable para Brasca. Golazo y festejo. El "lobo" alcanzó a la cima a Talleres, que juega el miércoles, y sabe que ahora sí es candidato. Dependerá de sí mismo para alcanzar la meta.
Ahora con la "lepra"
Gimnasia recibirá el próximo domingo a Independiente Rivadavia de Mendoza.
La imagen final de todos abrazados cerca del banco de los suplentes fue un símbolo.
Gimnasia no había ganado un partido más. Había ganado el encuentro que necesitaba para darse cuenta que sí peleará por el ascenso. Y la ilusión comenzó aquí, en San Luis, bien lejos de casa, pero se instaló en Jujuy.
Falta mucho a pesar que se trata de un torneo corto -qué paradoja-, pero el equipo de Mario Sciacqua va por el camino correcto. Entonces, los hinchas tienen derecho a soñar con los ojos abiertos.
La mayor virtud de este "lobo" es su ambición ofensiva, la impronta del técnico santafesino. Por tal motivo, no sorprendió cuando desde el arranque mismo arrinconó a Estudiantes, el rival de turno, en su propio campo. Pareció que el trámite se estaba desarrollando en el "23 de Agosto" y no el "Coliseo" puntano.
Maldonado, tras una brillante habilitación de Salces, no pudo darle dirección a su disparo.
Gimnasia, a pura presión y con Ferreyra imparable por derecha, sumándose a los atacantes, no dejaba reaccionar al "verde". El lateral envió un centro a la cabeza de Sufi, que salió alto, en otra chance desperdiciada. Faltó un poco de tranquilidad para resolver mejor los avances. Muy bien Noriega aguantando y haciendo de pivote. Pero el "Tanque" nunca tuvo un "mano a mano" para probar a Brasca.
Sobre el final, Sánchez perdió una pelota, Vega avanzó y sacó un tiro que obligó a lucir a Cavallotti. Con mano cruza, en el aire, tocó la pelota, que besó el travesaño y terminó en el corner. Era el primer ataque concreto del conjunto de Héctor Arzubialde.
Después del descanso, se vio al peor "lobo". Fueron 15 minutos de incertidumbre, con Cavallotti evitando la caída de su arco en dos ocasiones concretas y una de ellas por partida doble. Por derecha, con Vallejo y Vega, se produjeron todos los ataques del dueño de casa en ese momento.
El aporte de Garnier
Al crecer la labor de Garnier, quien había ingresado por el lesionado Morales, las cosas volvieron a la normalidad. En realidad, había pasado el sofocón, pero el fútbol desapareció. Sciacqua no estaba conforme con el resultado y mandó a la cancha a dos delanteros: Luis Vila y Gabriel Arce. Y en un rápido contragolpe, a dos minutos del final, Arce desparramó rivales y sacó un tremendo zapatazo, inatajable para Brasca. Golazo y festejo. El "lobo" alcanzó a la cima a Talleres, que juega el miércoles, y sabe que ahora sí es candidato. Dependerá de sí mismo para alcanzar la meta.
Ahora con la "lepra"
Gimnasia recibirá el próximo domingo a Independiente Rivadavia de Mendoza.